Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
El quesillo, cuando es pasteurizado y bajo en sodio (100 mg por porción o menos), se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad.
El quesillo, también conocido como Queso Oaxaca – un nombre que indica su popularidad y valor en el estado en el que se origina este queso (Oaxaca, México). También se le llama queso de hebra ya su consistencia elástica y rebontante puede separarse en hebras como el queso mozzarella fresco. El quesillo tiene un método de producción similar: comienza con leche de vaca, rica en grasa y sabor y una vez que el cuajo se separa del suero, los cuajos se drenan y se empapan con agua caliente. Este baño provoca que el queso se endurezca, creando su distintiva textura hebrosa. Para preparar el queso para vender, las hebras se envuelven para obtener una bolita, como de estambre.
Sí, cuando esta pasteurizado. El quesillo de leche entera, contiene mucha proteína y grasa para proporcionar la base y la energía que se necesita para el rápido crecimiento y desarrollo del/a bebé. El quesillo también ofrece calcio y algo de vitamina A, que da soporte a los huesos, la visión, el sistema inmunológico, a tener una piel sana y más.
El quesillo se puede hacer tanto con leche pasteurizada o no pasteurizada (cruda). En general, los quesos no pasteurizados conllevan un riesgo más alto de enfermedades alimentarias. Los patógenos en la leche no pasteurizada pueden causar enfermedades en cualquier persona, sin importar su edad o estado de salud. Revisa nuestra página de queso para más información y considera el riesgo en el contexto de cada niño(a).
★Consejo: Busca quesillo de leche entera en lugar de leche descremada o semidescremada. Los(as) bebés, necesitan mucha grasa para tener energía para su rápido crecimiento.
Sí. El queso es un riesgo de ahogamiento común para bebés y niños(as). Para minimizar el riesgo, corta el queso en rebanadas delgadas o rállalo y evita servir quesillo en cubos o derretido. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y mantente al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Sí. El quesillo está hecho de leche de vaca que es conocida como un alérgeno común en niños(as) pequeños(as), representando aproximadamente una quinta parte de todas las alergias alimentarias infantiles en los Estados Unidos. Dicho esto, hay buenas noticias: la alergia a la leche suele desaparecer con el tiempo. Los estudios científicos muestran que la mayoría de los(as) niños(as) con alergia a la leche de vaca la superan a los 6 años. Además, muchos(as) bebés con síntomas leves de alergia a la proteína de la leche (que a veces aparecen como sangre en las heces, pero sin presencia de dolor) pueden ser reintroducidos a la leche de vaca con éxito a partir del primer cumpleaños, siguiendo la dirección de los profesionales pediátricos apropiados.
La leche es una causa común del síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA), también conocido como FPIES (por sus siglas en ingles). La SEIPA es una alergia retardada a las proteínas alimentarias que provoca el inicio repentino de vómitos y diarrea repetitivos unas pocas horas después de la ingestión. La reacción puede provocar una deshidratación significativa si no se trata. Cuando la leche se incluye en la dieta con regularidad, la SEIPA puede presentarse como reflujo, pérdida de peso y retraso del crecimiento. Los síntomas generalmente mejoran con la eliminación de la leche de la dieta del/a bebé. Afortunadamente, al igual que otras formas de alergia a la leche, la SEIPA que se presenta temprano en la vida generalmente es superada cuando el/la niño(a) ha alcanzado los 3-5 años de edad. A pesar de que las tasas exactas para SEIPA no se conocen, se cree que es una reacción poco común (aunque los reportes de la misma se han incrementado en los últimos años gracias que la enfermedad tiene mayor reconocimiento).
Aunque no es una alergia, la intolerancia a la lactosa puede resultar en síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, inflamación y diarrea después de la ingesta de lácteos o productos que contienen lactosa. Para los que tienen niños(as) más grandes que son intolerantes a la lactosa (ten en cuenta que esto es poco común en bebés y niños(as) pequeños(as)), hay buenas noticias: en comparación con la leche y otros productos lácteos, los quesos se toleran mejor por aquellos que son intolerantes a la lactosa, especialmente los quesos añejados que tienen menor contenido de lactosa. Sin embargo, el quesillo y otros quesos frescos pueden no serlo ya que contienen más lactosa que los quesos añejados. Toma nota de que si el/la niño(a) es intolerante a la lactosa, es importante encontrar alimentos ricos en calcio para que los consuma de manera regular y asegúrate de que tenga una dieta balanceada y que de soporte a la estructura ósea. Busca quesos que naturalmente tengan un contenido bajo de lactosa y lácteos etiquetados como “libre de lactosa”.
Si sospechas que el/la bebé es alérgico(a) a la leche, consulta un(a) alergólogo(a) antes de introducir productos lácteos como el queso. Según los factores de riesgo y el historial de tu bebé, tu alergólogo(a) puede recomendar pruebas de alergia o, en su lugar, puede recomendar la introducción de la leche bajo supervisión médica en el consultorio. Si el riesgo es bajo, te puede recomendar que introduzcas la leche en el hogar. Al igual que con todos los alérgenos comunes, comienza por servir una pequeña cantidad por sí sola para las primeras porciones y, si no hay ninguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
No. El quesillo es relativamente alto en grasa y bajo en fibra, cualidades que hacen más lento el proceso digestivo y de evacuación. El consumo significativo de queso y leche puede contribuir al estreñimiento. Ten en cuenta que los patrones de evacuación de heces pueden variar significativamente de un(a) niño(a) a otro(a). Asegúrate de hablar con tu proveedor de atención médica pediátrica si tienes inquietudes o preguntas sobre la defecación de tu bebé y su función digestiva.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece quesillo pasteurizado en hebras largas y delgadas o una rebanada de quesillo cortado de una bolita grande. De manera alternativa, espolvorea una pequeña cantidad de quesillo rallado sobre la comida del/a bebé. El quesillo también se puede rallar o derretir sobre la comida del/a bebé, pero solo en pequeñas cantidades ya que una cantidad más grande de queso derretido representa un riesgo más alto de ahogamiento.
Sirve trozos delgados de quesillo cortados en palitos como fósforos o quesillo rallado para que el/la bebé practique con el agarre de pinza. Una pequeña cantidad de quesillo derretido está bien pero no uses mucho para evitar crear grumos grandes de queso derretido que incrementan el riesgo de ahogamiento. Evita servir quesillo en pedazos grandes o cubos ya que estas presentaciones también conllevan un riesgo más alto de ahogamiento.
Continúe sirviendo trozos del tamaño de una cerilla, tiras pequeñas o rebanadas anchas y delgadas de quesillo pasteurizado. Cocina quesillo pasteurizado como lo desees; es importante que sepas que cantidades grandes de queso derretido pueden representar una dificultad para los(as) niños(as) pequeños(as) y siguen siendo un riesgo de ahogamiento. Cuando sea posible, modela en frente del/a niño(a) como separar el quesillo en hebras para que vea como comer este alimento de forma segura. Después de deshebrar el quesillo, depende de ti si quieres servir las hebras largas para que el/la niño(a) practique morder y trozar o en pedazos del tamaño de un bocado para promover el agarre de pinza. Evita ofrecer el quesillo cortado en pedazos grandes o cubos ya que estas presentaciones conllevan un riesgo más alto de ahogamiento.
Cómo preparar quesillo para los(as) bebés de 6 meses o más
Cómo preparar quesillo para niños(as) de 12 meses o más
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