Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
El kéfir (de leche de vaca, cabra, oveja, búfalo o camello) se puede introducir a la dieta del bebé tan pronto como este o esta esté listo para comer sólidos. Esto es siempre y cuando no tenga miel o edulcorantes añadidos y que se sirva como alimento sólido (salsa, ingrediente en otro alimento, etc.) y no como bebida hasta los 12 meses de edad. Aunque a las/los bebés no se les debe dar leche de vaca como bebida hasta cerca de los 12 meses debido a que el sistema digestivo de un bebé no puede tolerar bien la proteína de la leche de vaca en grandes cantidades, está bien introducir productos lácteos en forma de alimento sólido antes de los 12 meses de edad. Además, en comparación con la leche materna o de fórmula, la leche de vaca es nutricionalmente incompleta, lo que significa que no proporciona todos los nutrientes que los bebés necesitan para prosperar. Para más información, consulta nuestras Preguntas frecuentes sobre la leche.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrécele kéfir puro con toda la grasa (leche entera), pasteurizado, mezclado en comidas o como alimento sólido (como el queso de kéfir), pero no como bebida. Agrega el kéfir a la papilla, al trigo sarraceno o al puré de papas. Para servir el kéfir como el yogur, prueba mezclar mantequilla de nueces o semillas para espesar la consistencia y aumentar los nutrientes. También puedes mezclar hierbas y especias finamente picadas y ofrecerlo como dip (salsa). Alternativamente, ofrece variedades de kéfir más gruesas y coladas, como el yogur griego o el queso de kéfir, si tienes acceso a ellos, o puedes intentar colarlo tu mismo en casa, lo cual es sorprendentemente fácil.
A esta edad, está bien ofrecer kéfir tanto en las comidas como en bebida. Incluso puedes probar una bebida de kéfir tradicional con menta finamente picada como bebida refrescante para un niño/niña pequeño. Ten en cuenta que a esta edad, es muy común que los niños/niñas consuman demasiados productos lácteos, entre leche de vaca, yogur y queso, lo que puede provocar anemia por deficiencia de hierro. Recuerda que los niños /niñas solo necesitan alrededor de 2 a 2.5 porciones de productos lácteos al día o un alimento equivalente rico en calcio. Echa un vistazo a nuestras Preguntas frecuentes acerca de la leche para más información.
★Consejo: ¿Quieres una comida divertida para la dentición? Prueba mezclar kéfir con fruta fresca y congelarlo en moldes de paletas.
No, aunque, en teoría, un individuo puede ahogarse con cualquier alimento o líquido. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer, mantén al bebé a tu alcance durante las comidas, consulta nuestras sugerencias de porciones apropiadas para la edad presentadas a continuación y nunca pon kéfir en un biberón o vasito entrenador.
Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestras secciones sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Si. El kéfir a menudo está hecho de leche de vaca, que es un alérgeno alimentario común en niños/niñas pequeños. Esta alergia representa aproximadamente el 20% de todas las alergias alimentarias infantiles. Y, mientras que el kéfir puede estar hecho de otras leches, los productos lácteos de otros rumiantes como ovejas, cabras y búfalos pueden provocar reacciones alérgicas similares a los productos lácteos de leche de vaca.
Dicho esto, hay buenas noticias: la alergia a la leche a menudo desaparece con el tiempo. Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños/niñas con alergia a la leche de vaca la superarán a los 6 años. Además, muchos bebés con síntomas leves de alergia a las proteínas de la leche (que pueden aparecer como sangre indolora en las heces) pueden reintroducir con éxito la leche de vaca después de su primer cumpleaños con la orientación de tus profesionales de salud pediátrica.
Para aquellos con niños/niñas mayores que son intolerantes a la lactosa (poco común en los bebés), más buenas noticias: debido a que el kéfir es fermentado, puede ser mejor tolerado por aquellos con intolerancia a la lactosa, ya que tiene un contenido de lactosa más bajo que la leche normal.
Si tienes antecedentes familiares fuertes de alergia a la leche o sospechas que el/la bebé puede ser alérgico a los productos lácteos, puedes consultar a un alergista antes de introducir el kéfir. El alergista puede aconsejarte si el riesgo de introducción en el hogar es bajo. Alternativamente, te puede ofrecer la oportunidad de introducir el kéfir bajo supervisión médica en la clínica, también conocido como “prueba de provocación oral”. Al igual que con todos los alérgenos comunes, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones ofrecidas y, si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad sobre las porciones futuras.
Sí, pero solo en forma de salsa o en otras preparaciones de alimentos sólidos. Espera hasta los 12 meses de edad para servir el kéfir en forma de bebida.
El kéfir está lleno de nutrientes clave como el calcio, que es importante para el desarrollo de los huesos; la vitamina A para la salud de los ojos, la piel y el sistema inmunitario; todas las vitaminas B para la producción de energía; el zinc para la salud del sistema inmunitario; y el potasio. Además, el kéfir de la leche animal a menudo contiene algo de vitamina D—ya sea de forma natural de la dieta del animal o añadida al producto final. En general, los beneficios del kéfir incluyen una gran cantidad de proteínas y carbohidratos para alimentar el crecimiento de las células, incluyendo de un montón de grasas saludables que son una fuente importante de energía, además de vitales para la estructura celular, el metabolismo, el cerebro y el desarrollo del sistema nervioso.
Al igual que con el yogur, evita el kéfir bajo en grasa y sin grasa y opta por variedades con la grasa completa. Las/los bebés necesitan mucha grasa durante esta edad para apoyar la estructura celular, el metabolismo, el cerebro, el intestino, el sistema inmunitario y el desarrollo del sistema nervioso.
En particular, los cultivos probióticos que convierten la leche en kéfir pueden ser beneficiosos para las/los bebés, cuyo microbioma (las bacterias amigables que viven en el tracto digestivo) madura en los primeros años. Debido a que el microbioma puede influir en la salud del corazón, el cerebro, el metabolismo y, especialmente, en la salud inmunológica, la ingesta regular de alimentos ricos en probióticos, como el kéfir o su primo, el yogur, puede ayudar a construir colonias microbianas beneficiosas en el intestino. El kéfir puede incluso ser un probiótico más “poderoso ” que el yogur debido a su mayor diversidad de bacterias y cepas de levadura
¿Te preocupa la efervescencia en el kéfir? No hay nada que temer. El proceso de fermentación produce dióxido de carbono, que le da al kéfir su efervescencia. Además, puede haber una pequeña cantidad de alcohol presente en el kéfir, especialmente si es casero. La buena noticia es que muchos de los kefires de leche disponibles en tiendas están hechos para estar libres de alcohol.
★Consejo: Lee las etiquetas y evita el kéfir que tenga azúcares añadidos, como jarabe de arce (maple) o miel (que puede causar botulismo infantil.)
El kéfir se originó en la región del Cáucaso y es una bebida tradicional en toda Europa del este, Rusia y el suroeste de Asia, donde se conoce con nombres como кефир y gıpı. Hay versiones de yogur más diluidas y bebibles, y tanto el yogur como el kéfir son productos lácteos fermentados, pero la preparación de cada uno es diferente. El kéfir se elabora fermentando leche con “granos” de kéfir (no granos verdaderos, sino conglomerados deshidratados de bacterias y levadura) y tiende a contener bacterias más diversas que el yogur comercial. Estos granos también se pueden añadir al agua o al agua de coco para hacer kéfir de agua o tibicos (en esta pagina nos centraremos principalmente en el kéfir de leche).
Si bien el kéfir se disfruta a menudo solo como bebida, también es una excelente salsa, una base cremosa deliciosa para sopas (como el šaltibarščiai lituano) o una forma de agregar riqueza a los productos horneados (similar a la forma en que usaría el suero de leche.)
No. El sistema inmunológico de las/los bebés todavía se está desarrollando. El kéfir de leche cruda puede albergar bacterias patógenas y otros contaminantes potenciales que aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos con potencial de ser fatales para las/los bebés. La pasteurización—el proceso de calentar un alimento a una temperatura determinada para matar bacterias—es fundamental para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos y, por lo tanto, hacer que los alimentos sean más seguros para comer. Por estas razones y más, muchas organizaciones médicas recomiendan que toda la leche para consumo humano se pasteurice. En la fabricación de kéfir, la pasteurización de la leche se hace antes de que se agreguen los granos probióticos para crear kéfir, por lo que se mantienen los beneficios probióticos del kéfir.
El kéfir puro con toda la grasa (o leche entera), pasteurizado, servido como salsa o incorporado a otros alimentos es lo mejor para las/los bebés. Si bien hay muchos kefirs de origen vegetal en el mercado, hechos de leche de coco, almendras, anacardos y otras, ten en cuenta que su contenido nutricional varía y puede que no sean una fuente confiable de calcio, vitamina D u otros nutrientes como proteínas y grasas para los niños/niñas.
Puede serlo, dependiendo de la edad del bebé. Antes de los 12 meses de edad, las/los bebés solo deben beber leche materna, leche de fórmula y, si deseas, cantidades muy pequeñas de agua. Después de los 12 meses de edad y suponiendo que tengan una dieta equilibrada, se puede ofrecer kéfir de coco o de agua como bebida ocasional. Estas alternativas al kéfir de origen animal todavía contienen los beneficios de los microbios que ayudan el intestino similar a los del kéfir de leche aunque por lo general no ofrecen grasas, proteínas, calcio, vitamina A o vitamina D. El agua de coco contiene muchos minerales electrolíticos y azúcares naturales. Ten en cuenta que algunos kefirs de coco o agua pueden contener alcohol de la fermentación y pueden no ser apropiados para niños/niñas. Lee atentamente las etiquetas.
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