Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
La avena se puede introducir tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Es común que la avena tenga contaminación cruzada con granos que contienen gluten en su procesamiento, lo cual hace que ya no esté libre de gluten. Por esa razón, las personas con enfermedad celíaca deben tener mucho cuidado y comprar avena certificada ‘sin gluten’.
Los humanos han consumido avena desde la antigüedad, y, aunque se desconoce el origen exacto de la planta, los historiadores creen que las gramíneas de avena silvestres pueden haberse originado en las tierras fértiles del norte de África y el suroeste de Asia. Hoy en día, la planta prospera en cualquier parte del mundo donde el clima es húmedo y fresco—desde las planicies de América del Sur, donde se llama avena, hasta las llanuras del norte de Europa, donde el grano se conoce como ‘coirce’ y ‘havre’.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Prepara la avena con agua, leche materna, fórmula o con leche de vaca. Para fomentar la autoalimentación, precarga una cuchara con gacha de avena y pásala en el aire para que él/la bebé la agarre. Cocinar la avena un poco más de tiempo y sin tapar ayuda a que alcance una consistencia que se adhiere a las cucharas con mayor facilidad. Si el/la bebé la quiere agarrar con sus manos, está bien. Evita agregar miel a la avena o servir productos de avena que contengan miel hasta después de los 12 meses de edad debido al riesgo de botulismo infantil. Si deseas compartir granola a esta edad, asegúrate de que no contenga miel y sírvela triturada hasta que esté completamente fina, luego mezcla con un alimento para cucharear, como puré de manzana o yogur.
Puedes ofrecer la avena preparada en gachas y probar servirla en dos presentaciones: como una bola, para que el/la bebé la sostenga y como papilla que el/la bebé pueda agarrar con las manos. También puedes experimentar y servir la avena y la harina de avena con otros alimentos como bocados para bebés: panqueques, bolitas de granos, albóndigas, o muffins.
Sirve las gachas de avena con una cuchara para que el/la niño/a practique el uso de los utensilios. No te preocupes si el/la niño/a todavía prefiere recoger la comida con las manos, está bien. Simplemente continúa ofreciendo un utensilio apropiado para su edad para que el/la niño/a tenga oportunidades de practicar, y recuerda que el uso regular y preciso de los utensilios llegará con el tiempo, probablemente en algún momento después de los dos años. También puedes servir rebanadas de pan, muffins y otros productos horneados apropiados de acuerdo a la edad hechos con avena o harina de avena.
Cómo precargar una cuchara para bebés para fomentar la auto-alimentación
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Eso depende. Las gachas de avena cocida, o las hojuelas blandas presentan un riesgo bajo cuando se preparan de forma segura de acuerdo a la edad y la capacidad de desarrollo de cada niño/a, aunque, en teoría, una persona podría ahogarse con cualquier alimento. Pero la granola, las barras de granola y otras presentaciones de avena que son firmes o difíciles de masticar pueden representar un mayor riesgo de ahogamiento. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.
Aprende sobre la diferencia entre arcadas y ahogamiento y familiarízate con el protocolo de primeros auxilios en caso de ahogamiento con nuestras guías gratuitas de rescate para bebés y niños pequeños.
No, la avena no es una causa común de alergias mediadas por IgE, aunque se han reportado reacciones a la avena, particularmente cuando los granos se aplican a la piel de personas sensibles.Ten en cuenta que muchos alimentos que se preparan con avena, como cereales, panes y otros productos horneados, pueden contener otros alérgenos comunes, como lácteos, huevos, frutos secos y trigo.
La avena y otros productos de avena son un desencadenante común del Síndrome de Enterocolitis Inducida por Proteínas Alimentarias, también conocido como SEIPA (o FPIES, por sus siglas en ingles). El SEIPA es una alergia rara y retardada a la proteína de los alimentos que causa la aparición repentina de vómitos y diarrea repetitivos unas horas después de la ingestión del alimento desencadenante. Si no se trata, la reacción puede provocar una deshidratación significativa. Afortunadamente, la mayoría de los casos se resuelven por completo en la infancia. Para obtener más información sobre el SEIPA, lee nuestra publicación sobre los Alérgenos alimentarios y los bebés.
Si el/la bebé tiene enfermedad celíaca, asegúrate de leer las etiquetas de los productos y optar por avena certificada como ‘sin gluten’. A pesar de que la avena es naturalmente libre de gluten, muchos productos de avena pueden tener contaminación cruzada con granos que contienen sí gluten (como el trigo, la cebada y el centeno), por lo que ya no son libres de gluten. La enfermedad celíaca requiere una dieta y un estilo de vida muy estrictos y sin gluten de por vida. Una “alergia” al gluten suele ser un nombre inapropiado, a menudo en referencia a la enfermedad celíaca.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad durante las primeras porciones y observa detenidamente cualquier señal de una reacción alérgica. Si no hay señales de reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad en las porciones futuras.
Sí. La avena y la harina de avena están repletas de carbohidratos saludables y contienen una forma especial de fibra llamada beta-glucano, que es particularmente beneficiosa para la salud intestinal e inmunológica. Son una gran fuente de zinc, que apoya el sistema inmunológico, el gusto y el olfato de el/la bebé, y tiene cantidades más pequeñas de otros nutrientes, como ácido fólico, colina, hierro, magnesio y selenio, entre otros. La avena es increíblemente densa en fitonutrientes— o compuestos vegetales que tienen una gran cantidad de beneficios en el cuerpo humano—como la quercetina, la rutina, los fitoesteroles, los alcaloides y más. Muchos productos de avena para bebés también contienen nutrientes añadidos, como hierro, zinc y, a veces, vitamina C para ayudar en la absorción del hierro.
★Consejo: Al comprar avena instantánea, los productos comercializados para bebés no son tu única opción. La avena instantánea regular también se le puede servir a los bebés y puede exponerlos a una textura más variada que los cereales para bebés.
Depende del producto específico. A pesar de que los granos y harinas de avena son naturalmente libres de gluten, a menudo estos han sido contaminados con granos que contienen gluten (como el trigo, la cebada, y el centeno), lo que hace que ya no sean libres de gluten. Si un/a bebé o un/a niño/a pequeño/a tiene enfermedad celíaca, asegúrate de leer las etiquetas y optar por avena que está certificada como ‘sin gluten’.
En general, el cereal de avena tiene una ventaja sobre el cereal de arroz: el arroz y los productos a base de arroz tienden a ser más altos en arsénico. Si bien el arsénico se puede encontrar en muchos granos y otros alimentos debido a la contaminación del suelo, la avena se encuentra entre los granos con menor contenido de arsénico. Para reducir la exposición de los niños a los metales pesados, concéntrate en productos que utilicen varios granos, incluyendo la avena. En términos generales, se ha demostrado que las semillas de amaranto, la cebada, el bulgur (trigo), el maíz, el farro (trigo) y el mijo contienen niveles más bajos de metales pesados en comparación con otros granos.
No. Los cereales para bebés, ya sea los cereales a base de avena o de otro tipo, no tienen que ser el primer alimento de un(a) bebé. Históricamente, los cereales para bebés se recomendaban como primer alimento porque a menudo están fortificados con hierro, un nutriente esencial que tiende a estar bajo en los bebés de 4-6 meses de edad que consumen principalmente leche materna. Sin embargo, se pueden ofrecer otros alimentos ricos en hierro en lugar de, o además de los cereales para bebés. Para obtener una lista de alimentos con alto contenido de hierro biodisponible, consulta nuestra lista de 25 alimentos ricos en hierro para bebés y niños pequeños.
No. Antes de los 12 meses, los únicos líquidos que un/a bebé debe recibir son leche materna, leche de fórmula para bebés y, si el/la bebé es mayor de 6 meses de edad, agua en pequeñas cantidades (aproximadamente 2-4 onzas o 60-120 mililitros al día) de un vaso abierto o con popote. Es aceptable servir leche de avena antes de los 12 meses de edad solo si se usa como ingrediente en alimentos sólidos. Para bebés de 6 meses en adelante, está bien utilizar la leche de avena como ingrediente para preparar alimentos sólidos.
Si después del primer cumpleaños, deseas introducir leche de avena como bebida, está bien hacerlo, pero ten en cuenta que la leche de avena no es la leche vegetal más nutritiva que hay para niños; por lo general, la leche fortificada de soya o guisantes contiene más nutrientes esenciales. Si bien la leche de avena se fortifica frecuentemente con calcio y vitamina D, a menudo es muy baja en proteína, la cual es importante para los niños en crecimiento. Ve nuestras Preguntas frecuentes sobre la leche para aprender más.
Depende del tipo. La mayoría de los copos de avena o de avena instantánea suelen pasar por tratamientos térmicos para eliminar gérmenes dañinos, por lo que técnicamente no están crudos. Por otro lado, la avena cortada al acero no siempre recibe un tratamiento térmico tan extenso, por lo que existe un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos si este tipo de avena no se cocina antes de ofrecerla al/a bebé. Además, cualquier avena cruda puede ser difícil de comer y digerir para el/la bebé. Si ofreces avena sin cocer, la avena simple o la avena instantánea son una mejor opción desde la perspectiva de la seguridad alimentaria. Como siempre, asegúrate de guardar la avena en un recipiente hermético en un lugar fresco, limpio y seco.
Sí, siempre y cuando la granola no tenga miel y esté bien molida para reducir el riesgo de ahogamiento. Si la granola contiene alérgenos alimentarios comunes (como nueces de árbol y/o sésamo), asegúrate de que los alimentos se hayan introducido de manera segura antes de moler la granola para espolvorearla en la comida de él/la bebé.
Tradicionalmente, la granola es de textura densa, requiere habilidades avanzadas de masticación y contiene nueces y frutas secas que son peligros comunes de ahogamiento. Además, puede contener alimentos potencialmente alergénicos, como frutos secos, cacahuetes, sésamo y trigo. La granola a menudo también puede tener un alto contenido de azúcar agregada y posiblemente contener miel, lo cual no es seguro para los bebés menores de 12 meses debido al riesgo de botulismo infantil. Dicho esto, cuando se abordan estos problemas, la granola finamente molida puede ser un complemento divertido para el yogur, las frutas cocidas y más. Si necesitas inspiración para los desayunos, consulta nuestras recetas de granola de fresa o granola de coco.
Sí. Una vez que los lácteos se hayan introducido de forma segura y se hayan descartado una alergia, la leche de vaca se puede usar para hacer avena y como ingrediente en otros alimentos sólidos. Sin embargo, los bebés no deben consumir leche de vaca como bebida hasta cerca de los 12 meses de edad porque carece de la nutrición que ofrecen la leche materna y la de fórmula, y, además, puede desplazar el deseo de tomar leche materna o fórmula. Para obtener más información sobre la introducción de leche y productos lácteos a los bebés, consulta nuestras Preguntas frecuentes sobre la leche.
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