Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
La grosella, cuando se aplasta o cocina y se mezcla con otros alimentos, se puede introducir a la dieta del/a bebé tan pronto como esté listo(a) para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad.
Originarias de partes de Norteamérica, el norte de Asia y el norte de Europa, las grosellas crecen en varios colores, desde el blanco al rosa pálido y el morado intenso y tienen un sabor ácido. La grosella negra es particularmente popular en el Reino Unido, en parte por los efectos de la Segunda Guerra Mundial ya que la guerra hizo muy difícil tener acceso a otros tipos de fruta y la grosella se distribuía a niños(as) para evitar los efectos de deficiencia de vitamina C. Toma nota de que la fruta seca llamada grosella zante es un tipo de pasa y no esta relacionada con la grosella.
Sí. Las grosellas son ricas en carbohidratos, fibra, vitamina C y antioxidantes. También ofrecen nutrientes como vitamina B, calcio, magnesio, potasio, vitamina E y, en el caso de algunas variedades de grosellas, ácidos grasos omega-3 de origen vegetal. Juntos, estos nutrientes respaldan los niveles de energía, el funcionamiento digestivo, la absorción de hierro y la reparación y recuperación del cuerpo. También ayudan a regular los niveles de electrolitos en el cuerpo, los procesos metabólicos y el funcionamiento del sistema nervioso.
★ Consejo: La grosella se mantiene fresca por hasta 6 días cuando se almacena envuelta de manera holgada en el refrigerador.
No. Alergias a la grosella son poco comunes, pero si se han reportado. Individuos que tienen el síndrome de alergia oral (también llamado síndrome de alergia oral al polen), en particular, los individuos que son alérgicos al polen del pasto pueden ser sensibles a la grosella, aunque se requiere más información. El síndrome de alergia oral, usualmente causa una sensación corta de comezón, hormigueo o ardor en la boca y es poco probable que resulte en una reacción peligrosa. Cocer la grosella puede ayudar a minimizar la reacción.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. Las grosellas son pequeñas, redondas y resbaladizas, cualidades que incrementan mucho el riesgo de ahogamiento. Para minimizar el riesgo, cocina las grosellas hasta que exploten o aplasta cada grosella antes de servirla. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y mantente al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Espera para servir jugo de grosella pasteurizado como bebida hasta después de los 12 meses de edad. Ten en cuenta que puede ser beneficioso esperar hasta que el/la niño/a cumpla dos años para ofrecer jugos y otras bebidas azucaradas con regularidad. Las investigaciones sugieren que el consumo regular de jugos y otras bebidas dulces tiende a aumentar el riesgo de caries dentales y llenarles el estómago, lo que puede disminuir la motivación del/a niño para comer otros alimentos a la hora de comer y puede afectar negativamente su crecimiento. Sin embargo, una pequeña porción de jugo ocasionalmente después del año de edad generalmente no es un motivo de preocupación. Aprende más sobre el jugo y los bebés y niños pequeños.
No. Evita servir grosellas secas on regularidad hasta que el/la niño(a) tenga cerca de 24 meses de edad. Las frutas secas son un peligro de ahogamiento para bebés y para niños pequeños. Si quieres compartir un platillo que tiene grosellas secas con el/la bebé, asegúrate de rehidratarlas en agua tibia y luego picarlas finamente para reducir el riesgo de ahogamiento. Considera que muchos productos comerciales de grosella seca (especialmente los que están etiquetados como productos de grosellas zante) en realidad contienen pasas.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Aplasta las grosellas frescas o cocínalas hasta que exploten y mézclalas con otros alimentos fáciles de comer con cuchara como las gachas o el yogur.
Aplasta las grosellas frescas para hacer pequeñas discos y sírvelos directamente en la charola o mesa dejando que el/la bebé los agarre de manera independiente para que practique el agarre de pinza (cuando el dedo índice y pulgar se juntan). También puedes seguir ofreciendo grosellas cocidas o aplastadas solas o mezcladas con otros alimentos suaves.
A esta edad, muchos(as) niños(as) están listos para aprender a comer una grosella entera. Antes de ofrecer una, evalúa las habilidades del/a niño(a). Si ves que ya es capaz de masticar bien y de manera consistente y que no se llena la boca, y te sientes cómodo(a), puedes ofrecer una grosella entera siempre que estén en un ambiente de alimentación seguro. Para reducir el riesgo de ahogamiento, ofrece y al mismo tiempo modela como aplastas las grosellas con tus dientes y mantente al alcance del/a niño(a). Conforme el/la niño(a) demuestre habilidades para seguir instrucciones y comer de manera segura, puedes ofrecer más de una grosella a la vez. Servir grosellas esparcidos por la charola o mesa reducirá el riesgo de ahogamiento ya que hará que el/la niño(a) las coma lentamente y previene que se meta puños enteros en la boca.
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