Los tomates se pueden comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebe esté listo(a) para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Los tomates y otros alimentos ácidos pueden causar una irritación inofensiva en la piel que entra en contacto directo con los jugos y, a veces pueden contribuir a rozaduras de pañal.
Los tomates, específicamente los tomates "cherry" y "uva", son peligros comunes de ahogamiento. Continúa leyendo para aprender a servirlos de forma segura.
Desde curries hasta pastas y salsas, los tomates aparecen en platos hechos en todos los rincones del mundo, pero no siempre fue así. La planta de tomate es nativa de América Central y América del Sur, dónde se cree que fue primeramente cultivada por los Aztecas. Estos le dieron el nombre náhuatl de tomātl a la fruta jugosa y redonda. Sí, el tomate es técnicamente una fruta. Pero para el comercio internacional, ha sido definido por la ley de los Estados Unidos como un vegetal—una definición absorbida en la cultura del consumidor.
Si bien sus raíces están en las Américas, los tomates son uno de los ingredientes más omnipresentes en la cocina hoy en día, en parte debido a los conquistadores españoles, que llevaron las semillas a Europa. Allí, el tomate fue apodado la “manzana del amor” (un apodo que se deriva de los supuestos poderes afrodisíacos del tomate). Finalmente se extendió a los jardines de todo el mundo a través de la colonización europea.
Sí. Los tomates tienen toneladas de vitamina C, lo que los convierte en una combinación ideal con alimentos ricos en hierro vegetal (no hemo), como frijoles, lentejas y guisantes. (La vitamina C ayuda a la absorción del hierro de los alimentos vegetales). Los tomates también están llenos de carotenoides, un grupo de fitonutrientes que colorean las plantas y proporcionan beneficios antioxidantes y antiinflamatorios a nuestro cuerpo. Los fitonutrientes difieren según la variedad de tomate y cada uno ofrece beneficios únicos como promover la vista, la inmunidad y la salud del corazón hasta la protección de la piel contra el sol.
Cuando compres tomates, es una buena idea adquirir orgánicos si puedes, ya que las plantas de tomate generalmente se rocían con pesticidas. Los altos niveles de residuos de pesticidas pueden alterar el sistema endocrino, contribuir a la obesidad y afectar negativamente el desarrollo neurológico. Por estas razones, siempre lava muy bien los tomates antes de servirlos.
★Consejo: ¡No abras la puerta del refrigerador! Guarda los tomates en la encimera y con la cabeza abajo (con el tallo apuntando hacia abajo) para aumentar el tiempo de frescura.
Sí, particularmente los tomates cherry y los tomates uva. Para minimizar el riesgo, escoge tomates maduros, utiliza gajos de tomate tipo ‘beefsteak’ (bistec) u otra variedad grande. Aplasta los tomates cherry y uva entre los dedos pulgar e índice o córtalos en cuartos a lo largo. Recuerda que los tomates tienen múltiples texturas: cáscara resbalosa, pulpa suave y jugosa que puede provocar arcadas y tos. Los bebés están aprendiendo a manipular diferentes texturas juntas dentro de la boca y la exposición a este nuevo sentimiento ayuda a que los niños aprendan a comer alimentos integrales. Ya que los tomates, y otros alimentos con múltiples texturas pueden ser desafiantes, ofrécelas cuando tu bebé está en calma, alerta, enfocado, y considera servir otra comida cuando tu bebé esté cansado, distraído o cuando no se sienta bien.
Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro a la hora de la comida y refrigerios y consulta nuestras sugerencias de las maneras apropiadas para servir los alimentos de acuerdo a la edad de tu bebé. Para más información, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con los riesgos comunes de ahogamiento.
No. La alergia al tomate es poco común, pero no es inaudita. Los tomates son parte de la familia de plantas solanáceas (nightshade), y algunas personas pueden ser sensibles a la solanáceas, aunque la información acerca de esto es limitada. Además, las personas con Síndrome de Alergia Oral (y en particular las alérgicas al pasto o ambrosía) pueden ser sensibles a los tomates, lo que resulta en picazón o molestias en la boca. Cocinar el tomate puede reducir la posibilidad de experimentar síntomas de alergia oral. Como lo harías al ofrecer cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay alguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Nota: Los tomates y otros alimentos ácidos pueden causar una erupción inofensiva en la piel que entra en contacto con los jugos y, a veces, contribuye a la rozadura del pañal. El sarpullido, que normalmente aparece alrededor de la boca y la barbilla, es normalmente inofensivo y por lo general se disipa en minutos una vez que se limpia la piel.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Corta un tomate grande en cuartos y ofrece los pedazos para que tu bebé los pueda chupar y masticar. Si la piel del tomate se convierte en una molestia, simplemente retírala y ofrece otro pedazo. En esta etapa, también puedes ofrecer un tomate grande entero para que el/la bebé lo coma, como si estuviera comiendo un durazno entero. Recuerda que los tomates tienen múltiples texturas: piel resbalosa, pulpa suave y jugosa y pequeñas semillas, que pueden provocar arcadas y tos. La exposición a los tomates, y a otros alimentos que tengan múltiples texturas, es importante para que los bebés aprendan a comer alimentos integrales, y este desafío es más aceptado cuando tu bebé está en calma, alerta y concentrado, y es mejor evitarlo cuando tu bebé esté cansado, distraído o no se sienta bien. Los tomates pueden causar sarpullido cuando el jugo ácido entra en contacto con la piel y también puede contribuir a la rozadura del pañal. Así que considera no ofrecer demasiado tomate. Si el/la bebé parece sensible a los jugos, intenta servir tomate cocido u otro alimento en una salsa de tomate simple.
Trata de servir tomates cereza cortados en cuartos como bocados o para practicar con un tenedor precargado. Pon atención por si algún pedazo de piel es demasiado persistente, y si se le sale mientras come, entrena al/a bebé a escupirlas sacando tu lengua. Nota: Si el/la niño(a) está desarrollando hábitos alimenticios quisquillosos, la salsa de tomate es un gran vehículo para alentar comer otros alimentos, como las carnes.
¡Hora de la ensalada! Esta es una buena edad para promover el gusto de las verduras crudas y crujientes. Trata de servir tomates cereza cortados en cuartos (o gajos de tomates más grandes) junto con una salsa o una pasta para sumergir.
Puedes seguir sirviendo tomates cereza en cuartos. Cuando sientas que el/la niño(a) ha desarrollado habilidades alimentarias maduras (dar mordidas pequeños con los dientes, mover los alimentos a un lado de la boca al masticar, masticar bien antes de tragar, no llenarse la boca demasiado con los alimentos y finalmente, identificar y escupir los alimentos cuando no están bien masticados) y que es capaz de comer cuartos de tomates cereza con facilidad, entonces puede estar listo para aprender a comer tomates cereza enteros. Recuerda que la práctica con tomates cereza enteros siempre debe ser en un asiento con soporte apropiado y con tu supervisión y entrenamiento.
Si todavía no has ofrecido tomates cereza cortados a la mitad a lo largo, es posible que desees comenzar con este tamaño antes de pasar a los enteros. Luego, comienza con tomates cereza grandes y maduros—cuanto más grandes, mejor. Recomendamos los largos, de forma ovalada (a veces llamados tomates uva) en lugar del tamaño redondo más pequeño, ya que con los más grandes es mas probable que el/la bebé los muerda en lugar de meterlos enteros en la boca. Te recomendamos primero demostrar: da un mordisco despacio para cortar el tomate por la mitad con tus dientes delanteros. Entrega la otra mitad al pequeño o pequeña y deja que lo agarre y se lo coma. Luego ofrécele un segundo tomate cereza entero al/a niño(a) y deja que lo siga comiendo. Es probable que lo muerda por la mitad como tú lo hiciste, aunque si el/la niño(a) se mete todo en la boca, evita alborotarte o gritar. Mantente en calma y explica: “Ese es un bocado muy grande. Tienes que masticarlo.” Luego espera pacientemente mientras mastica y traga o escupe el bocado. A partir de ahí, puedes decidir si terminas la actividad y ofreces pedazos más pequeños por un tiempo si el/la niño(a) parece batallar, o intentas un par de veces más con entrenamiento adicional para ver si puede mejorar sus habilidades.
Incluye algo de variedad a las comidas con nuestra guía, 100 cenas para bebés y niños(as) pequeños(as).
Rinde
1 ½ taza (360 ml) salsa + 1 ½ taza (360 ml) frijoles
Tiempo de preparación
15 minutos
Edad sugerida
6 meses o más
4 ramitas de cilantro (opcional)
½ cdta (1 g) pimienta (opcional)
1 lata (425 g) frijoles negros (opcional)
Cortar cada tomate en 6 a 8 gajos. Reservar 1 o 2 para ofrecer como bocado. Picar finamente el resto.
Pelar y picar finamente la mitad de la cebolla. Guardar la otra mitad para otro uso.
Mezclar el tomate picado con la cebolla y el jugo del limón verde . Dejar marinar la mezcla por 10 minutos para que los jugos del tomate y el limón verde suavicen la cebolla.
Sazonar la salsa con cilantro finamente picado y pimienta. Si quieres, puedes cambiar los condimentos por cualquiera que te gustaría que el/la bebé pruebe. Los(as) bebés tienden a gustar de los sabores que han probado temprano en sus vidas y con frecuencia. No necesitas esperar para introducir especias en la dieta del/a bebé.
Mezclar la salsa con alguna comida suave y fácil de recoger, como frijoles negros. Reservar un poco de salsa y frijoles para el/la bebé. Triturar levemente los frijoles para minimizar el riesgo. Sazonar el resto de salsa y frijoles con sal a tu gusto.
Ofrecer la salsa
Ofrecer los gajos de tomate, los frijoles triturados y la salsa al/a bebé y dejar que se alimente por sí mismo(a).
Si necesita ayuda, mantener una cuchara precargada con frijoles y salsa en el aire en frente del/a bebé y dejar que la agarre con sus manos.
Come tu porción de frijoles y salsa junto al/a bebé para modelar cómo se hace.
Almacenamiento: La primera salsa del/a bebé se mantiene bien en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días.
¡Los tomates están llenos de umami! Su acidez puede equilibrar los alimentos ricos y con sabor fuerte, como la anchoa, el tocino, las alcaparras, el queso, los huevos y las aceitunas, pero la acidez también complementa las frutas ácidas similares como los cítricos, el melón y las fresas. Versátiles y fáciles de preparar, los tomates combinan bien con pepinos, pimentón o tu verdura crujiente favorita en una ensalada. También se mezclan fácilmente en farro, quinua o tu grano favorito. Prueba condimentar los tomates con sabores igualmente brillantes de hierbas frescas (la albahaca, el cilantro o el eneldo son deliciosos) o especias audaces como el cilantro, el comino, el zumaque o la cúrcuma.
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