El yogur se puede introducir tan pronto como el/la bebé esté listo para comenzar a comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. ¿Has escuchado que las/los bebés no pueden comer lácteos? Los lácteos se pueden introducir antes de los 12 meses en forma de alimentos sólidos como el yogur. Sin embargo las/los bebés no deben beber leche de vaca hasta los 12 meses de edad. El sistema digestivo de un/una bebé puede no tolerar bien las proteínas de la leche de vaca en grandes cantidades además esta es nutricionalmente incompleta. Para obtener más información sobre cómo introducir la leche y de cuántas porciones de productos lácteos debe tomar un bebé, consulta nuestras preguntas frecuentes sobre la leche.
La leche y las bacterias puede que no parezcan una combinación ideal, sin embargo el yogur es exactamente eso: leche (de vaca, oveja, cabra, búfalo de agua, yak, camello y más) fermentada con cultivos bacterianos hasta que está casi sólida. Si bien la palabra yogur es de origen turco, el mismo alimento básico se ha elaborado y consumido en toda Europa, África del Norte y Asia durante miles de años. Esta larga historia ha dado lugar a muchas formas distintas de yogur y subproductos de yogur, incluidos yogures diluidos y bebibles, yogur seco y alimentos similares al yogur como skyr y labneh. El yogur se puede disfrutar solo o se puede utilizar para cocinar y hornear, tanto en platos salados como dulces.
★ Consejo: Los envases grandes de yogur suelen ser más accesibles por onza/mililitro que los envases pequeños de una sola porción.
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Sí. El yogur entero (de cualquier animal) está lleno de nutrientes que las/los bebés necesitan para crecer y desarrollarse. El yogur contiene altos niveles del calcio, que es muy importante para el desarrollo óseo; algo de vitamina A para la salud de los ojos, la piel y el sistema inmunológico; todas las vitaminas B para obtener energía; zinc para la salud inmunológica; y potasio. El yogur también es una gran fuente de proteínas, carbohidratos y grasas. Solo asegúrate de ofrecer yogur de leche entera para el/la bebé (con toda su grasa). Las/los bebés necesitan mucha grasa a esta edad para apoyar la estructura celular, el metabolismo, el cerebro, el intestino, el sistema inmunológico y el desarrollo del sistema nervioso. Dicho esto, controla la ingesta total de lácteos del bebé, ya que el consumo excesivo de lácteos está asociado con la anemia por deficiencia de hierro. Para obtener más información sobre la cantidad de lácteos optima, consulte nuestras preguntas frecuentes sobre la leche.
Notablemente, los cultivos probióticos que convierten la leche en yogur pueden ser increíblemente beneficiosos para las/los bebés, cuyo microbioma (las bacterias amigables que viven en el tracto digestivo) se desarrolla rápidamente en los primeros años de vida. Debido a que el microbioma puede influir en la salud del corazón, el cerebro, el metabolismo y, especialmente el sistema inmunológico, la ingesta regular de alimentos ricos en probióticos como el yogur o su primo, el kéfir, genera colonias microbianas beneficiosas en el intestino.
Por último, existen diferencias en el yogur de los animales criados por pastoreo frente a las granjas convencionales. Por ejemplo, se ha demostrado que el yogur elaborado con leche de vacas criadas en pastoreo tiene más grasas omega 3 y otros nutrientes que el de las vacas criadas con cereales. Los productos lácteos no orgánicos también pueden contener residuos de pesticidas (incluido el DDT, un químico que altera el sistema endocrino) que pueden afectar negativamente la salud física, mental y conductual de un niño. Los productos lácteos orgánicos a menudo –pero no siempre– son más costosos que los convencionales. Por eso si los productos orgánicos no están en tu propósito, considera hacer tu propio yogur. Independientemente, todas las variedades de yogur natural son beneficiosas. Si la seguridad alimentaria es una preocupación para ti, busca recursos en línea como FindHelp y Feeding America para identificar los recursos de ayuda alimentaria locales cerca de ti.
No, aunque en teoría una persona puede ahogarse con cualquier alimento o líquido. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer, mantente a la distancia de tu brazo del bebé durante las comidas.
Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarizarte con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Sí. El yogur a menudo se elabora con leche de vaca, que es un alérgeno alimentario común en los niños/niñas pequeños y representa aproximadamente el 20% de todas las alergias alimentarias infantiles. Si bien muchos yogures se elaboran con otras leches, los productos lácteos de rumiantes, como ovejas, cabras y búfalos, pueden provocar reacciones alérgicas similares a los productos lácteos de leche de vaca. Dicho esto, hay buenas noticias: la alergia a la leche suele desaparecer con el tiempo. Las investigaciónes muestran que la mayoría de los niños/niñas con alergia a la leche de vaca la superarán a los 6 años. También muchos bebés con síntomas leves de alergia a la proteína de la leche (que pueden aparecer como sangre en las heces sin generar dolor) pueden reintroducir con éxito la leche de vaca tan pronto como el primer cumpleaños. Esto con la orientación de profesionales pediátricos apropiados.
Para aquellos con niños/niñas mayores que son intolerantes a la lactosa (lo que en realidad es poco común en los niños/niñas), también hay buenas noticias: las personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar mejor el yogur, ya que tiene un contenido de lactosa menor que la leche misma y porque los probióticos en el yogur ayudan a descomponer la lactosa.
Si tienes un historial familiar fuerte de alergia a la leche o sospechas que el/la bebé puede ser alérgico a los productos lácteos, puedes consultar a un alergólogo antes de introducir el yogur. El alergólogo puede indicar que el riesgo es bajo para introducir el yogur al bebé en el hogar. Alternativamente, se le puede ofrecer la oportunidad de introducir yogur bajo supervisión médica en la clínica, esto conocido como provocación oral con alimentos. Al igual que con todos los alérgenos comunes, comience por servir una pequeña cantidad para las primeras porciones. Si no hay una reacción adversa, aumente gradualmente la cantidad en las próximas porciones.
Guía recomendada: Introducción de alérgenos
El yogur natural con toda la grasa (o de leche entera) que ha sido pasteurizado es el mejor para las/los bebés. El yogur griego es especialmente útil para las/los bebés que comienzan con sólidos porque se adhiere bien a las cucharas (¡y a los dedos!). De lo contrario, los tipos específicos de yogur tienen diferentes sabores y fortalezas nutricionales, así que diviértete experimentando. En general, las variedades de yogur de cabra, yogur griego y yogur de leche de oveja tienden a tener más proteínas que el yogur de leche de vaca.
Las opciones de yogur a base de plantas son casi ilimitadas con ingredientes que van desde soja, avena, proteína de guisante, coco, anacardo, almendra, nuez de macadamia, habas, mandioca, banano y más. Ten en cuenta que algunos de estos “yogures” pueden no contener cultivos probióticos y muchos contienen ingredientes añadidos para mejorar la textura y la vida útil, así como azúcar para mejorar el sabor.
Desafortunadamente, los yogures de origen vegetal a menudo no contienen tanta proteína, grasa, calcio o vitamina B12 como sus contrapartes de origen animal, que son nutrientes especialmente importantes para bebés con dieta vegana. Si compras un yogur de origen vegetal, opta por una marca sin azúcares añadidos que esté fortificada con calcio y vitamina D. El yogur de soja tiende a ser el sustituto más rico en proteínas y comúnmente está fortificado. Para obtener más orientación sobre los substitutos de la leche, consulte nuestras preguntas frecuentes sobre la leche.
★ Consejo: Lee las etiquetas y evita los yogures que tienen azúcares añadidos, como jarabe de arce, frutas mezcladas y miel (que también puede causar botulismo infantil).
No. Las/los bebés tienen sistemas inmunológicos inmaduros que aún se están desarrollando. El yogur de leche cruda puede albergar bacterias patógenas y otros contaminantes potenciales. Estos pueden aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos que pudieran ser fatales para los bebés. La pasteurización—el proceso de calentar un alimento a una cierta temperatura para matar las bacterias—es fundamental para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos y hacerlos más seguros para comer. Por estas razones y más, muchas organizaciones médicas recomiendan que toda la leche para consumo humano sea pasteurizada En la elaboración del yogur, la pasteurización de la leche ocurre antes de que se agreguen cultivos probióticos para crear yogur, por lo que se mantienen sus beneficios probióticos.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrécele yogur natural, pasteurizado y con toda la grasa (de leche entera). El yogur griego es perfecto para esta edad y facilita que las/los bebés se alimenten por sí mismos. Deja que el/la bebé coma el yogur con las manos y/o coma con una cuchara precargada (pasar la cuchara por el aire hará que sea más fácil de agarrar). Si ya has introducido con éxito mantequillas de nueces o semillas, mezclarlas con el yogur aportará un toque nutricional adicional y hará que el yogur sea un poco más espeso (y, por lo tanto, menos probable que se caiga de la cuchara).
A esta edad, las/los bebés comienzan a ser un poco más hábiles con los dedos y es posible que puedan tomar cucharas precargadas de forma independiente. Continúa ofreciendo yogur natural pasteurizado con toda la grasa (leche entera) o yogur griego con toda la grasa y dale al bebé muchas oportunidades para tomar la cuchara precargada de forma independiente. Ten en cuenta que muchos bebés se cansarán rápidamente con esta actividad, así que no te preocupe si el bebé necesita ir y venir entre comer con los dedos, o con una cuchara precargada en el aire o con una cuchara precargada apoyada en el borde de un plato. ¡Varias cucharas al mismo tiempo ayudarán!
En este rango de edad, si todavía estás precargando cucharas y pasándolas por enfrente del bebé, es un buen momento para precargar la cuchara y dejarla en el borde del tazón para que el niño/niña pequeño aprenda de forma independiente y a practicar el uso de cuchara. Ten paciencia: es posible que el uso constante e independiente de los utensillios no llegue hasta los 15 a 18 meses de edad. Es importante saber que es común que los niños/niñas pequeños y mayores consuman muchos lácteos, lo que puede provocar anemia por deficiencia de hierro. Un niño/niña solo necesita alrededor de 2 a 2,5 porciones de lácteos por día o un alimento rico en calcio equivalente. Consulta nuestras preguntas frecuentes sobre la leche para obtener más información.
Para mayor información sobre cómo cortar y servir comida para bebés, visita nuestra página Bocados para bebés: Tamaños y formas para BLW
Rinde
1 taza (240 ml)
Tiempo de preparación
5 minutos
Edad sugerida
6 meses o más
1 taza (240 ml) yogur griego natural
1 cdta (5 g) almendras molidas finamente (opcional)
Esta receta contiene alérgenos comunes: lácteos (yogur) y frutos secos (almendra). Servir sólo una vez que estos alérgenos han sido introducidos de manera segura a la dieta del/a bebé. Siempre chequear la etiqueta de los productos procesados comprados, tales como el yogur, ya que podrían incluir potenciales alérgenos. Ingredientes agregados podrían incluir miel, la cual no está recomendada para bebés menores a 12 meses.
Pelar el banano y cortar por la mitad.
Tomar una de las mitades y empujar un dedo justo en el centro del banano para partirlo naturalmente y conseguir las lanzas.
Poner unas lanzas de banano en el yogur listas para el agarre del/a bebé.
Espolvorear almendras en polvo por encima. Puedes sustituir las almendras por cualquier otro fruto seco o semilla triturada finamente que haya sido introducido de manera segura a la dieta del/a bebé.
Servir el yogur
Ofrecer el yogur y las lanzas de banano al/a bebé y dejar que se alimente por sí mismo(a).
Si necesita ayuda, puedes untar una banano o cuchara apta en el yogur y mantener en el aire en frente del/a bebé para que lo agarre de tus manos.
Come tu porción de lanzas de banano con yogur junto al/a bebé para modelar cómo se hace.
Almacenamiento: El yogur abierto y las lanzas de banana se mantienen bien en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días.
El yogur tiene una acidez cremosa que combina bien con sabores de frutas brillantes, como arándano, frambuesa, banano, granada, kiwi, pera o fresa. Esa cremosidad también proporciona una base excelente para los sabores suaves como nuez de maní y macadamia, pistacho, sésamo y linaza. El yogur hace una salsa deliciosa, especialmente cuando se combina con hierbas como menta y cilantro o especias como jengibre, comino o paprika.
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