Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
Los tomates, específicamente los tomates "cherry" y "uva", son peligros comunes de ahogamiento. Continúa leyendo para aprender a servirlos de forma segura.
Los tomates se pueden comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebe esté listo/a para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Los tomates y otros alimentos ácidos pueden causar una irritación inofensiva en la piel que entra en contacto directo con los jugos y, a veces pueden contribuir a rozaduras de pañal.
La planta de tomate es nativa de América Central y América del Sur, donde se cree que fue primeramente cultivada por los Aztecas. Estos le dieron el nombre náhuatl de tomātl a la fruta jugosa y redonda. Si bien sus raíces están en las Américas, los tomates son uno de los ingredientes más omnipresentes en la cocina hoy en día, en parte debido a los conquistadores españoles, que llevaron las semillas a Europa.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Corta un tomate grande y maduro en cuartos y ofrece los pedazos para que tu bebé los pueda chupar y masticar. Si la piel del tomate se convierte en una molestia, simplemente retírala y ofrece otro pedazo. En esta etapa, también puedes ofrecer un tomate grande y maduro entero para que el/la bebé lo coma, como si estuviera comiendo un durazno entero. Recuerda que los tomates tienen múltiples texturas: piel resbalosa, pulpa suave y jugosa y pequeñas semillas, que pueden provocar arcadas y tos. Los tomates pueden causar sarpullido cuando el jugo ácido entra en contacto con la piel y también puede contribuir a la rozadura del pañal. Así que considera no ofrecer demasiado tomate. Si el/la bebé parece sensible a los jugos, intenta servir tomate cocido u otro alimento en una salsa de tomate simple.
Trata de servir tomates cereza cortados en cuartos como bocados o para practicar con un tenedor precargado. Pon atención por si algún pedazo de piel es demasiado persistente, y si se le sale mientras come, entrena al/a bebé a escupirlas sacando tu lengua. Alternativamente, sirve rodajas grandes y maduras de tomate, rebanadas delgadas y redondas de tomate, u otros alimentos en salsa de tomate.
Puedes seguir sirviendo tomates cereza en cuartos. Cuando sientas que el/la niño(a) ha desarrollado habilidades alimentarias maduras (dar mordidas pequeños con los dientes, mover los alimentos a un lado de la boca al masticar, masticar bien antes de tragar, no llenarse la boca demasiado con los alimentos y finalmente, identificar y escupir los alimentos cuando no están bien masticados) y que es capaz de comer cuartos de tomates cereza con facilidad, entonces puede estar listo para aprender a comer tomates cereza enteros. Recuerda que la práctica con tomates cereza enteros siempre debe ser en un asiento con soporte apropiado y con tu supervisión y entrenamiento.
Si todavía no has ofrecido tomates cereza cortados a la mitad a lo largo, es posible que desees comenzar con este tamaño antes de pasar a los enteros. Luego, comienza con tomates cereza grandes y maduros—cuanto más grandes, mejor. Recomendamos los largos, de forma ovalada (a veces llamados tomates uva) en lugar del tamaño redondo más pequeño, ya que con los más grandes es mas probable que el/la niño(a) los muerda en lugar de meterlos enteros en la boca. Te recomendamos primero demostrar: da un mordisco despacio para cortar el tomate por la mitad con tus dientes delanteros. Entrega la otra mitad al pequeño o pequeña y deja que lo agarre y se lo coma. Luego ofrécele un segundo tomate cereza entero al/a niño(a) y deja que lo siga comiendo. Es probable que lo muerda por la mitad como tú lo hiciste, aunque si el/la niño(a) se mete todo en la boca, evita alborotarte o gritar. Mantente en calma y explica: “Ese es un bocado muy grande. Tienes que masticarlo.” Luego espera pacientemente mientras mastica y traga o escupe el bocado. A partir de ahí, puedes decidir si terminas la actividad y ofreces pedazos más pequeños por un tiempo si el/la niño(a) parece batallar, o intentas un par de veces más con entrenamiento adicional para ver si puede mejorar sus habilidades.
Incluye algo de variedad a las comidas con nuestra guía, 100 cenas para bebés y niños(as) pequeños(as).
Sí, especialmente los tomates cherry y grape, que son pequeños, redondos y resbaladizos, que son características que aumentan el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve los tomates de forma apropiada para la edad del/a bebé. Considera que un tomate contiene múltiples texturas: piel resbaladiza, pulpa blanda, semillas pequeñas y pulpa jugosa, lo que puede provocar arcadas y tos. Asegúrate de crear un ambiente seguro a la hora de la comida y meriendas. Además, consulta nuestras sugerencias de porciones apropiadas para la edad más adelante.
Para obtener más información, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con riesgos comunes de ahogamiento.
No. La alergia al tomate es poco común, pero no es inaudita. Los tomates son parte de la familia de plantas solanáceas (nightshade), y algunas personas pueden ser sensibles a la solanáceas, aunque la información acerca de esto es limitada. Además, las personas con Síndrome de Alergia Oral (y en particular las alérgicas al pasto o ambrosía) pueden ser sensibles a los tomates, lo que resulta en picazón o molestias en la boca. Cocinar el tomate puede reducir la posibilidad de experimentar síntomas de alergia oral.
Nota: Los tomates y otros alimentos ácidos pueden causar una erupción inofensiva en la piel que entra en contacto con los jugos y, a veces, contribuye a la rozadura del pañal. El sarpullido, que normalmente aparece alrededor de la boca y la barbilla, es normalmente inofensivo y por lo general se disipa en minutos una vez que se limpia la piel.
Como lo harías al ofrecer cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay alguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. Los tomates tienen toneladas de vitamina C, lo que los convierte en una combinación ideal con alimentos ricos en hierro vegetal (no hemo), como frijoles, lentejas y guisantes. (La vitamina C ayuda a la absorción del hierro de los alimentos vegetales). Los tomates también están llenos de carotenoides, un grupo de fitonutrientes que colorean las plantas y proporcionan beneficios antioxidantes y antiinflamatorios a nuestro cuerpo. Los fitonutrientes difieren según la variedad de tomate y cada uno ofrece beneficios únicos como promover la vista, la inmunidad y la salud del corazón hasta la protección de la piel contra el sol.
★Consejo: ¡No uses el refrigerador! Guarda los tomates en la encimera y con la cabeza abajo (con el tallo apuntando hacia abajo) para aumentar el tiempo de frescura.
Si bien una silla alta puede ayudar a crear un entorno seguro para comer, existen formas alternativas para que el/la bebé coma de forma segura, así como sostenerlo/a en tu regazo o sentarse juntos en el suelo. Para obtener más información, consulta nuestra Guía detallada de sillas altas para bebés.
Empápate del tema y practica las maniobras de rescate. Los padres y cuidadores que ven los videos de ahogamiento y rescate infantil en nuestro Pase completo de primeros alimentos a menudo comparten que se sienten mucho más seguros.
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