Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
Sí
Alérgeno común
Sí
Al servirle huevos a un/a bebé, asegúrate de que todas las partes del huevo estén completamente cocidas ya que pueden contener Salmonella, una bacteria común que puede causar enfermedades transmitidas por los alimentos en el tracto intestinal. El riesgo disminuye al cocinar huevos a 71°C o 160° F, lo cual a veces tarda un poco más de lo que estás acostumbrado. Nunca uses huevos quebrados o sucios, ya que puede aumentar este riesgo.
Los huevos se pueden introducir a la dieta del bebé tan pronto como el/la bebé esté listo para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses. El huevo es un alérgeno alimenticio común, así que considera los factores de riesgo para el/la bebé y comienza con cantidades pequeñas de huevo bien cocido (clara y yema), ya que algunos bebés pueden tener reacciones graves incluso con la menor cantidad de huevo.
Las gallinas ponen huevos independientemente de si han sido fertilizados o no, y muchas gallinas modernas han sido criadas selectivamente para tener una alta producción de huevos durante todo el año. Dicho esto, los huevos solían ser un alimento de temporada y la puesta de huevos estaba en su apogeo cuando la luz del día era más larga (en verano)—por consecuencia, se desarrollaron diversas formas de preservar huevos para el invierno, incluyendo la salazón, el encurtido y la fermentación.
Sí. Los huevos son una excelente fuente de proteína. Tienen un perfil completo de aminoácidos (los bloques de construcción de las células) y grasas esenciales, incluyendo las grasas saturadas, el colesterol y el DHA (un ácido graso omega-3), que ayudan a construir paredes celulares, al crecimiento cerebral y a la visión. Los huevos también son ricos en otras vitaminas B y ácido fólico, así como selenio, zinc y yodo, además de tener una pequeña cantidad de hierro. Finalmente, son una de las mejores fuentes de colina, un nutriente importante para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso.
Las yemas de huevo son una de las pocas fuentes alimenticias de vitamina D, la cual es vital para la formación de los huesos. Las gallinas pastoreadas producen huevos con niveles más altos de vitamina D, vitamina E y ácidos grasos omega-3 que los huevos producidos por gallinas criadas en interiores industriales.
Comprar huevos y descifrar las etiquetas de los alimentos puede ser un proceso desafiante. Desafortunadamente, no hay una etiqueta o categoría perfecta que indique cuál es el huevo más éticamente producido, respetuoso al medio ambiente y al mismo tiempo más nutritivo. Etiquetas como "de corral", "libre de jaulas", "sin antibióticos u hormonas añadidas" pueden sonar como mejores opciones, pero estos términos a menudo tienen definiciones vagas, y no necesariamente indican que los huevos son más nutritivos o producidos de manera más ética. "Criados en pastura" no es una distinción reconocida por el USDA, por lo que el término se usa ampliamente. Pero puede indicar que las gallinas comían regularmente hierbas e insectos, lo que puede transmitir beneficios para la salud a sus huevos. Otras certificaciones, como el "Bienestar Animal Aprobado" (Animal Welfare Approved) o el “Certified Humane", tienen como objetivo indicar ciertas normas en el tratamiento de las gallinas.
★Consejo: ¿Te preguntas si los huevos siguen buenos para comer? Intenta la prueba de agua. Llena un vaso con agua y deja caer el huevo. Si se hunde, o se levanta (pero no flota), es seguro comer. Si flota hasta la superficie, ¡está echado a perder!
Esta es una decisión personal en que debes calcular el riesgo, ya que no hay una edad definida en la que los huevos poco cocidos o crudos se vuelven definitivamente seguros. Los niños menores de 5 años, las personas inmunocomprometidas y las personas con enfermedad de células falciformes se encuentran entre las personas con mayor riesgo de intoxicación alimentaria grave por Salmonella, por lo que es mejor errar por el lado de la seguridad y evitar servir huevos poco cocidos a bebés y niños.
Para algunas personas, es culturalmente importante ofrecer huevos líquidos a sus hijos. En estas situaciones, considere el riesgo en el contexto de su cultura y la salud y las necesidades de su hijo en particular. El riesgo de enfermedad se puede reduciré en las siguientes maneras:
– Compra huevos y ovoproductos pasteurizados.
– Compra huevos de gallinas que hayan sido vacunadas contra Salmonella (como los huevos de Lion Mark en el Reino Unido).
– Abstente de comprar o utilizar huevos visiblemente sucios o quebrados. Si tienes un huevo sucio, frota suavemente la suciedad visible con un cepillo o un paño en lugar de lavarlo.
– Refrigera los huevos a 40 °F (4 °C) o menos todo el tiempo.
– Lava las manos y cualquier otro objeto (utensilios, platos, encimeras, etc.) que hayan estado en contacto con huevos crudos con agua y jabón.
– Abstente de mantener los huevos y alimentos elaborados con huevo calientes a temperatura ambiente durante más de 2 horas. Si la temperatura ambiente es de 90 °F o más, el huevo cocido y los alimentos hechos con huevo deben refrigerarse o desecharse después de 1 hora. [Nota: los productos horneados sin glasear (como pan y panecillos) son una excepción y se pueden almacenar a temperatura ambiente (alrededor de 70 grados F o 21 grados C o menos) hasta por 5 días.]
– Consume sobras de platos refrigerados que contengan huevo en 3-4 días.
Sí. Las alergias al huevo se encuentran entre las alergias alimentarias más comunes en los bebés. Se estima que el 2% de los niños son alérgicos al huevo. La buena noticia es que el 70% de las niños eventualmente superan su alergia al huevo con el tiempo. Si bien la sabiduría popular antes indicaba retrasar la introducción de huevos hasta alrededor de los 2 años, ahora sabemos que no existe una buena razón para retrasar la introducción de los huevos en la dieta del/a bebé. De hecho, hay estudios que muestran que la exposición temprana y continua a los huevos durante la infancia puede ayudar a prevenir la alergia al huevo.
Si vas a ofrecer huevos al/a bebé por primera vez, se recomienda comenzar con una pequeña porción de huevo bien cocido y observar cuidadosamente las señales de alergia o sensibilidad a partir del primer bocado. Si el/la bebé muestra tolerancia después de 5 a 10 minutos, puedes ofrecer el resto del huevo al ritmo de alimentación habitual del/a bebé. A continuación puedes incrementar gradualmente la cantidad de huevo que ofreces en el transcurso de las siguientes comidas. Los alergólogos recomiendan mantener los alérgenos comunes, incluido el huevo, de manera regular una vez introducidos. Estudios recientes establecen que un promedio de 1/3 de huevo bien cocido cada semana durante la niñez temprana es suficiente para promover la tolerancia al huevo a largo plazo.
Algunos bebés pueden tener reacciones graves incluso a la menor cantidad de huevo. Las reacciones alérgicas pueden incluir irritabilidad, letargo, ojos llorosos, urticaria, erupciones cutáneas, picazón, hinchazón facial, sibilancias, tos, vómitos, diarrea y calambres en el abdomen. Si la reacción es leve, deja de ofrecer huevo y ponte en contacto con el médico del bebé para obtener más orientación. Si la reacción es grave y/o el/la bebé está teniendo problemas para respirar o parece inusualmente letárgico, llama a los servicios de emergencia inmediatamente ya que el/la bebé puede estar experimentando un shock anafiláctico. Nunca confíes únicamente en la presencia de un sarpullido rojo como indicación de una reacción alérgica, especialmente en bebés con piel morena. Esto es porque la urticaria, sarpullido y enrojecimiento pueden no ser obvios en tonos de piel más oscuros.
Los antecedentes familiares de alergias alimentarias no deben ser una razón para aplazar la introducción del huevo. Sin embargo, si el/la bebé tiene eczema severo u otra alergia alimentaria preexistente, puede tener un mayor riesgo de alergia al huevo. Si esto aplica a tu bebé, ponte en contacto con tu médico antes de introducir el huevo, por que te puede sugerir realizar pruebas de alergias y/o introducir el huevo de manera supervisada en el consultorio del/a alergólogo(a). Si crees que tu bebé puede ser alérgico/a al huevo, haz una cita con un/a alergólogo/a pediatra. Muchos niños con alergia al huevo pueden tolerar el huevo horneado y el/la alergólogo/a puede ayudarte a determinar si esta sería una opción para tu bebé.
Por último, los huevos son un desencadenante conocido del síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias, también conocido como SEIPA o FPIES. El SEIPA es una alergia tardía a las proteínas de los alimentos que provoca la aparición de vómitos y diarrea repetitivos unas horas después de la ingestión. Si no se trata, la reacción puede resultar en una deshidratación significativa. Afortunadamente, el SEIPA se presenta temprano en la vida y generalmente se supera cuando los niños alcanzan los 3-5 años de edad.
No. El huevo presenta un bajo riesgo de ahogamiento cuando se prepara de acuerdo a la edad y las habilidades de cada niño/a, aunque, en teoría, una persona podría ahogarse con cualquier alimento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve los huevos de forma apropiada según la edad del/a bebé. Los huevos pueden adherirse a la lengua o al paladar y provocar bastantes arcadas, así que procura ofrecer una bebida en un vaso abierto para ayudar al/a bebé a tragar los bocados de comida. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y mantente siempre cerca del/a bebé durante las comidas.
Aprende sobre la diferencia entre arcadas y ahogamiento y familiarízate con el protocolo de primeros auxilios en caso de ahogamiento con nuestras guías gratuitas de rescate para bebés y niños pequeños.
Sí, está bien que los niños coman huevos diariamente. Los huevos son nutritivos y versátiles y, por lo general, también son económicos y accesibles. En algunos casos, comer repetidamente huevos preparados de la misma manera todos los días puede hacer que el/la niño(a) se canse de la comida y, potencialmente, rechace la comida en el futuro. Para ayudar a evitar la fatiga del gusto, intenta ofrecer huevos en una variedad de formas y, como siempre, ofrece una dieta diversa para garantizar una nutrición equilibrada y una relación saludable con la comida.
¿Te preocupa el colesterol? Investigaciones recientes han demostrado que el colesterol de la dieta no parece contribuir al riesgo cardiovascular, sino que apoya al cuerpo humano de muchas maneras.
Sí, aunque los huevos duros presentan más riesgo de ahogamiento, ya que la yema seca y calcárea puede ser un desafío para que las/los bebés pequeños(as) lo muevan en la boca. Si bien puedes ofrecer huevos duros cortados en cuartos o en rodajas a bebés de 9 meses en adelante (que son más capaces de recoger pequeños trozos de comida), otras preparaciones como omelets y huevos revueltos integran completamente la yema y la clara, lo que hace que sea más probable para que las/los bebés reciban esa yema nutritiva en sus vientres. Si decides ofrecer huevos duros antes de los 9 meses de edad, intenta triturarlos en una ensalada de huevo con un poco de agua, leche materna/humana, fórmula o yogur para integrar mejor la yema.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
La forma más fácil de introducir huevos a esta edad es a través de un omelet bien cocido y cortado en tiras rectangulares del tamaño de dos dedos adultos juntos. Esta forma hace que sea fácil para los bebés recoger los huevos y comer de forma independiente. Si el/la bebé tiene dificultades para recoger los alimentos de la mesa o bandeja, trata de pasarle tiras de huevo verticalmente por el aire. ¿Quieres servir huevos cocidos? Simplemente prepara un puré con agua, aguacate, leche materna, fórmula, o yogur si los lácteos se han introducido de manera segura.
A esta edad, el agarre de pinza del(a) bebé (donde se unen el pulgar y el dedo índice) se está desarrollando, lo que permite agarrar pedazos de comida más pequeños. Como tal, este es un buen momento para reducir el tamaño a pequeños pedazos de omelet, huevos revueltos o huevos duros (en cuartos o en trozos pequeños). Con huevos duros, ofrece agua en una taza junto con el huevo duro para ayudar a controlar la yema seca. Si el/la bebé tiene dificultades para recoger pequeños trozos de comida, continúa ofreciéndo tiras de omelet y, por supuesto, siempre puedes triturar los huevos con leche, fórmula o alimentos como aguacate o yogur para comer con las manos o con utensilios precargados.
Explora una amplia variedad de preparaciones con huevos, cortando omelets y huevos duros en trozos pequeños y continúa asegurando de que los huevos estén bien cocidos. Este es un buen momento para practicar con tenedores. Los pequeños cuadrados de omelet pueden ser excelentes para practicar con los utensilios. Los muffins de huevo también son una forma excelente de servir un desayuno nutritivo que se puede preparar con anticipación, congelar y calentar. Ofrecer un muffin de huevo también permite que los niños pequeños practiquen cómo dar mordiscos precisos. ¿Quieres servir un huevo duro entero? Puedes intentarlo. Solo ten un vaso de leche o agua cerca para ayudar a 'lavar' la yema calcárea de la boca.
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