Las cerezas se pueden comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad, aunque es posible que quieras esperar hasta más cerca de los 9 meses para servirlas solas. Para reducir el riesgo de ahogamiento, debes quitar el hueso a las cerezas y cortarlas en cuartos , lo que puede hacer que sea demasiado difícil para que los(as) bebés pequeños(as) las recojan de forma independiente. ¿Tienes cerezas rojas? Sírvelas un día que toque baño, ya que ensucian mucho, el jugo mancha muy fácilmente las manos, la cara y prácticamente cualquier superficie que toque.
Las cerezas son un riesgo común de ahogamiento. Sigue leyendo para aprender más acerca de cómo darle esta fruta al/la bebé de manera segura.
El origen de las cerezas se puede rastrear hasta la fruta salvaje que se origino en las áreas fértiles alrededor del mar Negro. En esa región, los humanos aprendieron a cultivar las cerezas más ricas para comerlas y para intercambiarlas con otras culturas en África, Europa y Asia en donde el florecimiento del árbol del cerezo se convirtió en símbolo de belleza, amor, y cuán efímera es la vida. Con la colonización de América, se establecieron huertos de cereza en regiones más frías que eventualmente se convirtieron en Estados Unidos. Hoy, la fruta sigue creciendo en abundancia en estados como Oregón, hogar de una de las variedades más populares, la cereza rojo rubí Bing. Detrás del nombre de está dulce variedad hay una historia aún mejor: las cerezas Bing se llaman así en honor a un inmigrante chino que trabajó en los huertos americanos durante 30 años en el siglo 19. Después de una visita familiar a su patria, no le fue permitido regresar a Estados Unidos debido a la Ley de Exclusión de Chinos.
Desde Alemania (en donde se llaman Kirshen), a Chile y Turquía (kiraz), existen miles de variedades de todos los colores. Las cerezas también varían en sabor; algunas son dulces mientras que otras son ácidas, y ambas pueden comerse frescas o cocinadas en postres y platillos salados.
Sí. Las cerezas aportan mucho sabor, fibra para promover una buena digestión y una pequeña cantidad de nutrientes beneficiosos. Por ejemplo, la fruta contiene carotenoides que actúan como antioxidantes y se convierten en vitamina A en el cuerpo para dar soporte a las células sanas y a la visión. También contienen un poco de vitamina C, un nutriente esencial para cuidar las células y construir un robusto sistema inmune para los(as) bebés en crecimiento. Debes recordar que las cerezas pueden causar inflamación abdominal y gases y pueden tener un efecto laxante, ten cuidado de no excederte.
El perfil nutricional de las cerezas dulces y ácidas varía con algunas diferencias notables. Probablemente no es sorprendente descubrir que las cerezas dulces contienen más azúcar natural que las ácidas.En contraste, las variedades ácidas contienen mayores niveles de vitamina C, carotenoides, polifenoles y otros antioxidantes cuyos beneficios varían desde reducir inflamación hasta ayudar a dormir.
Si no hay cerezas frescas, elige cerezas congeladas o enlatadas, empacadas en agua o sus jugos naturales y trata de evitar las cerezas en mieles y jarabes ya que comúnmente contienen altas cantidades de azúcar añadido. ¿Solo tienes cerezas en jarabe? Trata de colar las cerezas y enjuagarlas antes de servirlas para remover el exceso de azúcar.
Sí. Ambos tipos de cerezas son buenos alimentos para los(as) bebés pero hay un mundo de diferencias en los sabores de cada tipo. Como regla general: entre más oscura sea la cereza, el sabor será más intenso – esto sin importar si la fruta es de la variedad dulce o ácida.
Cuando presentes cerezas dulces o ácidas al/la bebé por primera vez, se práctico(a) y ofrece la variedad que tengas disponible. Existen las cerezas Lapin con jugo color escarlata y color vino, Morellos color rojo rubí que tienen un sabor ácido, las Tainers color rosa oro que tienen un jugo brillante y muchas otras. Una vez que el/la niño(a) sea más grande, hay una cantidad numerosa de platillos con cereza provenientes de todo el mundo que ayudarán a desarrollar su paladar, por nombrar algunos: sopa húngara de cerezas ácidas llamada meggy leves, te japonés sakurayu hecho con la flor del cerezo y los deliciosos clafoutis franceses horneados con cerezas.
★Consejo: Si el sabor profundo de la cereza es demasiado intenso, trata de hervirlas lentamente con manzana, jugo de naranja fresco o cualquier otra fruta dulce en lugar de azúcar refinada, ya que es recomendable limitarla en la dieta de los/as bebés y niños(as).
No. La fruta seca es un riesgo de ahogamiento común para los(as) bebés y también son una forma de azúcar fructosa condensada. Si una receta o platillo que quieres compartir con el/la bebé contiene fruta seca, trata de rehidratar la fruta con agua caliente y después la puedes moler y mezclarla con el platillo.
Sí. Las cerezas frescas presentan un riesgo de ahogamiento porque son firmes y redondas con un hueso duro en el centro. Las cerezas secas representan incluso un mayor riesgo porque la fruta seca es muy desafiante para un(a) bebé que está aprendiendo a masticar. Como siempre, para reducir el riesgo, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.
Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento, y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
No. Aunque, existen casos reportados de reacciones severas a la cereza, la cereza no es considerada como un alérgeno común.Individuos que son alérgicos al polen de los árboles de abedul, o tienen el Síndrome de Alergia Oral (también llamada Síndrome de Alergia Oral al Polen), o a otras frutas rosáceas o de la familia de frutas con hueso pueden ser sensibles a las cerezas. El Síndrome de Alergia Oral, usualmente causa una sensación de corta duración de comezón, hormigueo o ardor y es poco probable que resulte en una reacción peligrosa. Cocinar y pelar la fruta puede ayudar a minimizar la reacción. Sin embargo, la cereza puede ser difícil de pelar debido a su tamaño.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Pica finamente las cerezas deshuesadas y sin tallo para mezclarlas con alimentos suaves como pudín de semillas de chía, avena, gachas, queso ricota o yogur. También puedes triturar las cerezas picadas para obtener una textura más suave. Las cerezas deshuesadas y picadas también pueden añadir dulzura a platillos salados como granos cocidos, puré de verduras o carne desmenuzada. También puedes servir las cerezas deshuesadas y picadas solas para que el/la bebé las recoja con las manos, ¡solo prepárate para las manchas! Si deseas servir cerezas secas, rehidrata la fruta en agua caliente durante 15 minutos, luego hazla puré y mezcla una pequeña cantidad (una cucharada pequeña) en una comida para cucharear o comer con la mano.
Sirve cerezas deshuesadas, sin tallo y cortadas en cuartos -un tamaño pequeño que le permite al/la bebé desarrollar el agarre de pinza (donde se unen el pulgar y dedo índice) Si quieres seguir sirviendo cerezas picadas finamente (sin los huesos ni tallos), ya sean solas o mezcladas con otros alimentos, hazlo.
Si sientes que el/la niño(a) está listo, trata de ofrecer la cereza completa, sin semilla y sin tallo, aplastada hasta que se conviertan en un disco plano. Si notas que el/la niño(a) está escupiendo mucha de la fruta, trata de cortar los discos por la mitad para hacerlos más pequeños. Más cerca a los 18 meses, también puedes intentar servir cerezas secas (sin hueso) en pedazos del tamaño de un bocado. Pero solo presenta la fruta seca si sientes que el/la niño(a) ha desarrollado la habilidad de morder, rasgar, masticar y tragar frutos secos. La fruta seca es un riesgo de ahogamiento, entonces confía en tu instinto y espera a servir cerezas secas hasta que el/la niño(a) esté listo.
Si el/la niño(a) toma mordidas de tamaños adecuados, no se sobrellena la boca con comida y puede seguir instrucciones, puede estar listo(a) para aprender a comer una cereza entera sin hueso. Si bien las cerezas enteras son un peligro de ahogamiento, nuestra opinión profesional es que hay enormes beneficios en enseñar a los(as) niños(as) pequeños(as) a morder alimentos desafiantes y cómo comerlos de manera segura. Si crees que el/la niño(a) está listo(a) y estás de acuerdo con correr el riesgo, considera servir una cereza entera, primero demuestra cómo darle un mordisco a la cereza entera tú mismo(a). Muerde la fruta, arrancando una mitad. Di: “Mis dientes tocaron el hueso duro”. Voltea la fruta para mostrarle el hueso al/a niño(a) pequeño(a). Tócalo y explica: “Mira, hay un hueso duro aquí”. Luego, saca el hueso y muéstralo al/a niño(a) pequeño(a), diciendo "Esta parte no la comemos". Arroja dramáticamente el hueso a la basura. Ofrece una cereza entera al/a niño(a) pequeño(a) y dile, "inténtalo". Puedes tratar de detener la fruta mientras el/la niño(a) toma su primer mordisco, pero ten en cuenta que de todos modos puede llevarse la fruta entera a la boca.
Si el/la niño(a) pequeño(a) se mete el hueso en la boca sin darse cuenta, primero : no entres en pánico. Recuerda que un hueso se puede tragar entero con seguridad, o puede producir una arcada lo suficientemente fuerte como para empujar el hueso hacia adelante y sacarlo de la boca. Arrodíllate a un lado de tu niño(a) pequeño(a) y demuestra cómo sacar la lengua y di, “Escúpelo, por favor”. Pon tu mano debajo de la barbilla del/a niño(a) mientras haces la demostración. Si es necesario, pon un hueso en tu propia boca, muestra el hueso en tu lengua, luego demuestra cómo escupirlo en tu propia mano.
Cómo preparar cerezas para bebés a partir de 6 meses
Cómo preparar cerezas para bebés a partir de 9 meses
Si necesitas ideas de recetas, revisa nuestra guía de desayunos para hacer tus mañanas un poco más fáciles.
Rinde
1 taza (240ml)
Tiempo de preparación
5 minutos
Edad sugerida
6 meses o más
8 cerezas deshuesadas
¾ taza (180 ml) queso ricotta fresco
1 almendra sin sal (opcional)
Esta receta contiene un alérgeno común: lácteos (queso ricotta). Servir sólo una vez que este alérgeno haya sido introducido de manera segura a la dieta del/la bebé.
Revisar que todas las cerezas estén deshuesadas.
Triturar 4 cerezas y mezclar con el queso ricotta.
Cortar las otras 4 cerezas de acuerdo al corte indicado según la edad del/la bebé.
Triturar la almendra hasta obtener un polvo fino y espolvorear por encima.
Servir el bol
Ofrecer las cerezas y el queso ricotta al bebé y dejar que se alimente por sí mismo(a).
Si necesita ayuda, precargar una cuchara con un poco de ricotta y cerezas trituradas y mantener el cubierto en el aire en frente del/la bebé para que lo tome de tus manos.
Almacenamiento: Las cerezas cortadas y las sobras de ricotta se mantienen bien en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días.
Maridajes de sabores: Las cerezas pueden ser dulces o ácidas. Las cerezas dulces combinan maravillosamente con sabores terrosos como las nueces (almendras, avellanas y nuez pecana por nombrar algunas); granos como cuscús, freekeh o arroz; y carnes salvajes como el pato o venado. Las cerezas amargas tienen un sabor brillante y ácido- sabores que sazonan alimentos como el pollo o las costillares o que resaltan el sabor dulce de alimentos cremosos como el queso de cabra, el queso crema, el queso mascarpone o el yogur. El sabor de especies intensas como el cardamomo o la canela y el jengibre complementan su sabor agridulce.
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