La forma y la textura de los alimentos pueden aumentar el riesgo de ahogamiento, especialmente para los bebés que aún están aprendiendo a masticar. Nuestros profesionales pediátricos explican cómo minimizar el riesgo a la hora de comer.
Algunos alimentos y objetos no alimentarios (como monedas y juguetes pequeños) representan un alto riesgo de ahogamiento, especialmente cuando son pequeños y firmes, redondos, gomosos, resbaladizos, elásticos, pegajosos y/o afilados.
Para reducir el riesgo, mantente atento a los objetos pequeños en casa, especialmente en el suelo, y adapta los alimentos para hacerlos más seguros y facilitar que el bebé practique masticar. También es clave crear un entorno seguro para la comida: asegúrate de que el niño esté bien sentado, con pocas distracciones y siempre bajo la supervisión de un adulto. Las investigaciones más recientes indican que el ambiente en el que el niño come es el factor más importante para su seguridad durante las comidas.
El tubo respiratorio de un bebé pequeño tiene un diámetro de aproximadamente ¼ de pulgada (⅔ cm). Aunque cualquier alimento puede obstruir la respiración si queda atascado en la vía aérea, hay ciertos alimentos que se mencionan repetidamente en relación con el riesgo de ahogamiento. Estos alimentos comparten algunas o todas las siguientes características:
firme
redondo
gomoso
resbaladizo
pequeño
elástico
pegajoso
afilado
Estos alimentos a menudo vienen en formas o texturas que aumentan el riesgo de ahogamiento, pero hay buenas noticias: la mayoría se puede modificar para compartirlos de forma segura con tu bebé. Descarga la aplicación Solid Starts para explorar la base de datos First Foods® y descubrir cómo preparar cualquier alimento para la edad y la etapa de desarrollo de tu bebé o niño pequeño.
Frijoles (por ejemplo, Garbanzo)
Bayas (por ejemplo, Arándano azul)
Chicle
Papas fritas
Galletas
Espinas de pescado o huesos pequeños de carne
Barras de granola
Gomitas de dulce y gomitas de medicina
Caramelos duros
Jelly Beans
Semillas grandes enteras (por ejemplo, semillas negras de Sandía)
Malvavisco, Mochi,
Cubos o trozos de carne
Bolas o trozos de melón (por ejemplo, Melón Cantalupo)
Mantequillas de nueces y Mantequillas de semillas
Nueces (Picadas o Enteras) y Cáscaras de nueces
Naranja y otros cítricos
Palomitas de maíz
Pretzel
Pasas y Frutos secas
Mariscos (por ejemplo, Camarón)
Alimentos Pequeños Redondos, Firmes y Masticables (por ejemplo, Kumquat, Aceituna)
Esta lista no es exhaustiva; contiene ejemplos de alimentos que pueden representar un alto riesgo de ahogamiento según la base de evidencia y la experiencia clínica de nuestro equipo multidisciplinario de profesionales pediátricos. Incluye alimentos identificados como riesgos de ahogamiento por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos y la Academia Estadounidense de Pediatría, así como alimentos identificados como de alto riesgo en la literatura médica más reciente.
Casi la mitad de las muertes infantiles por ahogamiento involucran objetos que no son alimentos. Estos incluyen:
Riesgos de ahogamiento en la cocina:
Anillos de latas y lengüetas
Tapas y envolturas de condimentos
Etiquetas de alimentos
Empaques de alimentos
Papel de aluminio
Papel envoltorio
Envoltura de plástico
Pedazos de Esponjas
Pajitas/popotes
Precintos, bandas elásticas y clips de plástico
Tapas de botellas de agua
Riesgos de ahogamiento en la casa
Baterías
Botones
Tubos y tapas de chapstick o pinta labios
Monedas
Envolturas de papel de pastillas para la tos
Esferas/bolitas decorativas de vidrio
Topes y resortes de puertas
Borradores
Accesorios para el cabello
Pedazos sueltos de papel
Imanes
Paquetes
Confeti de papel, plástico inflable, empaque de poliestireno de espuma (espuma flex)
Clips de papel
Bolígrafos y tapas de bolígrafos
Píldoras
Anillos, aretes y otras Joyas
Alfileres de seguridad, tachuelas
Pegatinas
Riesgos de ahogamiento en la zona de juego
Globos (desinflados)
Cuentas (de vidrio y plástico)
Pulseras con dijes y otras joyas de juguete con colgantes
Rocas coleccionables
Confeti
Legos y otras piezas pequeñas de juguetes
Bolas magnéticas (por ejemplo, Buckyballs) y otros imanes de juguete
Canicas de juguete y bolas pequeñas
Bolas de agua
Espera hasta que veas todas las señales de que tu bebé está listo antes de comenzar con la alimentación complementaria.
Aprende cómo preparar un entorno seguro para comer para tu bebé.
Asegúrate de que tu bebé esté sentado, bien posicionado y supervisado mientras está comiendo.
Aprende cómo los bebés aprenden a masticar comida real.
Nunca le obligues a comer: el riesgo de ahogamiento es menor cuando dejas que tu bebé se alimente solo.
Prepara los alimentos en formas y tamaños seguros para la edad y la etapa de desarrollo de tu bebé o niño pequeño.
Ofrece regularmente alimentos para desarrollar las habilidades de masticación para que tu bebé pueda practicar.
Aprende a diferenciar entre arcadas y ahogamiento y cómo responder.
Revisa regularmente el piso (y otras superficies donde tu bebé pasa tiempo) y retira los objetos pequeños que tu bebé pueda agarrar y meterse en la boca.
Obtén capacitación en rescate infantil en el improbable caso de una emergencia.
A medida que tu bebé crece y se convierte en niño pequeño, es importante que le enseñes cómo comer de manera segura alimentos de alto riesgo como alimentos difíciles de masticar, frutas con semillas y nueces enteras.
Primero, debes saber que no estás solo/a. Empezar la alimentación complementaria puede ser muy abrumador. Para ayudar a calmar la ansiedad, comienza dejando que tu bebé practique alimentarse solo con una cuchara mojada en puré o papilla. Luego, puedes empezar a ofrecer alimentos no tan desafiantes, como las mordederas de alimentos que no se rompen mientras el bebé mordisquea. Recuerda que dejar que tu bebé se alimente solo disminuye el riesgo de ahogamiento.
Incluso muy poca (o nada) comida llega al estómago, practicar con cucharas y mordederas de alimentos ayuda a enseñarle al bebé cómo se siente la comida real y cómo funciona. Muchas familias ganan confianza al ver lo capaz que es su bebé para masticar, y más confianza ayuda a calmar tus nervios una vez que te sientas listo/a para ofrecer alimentos que necesitan ser masticados.
Avanza a tu propio ritmo y recuerda: es normal que tu bebé no consuma mucha (o nada de) comida sólida al principio. Tocar, agarrar, sostener, morder y explorar la comida son parte del aprendizaje de cómo comer. Si sientes demasiado miedo y no puedes comenzar la alimentación complementaria, habla con tu pediatra y pide apoyo para comenzar.
Este artículo tiene fines informativos únicamente y no sustituye el consejo profesional ni la consulta con un profesional de la salud pediátrica. Esta información ha sido creada pensando en bebés y niños con desarrollo típico. Si su hijo/a tiene diferencias médicas o de desarrollo subyacentes, analiza el plan de alimentación de tu hijo/a con su proveedor médico principal. Revise nuestros Términos y Condiciones de Uso.
J. Longbottom, MS, CCC-SLP, CLC, Pediatric Feeding/Swallowing Specialist
K. Grenawitzke, OTD, OTR/L, SCFES, IBCLC, CNT, Pediatric Feeding/Swallowing Specialist
M. Suarez, MS, OTR/L, SWC, CLEC, Pediatric Feeding/Swallowing Specialist
R. Ruiz, MD, FAAP, CLC. Pediatric Gastroenterologist
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