Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
Hay muchos quesos que son seguros y sanos para los(as) bebés tan pronto como puedan comenzar a comer sólidos, pero algunos quesos solo se deben servir a niños(as) más grandes debido a su alto contenido de sodio o por el riesgo agregado de infecciones alimentarias proveniente de ciertos métodos de preparación. No hay edad a la que ofrecer queso crudo o no pasteurizado a bebés y/o niños(as) se considere libre de riesgo. Cuando elijas que queso ofrecer al/la bebé, búscalo en la base de datos gratuita de Primeros Alimentos® para aprender sobre cuándo se puede ofrecer el queso en particular.
Depende del tipo de queso. Los quesos que son pasteurizados (no crudos) o bajos en sodio se pueden comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad. Los quesos que tienden a ser pasteurizados y bajos en sodio incluyen el queso emmental, queso de cabra fresco, labneh, queso mascarpone, queso mozzarella fresco, paneer, queso ricotta fresco y queso suizo. Los quesos con nivel moderado de sodio se pueden introducir en pequeñas cantidades y de manera ocasional alrededor de los 9 meses y quesos con niveles de sodio más altos se deben ofrecer en moderación después de los 12 meses.
El queso puede estar hecho de leche de cualquier tipo. Este alimento ancestral, tiene sus orígenes en el área alrededor del mar Mediterráneo en donde el queso se hacía con leche de vacas, cabras y ovejas domesticadas en el siglo 7 A.C. Mas al este en Asía, el queso se hacía tradicionalmente con leche de otros animales como el búfalo de agua y el yak. Los sabores y texturas varían dependiendo del tipo de leche, del tipo de bacteria utilizada para fermentar el queso y del método de preparación.
Sí. Cuando el queso es pasteurizado, no muy alto en sodio y consumido con moderación. La mayoría de los quesos de leche entera contienen muchos aminoácidos que nuestro cuerpo necesita para construir proteínas y grasas sanas que dan soporte a la integridad celular y a construir tejidos en el cerebro. El queso también proporciona muchos nutrientes esenciales para el desarrollo temprano como la vitamina A para el cerebro, ojos, sistema inmune y salud de la piel; vitamina B12 para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso; selenio que da soporte hormonal; y zinc para el crecimiento y función inmune. Los niveles de calcio varían dependiendo del tipo de queso, pero en general, es una gran fuente de este mineral que construye huesos fuertes.
Mientras que el queso es rico en nutrientes, ten en cuenta que la mayoría de los quesos contiene sodio añadido, algunas veces en exceso de las necesidades diarias del/la bebé. Cuando ofrezcas queso, opta por tipos bajos en sodio como el queso emmental, queso de cabra fresco, labneh, queso mascarpone, queso mozzarella fresco, paneer, queso ricotta fresco y queso suizo. Para aquellos otros quesos pasteurizados altos en sodio, espera a servirlos de manera regular hasta que el/la bebé este cerca de los 12 meses de edad y ofrécelos con moderación.
Cuando compres queso para bebés, busca las siguientes características:
Pasteurizado
Bajo en sodio (menos de 100 mg por porción)
Hecho con leche entera (idealmente)
Los quesos añejados como el asiago, parmesano y pecorino, tienden a ser los más altos en sodio así como los quesos preparados con salmuera como el queso Cotija, feta y halloumi. Los quesos con menos cantidad de sodio tienden a ser aquellos frescos o suaves como el mozzarella, labneh, mascarpone, paneer y queso ricotta entre otros.
Sí. El queso esta hecho de leche de vaca que es conocida como un alergeno común en niños(as) pequeños(as), conformando alrededor de un quinto de todas las alergias alimentarias infantiles en los Estados Unidos. Ten en cuenta que algunos quesos hechos de leche de otros rumiantes como ovejas, cabras y búfalos pueden provocar la misma reacción alérgica de la leche de vaca.Si el/la bebé es alérgico(a) a la leche de vaca, debes saber que muchas veces desaparece con el tiempo. Las investigaciones sugieren que la mayoría de niños(as) con alergia a la leche de vaca, la superarán a los 6 años y que muchos(as) bebés con síntomas menores de alergia a la proteína de la vaca (lo que puede presentarse como popó con sangre sin dolor) pueden reintroducir leche de vaca tan pronto como en el primer cumpleaños, con guía de sus doctores.Toma nota de que los quesos añejados generalmente contienen histaminas que pueden causar irritaciones en niños(as) que son sensibles a ellas.
La leche es conocida por ser detonadora del síndrome de enterocolitis inducida por la proteína de los alimentos (SEIPA), también conocido como FPIES. FPIES es una reacción rara y es una alergia retardada a la proteína de los alimentos que causa vómito repetitivo y diarrea, síntomas que comienzan horas después de la ingesta del alimento que lo detonó. Si no se trata, esta reacción puede ocasionar deshidratación severa. Afortunadamente, como la mayoría de las otras formas de alergia a la leche, FPIES que se presenta temprano en la vida es generalmente superada para cuando el/la niño(a) cumple entre 3 y 5 años de edad.
Para aquellos(as) niños(as) más grandes que son intolerantes a la lactosa (ten en cuenta que esto es poco común en bebés y niños(as) hay buenas noticias: en comparación con leche y otros productos lácteos, los quesos se toleran mejor por aquellos que son intolerantes a la lactosa, especialmente los quesos añejados que tienen menor contenido de lactosa.Toma nota de que si el/la niño(a) es intolerante a la lactosa, es importante encontrar alimentos ricos en calcio para que los consuma de manera regular y asegurarte de que tenga una dieta balanceada y que de soporte a la estructura ósea. Busca quesos que naturalmente tengan un contenido bajo de lactosa y lácteos etiquetados como “libre de lactosa”.
Si sospechas que el/la bebé es alérgico a la leche, consulta un/una alergólogo(a) antes de introducir productos lácteos como el queso. Con base en el historial y los factores de riesgo del/la bebé, el/la alergólogo(a) puede recomendar hacer pruebas de alergia o aconsejar la introducción de lácteos bajo supervisión médica en el consultorio. Si el riesgo es bajo, puede aconsejarte que introduzcas lácteos en casa. Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. El queso es un conocido riesgo de ahogamiento para bebés y niños(as). Para reducir el riesgo, presenta rebanadas muy delgadas, o ráyalo y evita servir cubos de queso. De manera alternativa, concéntrate en quesos sueves o untables hasta que el/la bebé haya desarrollado la coordinación para morder y masticar. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y mantente al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Para los(as) bebés menos de 12 meses de edad, la lactosa de alimentos sólidos se puede servir varias veces al día. Una porción puede ser un par de onzas de yogur, una rebanada de queso, o leche de vaca incorporada en algún platillo (pero no servida como bebida). Evita la leche de vaca como bebida hasta al menos 12 meses de edad. Para la mayoría de los(as) bebés menores de 12 meses de edad, la mayoría de sus necesidades de calcio se cubrirán por leche materna o fórmula. A esta edad, el/la bebé sigue desarrollando la habilidad de comer alimentos sólidos así es que no te preocupes de los tamaños específicos de las porciones y la cantidad consumida.
A los 12 meses de edad, las necesidades de calcio de un/una niño(a), incrementa y muchos dejan la leche materna o la formula. A esta edad, se sugiere que los(as) niños(as) tengan entre 2 y 2.5 porciones de lácteos diariamente. Una porción de lácteo puede ser 1 taza (240 ml) de leche entera o un substituto apropiado de leche fortificada, entre 1 y 1.5 onzas (28 a 42 g) de un queso o alrededor de 6 a 8 onzas (90 a 120 ml) de yogur.
En ocasiones, un/a niño(a) puede comer todas las porciones de lácteo en forma de queso, pero recuerda que la meta es tener una dieta generalmente variada a lo largo del tiempo. Los(as) niños(as) normalmente aman los lácteos, así es que ten cuidado con cuanto consumen diariamente. Los lácteos (incluyendo el queso) son una excelente fuente de calcio, pero en cantidades grandes, pueden desplazar otros alimentos ricos en nutrientes e incrementar el riesgo de anemia por deficiencia de hierro. Recuerda que los(as) niños(as) también pueden obtener la cantidad de calcio diaria que necesitan de leche materna, leche de fórmula, ciertos pescados, vegetales de hoja verde, tofu, nueces, semillas y mucho más.
No. Los quesos hechos tanto de leche de vaca orgánica como no orgánica, proporcionan suficientes nutrientes para nutrir a un(a) bebé en crecimiento, especialmente cuando se sirve como parte de una dieta balanceada. Mientras que no es necesario, los productos lácteos orgánicos si proporcionan ciertos beneficios. Los productos lácteos hechos con leche de granjas orgánicas y de vacas de libre pastoreo han mostrado tener un contenido más alto de grasas omega-3 y de otros nutrientes en comparación a las vacas criadas de granos. Dependiendo de en donde y como se crían los animales que producen lácteos, los productos lácteos no orgánicos pueden contener más residuos de pesticidas. Habiendo dicho eso, los lácteos orgánicos muchas veces tienen la desventaja de ser más caros y en muchos lugares puede ser difícil acceder a ellos. Como siempre, balance y variedad en la dieta son clave así es que no te preocupes si no puedes obtener productos orgánicos – los quesos no orgánicos y productos lácteos no orgánicos siguen siendo una buena opción para niños(as) en crecimiento.
Es una decisión personal para la que debes calcular el riesgo. Mientras que los quesos no pasteurizados/crudos son consumidos por niños(as) en muchas partes del mundo, comer quesos no pasteurizados/crudos representa un incremento significativo de riesgo de infecciones alimentarias, a las que los(as) bebés y niños(as) pequeños(as), aquellos con anemia de células falciformes, e individuos inmunocomprometidos son más susceptibles. Varias organizaciones nacionales e internacionales, incluyendo la Academia Americana de Pediatría, la Asociación Médica de los Estados Unidos, el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de los Estados Unidos, la Agencia de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos, la Asociación Internacional para la Protección de los Alimentos y la Organización Mundial de la Salud, recomiendan de manera contundente solo consumir leche pasteurizada y productos lácteos pasteurizados. Algunos quesos crudos pero maduros y añejados como el appenzeller, asiago, parmesano y romano poseen un riesgo más bajo cuando se trata de infecciones alimentarias.
Si decides ofrecer queso crudo al/la niño(a), considera el riesgo dentro del contexto de tu cultura y ten en cuenta lo siguiente: 1) Los quesos semi maduros como el fontina, gouda, edam, monterey jack o provolone están hechos de leche cruda que posee un riesgo más alto de contaminación de bacterias. 2) Los quesos no pasteurizados untables o madurados en molde incluyendo el brie, queso de cabra, camembert, queso fresco, roquefort y algunos otros representan un riesgo extremadamente alto de contaminación por listera (y también conllevan el riesgo incluso cuando son pasteurizados).
No necesariamente. En teoría, calentar queso no pasteurizado puede matar las bacterias dañinas y reducir el riesgo de infecciones alimentarias, pero no existe suficiente evidencia de cuánto tiempo se deben cocinar diversos quesos para asegurar que sean seguros. Adicionalmente, cocinar queso no pasteurizado durante poco tiempo o a una temperatura demasiado baja puede fomentar el crecimiento de bacterias en lugar de matarlas.
Sí. Lee la etiqueta con cuidado y trata de escoger productos bajos en sodio y preservativos. El valor nutricional varía significativamente en quesos veganos dependiendo de los aditivos y saborizantes y si son hechos de nuez, aceite, guisantes o soya. Desafortunadamente, en general, los quesos veganos no contienen los nutrientes comunes en los quesos lácteos que son importantes en el crecimiento de la infancia temprana como la proteína, vitamina A, vitamina B12, calcio y otros minerales.
Una nota a las familias vegetarianas: el cuajo, un ingrediente que muchos quesos usan para ayudar a cuajar la leche, puede derivar de plantas o animales. Usualmente, la lista de ingredientes te dirá qué tipo se utilizó.
Hay muchas formas de servir queso pasteurizado a bebés y niños(as). Mezcla queso mascarpone con gachas de avena o el cereal caliente de tu elección. Usa quesos suaves y que se puedan comer con cuchara para introducir sabores agrios como salsa de arándano con queso ricota. Prueba el queso de cabra batido como dip para cogollos de coliflor o mozzarella y tomate en una ensalada caprese. Los bebés más grandes o niños(as), pueden disfrutar sándwiches a la plancha de queso havarti con mantequilla de manzana, o papas horneadas dos veces con queso monterey jack. Algunos quesos son incluso fáciles de hacer de cero como el queso cottage o el queso mozzarella.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece quesos pasteurizados y bajos en sodio como el queso de cabra, queso mascarpone, queso mozzarella fresco, labneh, paneer, queso ricotta y queso suizo. Para quesos semi firmes, rebánalos en rebanadas muy delgadas (no en cubos) para reducir el riesgo de ahogamiento, pero manteniendo la capacidad del/la bebé de alimentarse de manera independiente. Los quesos rayados se pueden derretir en diversos alimentos, pero intenta servir poco ya que pedazos grandes de queso derretido no son seguros para que el/la bebé los mastique. Si estás comiendo un queso alto en sodio como el queso cheddar o feta, está bien que compartas un pequeño pedazo con el/la bebé, pero en general, concéntrate en quesos que contengan menos de 100 mg de sodio por poción cuando puedas. No ofrezcas quesos crudos o cualquier tipo de queso no pasteurizado que sean untables o madurados en molde como el brie o camembert.
Continúa ofreciendo quesos pasteurizados bajos en sodio. Para quesos semi firmes, ráyalos o rebánalos en pedazos delgados para reducir el riesgo de ahogamiento. Los quesos rayados se pueden derretir en diversos alimentos, pero intenta servir poco ya que pedazos grandes de queso derretido no son seguros para que el/la bebé los mastique. A esta edad, está bien ofrecer quesos esporádicamente que tengan niveles moderados de sodio, pero cuando sea posible, sigue enfocándote en quesos que contengan menos de 100 mg de sodio por porción. A esta edad, está bien servir pequeñas cantidades de quesos pasteurizados untables o madurados en molde incluyendo el brie. Para hacer estos quesos más seguros, considera calentarlos a una temperatura interna de 74 Centígrados (165 grados Fahrenheit). Continúa evitando quesos no pasteurizados de cualquier tipo.
Ofrece quesos sueves, semi firmes derretidos o en rebanadas delgadas, quesos duros derretidos, desmoronados o rayados en diversas presentaciones: sobre pan, huevos, vegetales o mezclado con platillos con granos o frijoles. A esta edad, puede ofrecerle queso derretido en una capa delgada encima de los alimentos (como un sándwich abierto, una tostada o una tortilla), pero continúe eliminando las gotas grandes de queso derretido. Asegúrate que el/la niño(a) están en un ambiente de alimentación seguro y nunca ofrezcas queso sobre la marcha como en un cochecito, en el asiento de carro para bebé o cuando el/la niño(a) este en movimiento. Sigue evitando los cubos de queso y los quesos crudos/no pasteurizados.
Revisa nuestra guía 75 comidas para bebés & niños para ideas fáciles y nutritivas para incluir en tu semana.
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