Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
Sí
Alérgeno común
No
La carne o el bistec se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comer sólidos, lo cual generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Para más información acerca de los diferentes cortes y preparaciones, revisa nuestra página sobre tapapecho/falda y carne de res molida.
La palabra "bistec" describe cortes de carne proveniente de una variedad de animales (ciervo, alce, cordero y pescado, por nombrar algunos), pero con mayor frecuencia se refiere a la carne de res. El bistec o los filetes de res vienen en diferentes cortes, algunos con hueso y otros sin hueso. La textura también varía. El filet mignon, el chuletón y el solomillo son tiernos, mientras que el filete de falda y lomo son mucho más duros.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece la carne en el hueso, removiendo previamente cualquier pedazo grande de carne o grasa, u ofrece tiras de carne bien cocida del tamaño de dos dedos de adulto juntos. Antes de ofrecerle carne al/a bebé, remueve cualquier pedazo de carne o grasa que esté suelto. El/la bebé probablemente solo chupará o roerá la carne. Si el/la bebé logra morder un pedazo de carne demasiado grande, respira, mantén la calma y dale la oportunidad de trabajar con el pedazo. En la mayoría de los casos, si el pedazo de carne es demasiado grande, los bebés lo escupirán o el reflejo nauseoso ayudará a empujar el pedazo hacia afuera de la boca con una arcada. Si el/la niño/a requiere ayuda para sacar el pedazo de carne de su boca, inclínalo/a ligeramente hacia adelante y pon tu mano debajo de su mentón para indicar que lo pueden escupir. Sacar tu propia lengua, puede ayudar a enseñarle al/a bebé como escupir. No pongas tus dedos adentro de la boca del/a bebé ya que esto puede empujar la comida hacia la garganta, incrementando el riesgo de ahogamiento.
Ya que muchos bebés a esta edad comienzan a sobrellenarse la boca, este es un buen momento para reducir el tamaño de la carne que ofreces a pedazos de carne finamente picada o desmenuzada. Si el/la bebé todavía no es capaz de agarrar pedazos pequeños de comida, intenta incorporar carne picada o rallada con alimentos que se puedan comer con cuchara como puré de papa, polenta o puré de tubérculos.
Una vez que sientas que el/la niño/a haya madurado en sus habilidades para comer (que sea capaz de mover la comida dentro de su boca de un lado a otro para masticar, masticar antes de tragar y poner una cantidad apropiada de comida en su boca), puedes empezar a ofrecer pedazos de carne del tamaño de un bocado. Esta es una muy buena forma de fomentar el uso de cubiertos, lo cual tiene el valor agregado de que el/la niño/a comerá más despacio. Intenta precargar un solo pedazo de carne en un utensilio y dárselo al/a niño/a. Si quieres ofrecer una rebanada más grande de carne para que practique morder y masticar, este es un buen momento para hacerlo. Solo recuerda mantenerte al alcance del/a niño/a en todo momento y observar detenidamente, ya que la carne es un riesgo de ahogamiento tanto para niños como para adultos.
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Sí. El bistec es firme y difícil de masticar, que son características que aumentan el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve el bistec de manera apropiada de acuerdo a la edad de cada niño/a. Ten en cuenta de que algunos pedazos de carne pueden moverse demasiado lento por el esófago (el tubo de deglución). A pesar de que esto puede dar miedo, cuando esto pasa, el individuo usualmente puede seguir respirando. Si crees que un pedazo de comida está causando incomodidad en el esófago del/a niño/a, (puede que llore y tenga dificultad para tragar), ofrécele algo de tomar en un vaso abierto, un biberón o una sesión de lactancia. Si esto no resuelve la situación, llama a los servicios de emergencia. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y mantente al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
No. La carne de res no es un alérgeno común, aunque sí se han reportado casos de reacciones alérgicas.Las mordidas de ciertas garrapatas (principalmente las garrapatas Lone Star, que se encuentran en la superficie continental de los Estados Unidos, pero también otras garrapatas alrededor del mundo), están asociadas con el desarrollo de una alergia a la galactosa alpha-1 galactosa-3 (también conocida como “alpha gal”), la cual es una azúcar que se presenta en la carne de los mamíferos no primates. Esto resulta en una reacción alérgica retardada, entre 3 y 8 horas después de consumir cualquier carne roja, incluyendo la carne de res. Sin embargo, algunos individuos con la alergia alpha gal también desarrollan una reacción a las pequeñas cantidades de azúcar presentes en los productos lácteos, en la gelatina o en los tejidos de los órganos (como el hígado) de los mamíferos. La alergia alpha gal es más frecuente en el sureste de los Estados Unidos pero está comenzando a ser más común en otras áreas en donde la población de la garrapata Lone Star se está expandiendo. Aunque es poco común, los individuos con una alergia a los lácteos pueden tener un riesgo un poco más alto de ser sensibles a la carne de res Sin embargo, hay estudios que demuestran que un gran porcentaje de los individuos con una alergia confirmada a la carne de res, también tienen una alergia a la leche de vaca.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones y observa con cuidado conforme el/la bebé come. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. La carne es rico en proteínas y, a menudo, en grasas, que son esenciales para apoyar el crecimiento y desarrollo del bebé. También es rico en otros nutrientes esenciales, como hierro, colina, selenio, zinc y vitaminas B6 y B12. Juntos, estos nutrientes apoyan el crecimiento, el desarrollo del cerebro, la energía para jugar y explorar, los glóbulos rojos sanos, la percepción del gusto, la salud inmunológica, la función hormonal, los procesos metabólicos y más. Los bebés necesitan cantidades incrementales de hierro a partir de los 6 meses de edad, cuando sus reservas se agotan. La carne ofrece una gran fuente de hierro nutricional en esta etapa de la vida de los bebés.
Siempre y cuando la temperatura interna de la carne cocida haya alcanzado los 63 Centígrados (145 grados Fahrenheit) y la carne haya podido reposar por algunos minutos antes de servirse, puedes ofrecer carne que se vea “rosada” desde los 6 meses de edad. Cocinar la carne hasta llegar a esa temperatura reduce los riesgos de infecciones alimentarias. La carne cruda, a término azul (poco cocida), rojo o inglés y la carne a término medio-cruda, conllevan un riesgo más alto de infecciones alimentarias independientemente de la edad. Sin embargo, los bebés y los niños pequeños son más susceptibles y tienen un riesgo aumentado de contraer una enfermedad grave.
Siempre y cuando el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos y la carne se prepare de acuerdo al corte indicado según su edad, el mejor corte para el/la bebé es el corte que sea más accesible para tu familia. El T-bone, el ribeye y otros cortes de carne que se encuentran pegados a un hueso robusto son muy buenas opciones. Una vez que el pedazo de carne o la grasa se han desprendido, la textura firme del hueso y su forma alargada pueden actuar como un mordedor, ayudando al/a bebé a aprender sobre los límites de su boca.
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