Pizza

La pizza, cuando se sirve de manera apropiada de acuerdo a la edad para reducir el riesgo de ahogamiento, se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comenzar a comer alimentos sólidos, lo que generalmente ocurre alrededor de los 6 meses de edad. Debido a que la pizza tiende a tener un alto contenido de sodio, procura ofrecerla con moderación, pero ten en cuenta que servirla de vez en cuando está bien. La pizza generalmente contiene lácteos, trigo y otros alérgenos alimentarios comunes, así que asegúrate de que se hayan introducido los alérgenos alimentarios comunes a la dieta de manera segura antes de ofrecer pizza. Finalmente, evita la pizza que contenga miel hasta los 12 meses de edad, debido al riesgo de botulismo infantil.

La palabra "pizza" puede evocar una imagen de pan de masa cubierto con salsa de tomate, pero este pan plano originalmente se aderezaba simplemente con queso, hierbas y aceite de oliva en el mar Mediterráneo, donde los humanos han estado haciendo pizza desde la antigüedad. Los inmigrantes trajeron consigo la tradición de hacer pizza a los Estados Unidos y, finalmente, la demanda se disparó después de la Segunda Guerra Mundial con el aumento de la migración internacional y el turismo.

Sí, generalmente está bien compartir la pizza como parte de una dieta variada, siempre y cuando se modifique de forma segura según la edad y las habilidades del/a bebé y se hayan introducido todos los alérgenos alimentarios comunes de manera segura a la dieta. Ten en cuenta que algunas masas de pizza, salsas e ingredientes contienen miel, que se debe evitar durante el primer año de vida por el riesgo de botulismo infantil. Además, la corteza, el queso y muchos ingredientes pueden ser un peligro de ahogamiento, así que continúa leyendo para aprender cómo ofrecer pizza de una manera apropiada para la edad del/a bebé.

En última instancia, la mejor pizza es la que se adapta a tu cultura y a las preferencias alimentarias de tu familia. Compartir una comida en familia puede ser más importante que el valor nutricional de los alimentos por sí solo. Dicho esto, dependiendo del tipo, la pizza puede ofrecer muchos de los nutrientes que los niños pequeños necesitan. Por ejemplo, una pizza margherita (cubierta con aceite de oliva, salsa de tomate, queso mozzarella fresco y albahaca) ofrece carbohidratos, proteínas y grasas; así como micronutrientes como calcio, hierro, zinc y vitaminas A y E, además de diversas vitaminas del grupo B. La pizza puede tener un alto contenido de sodio, pero compartir comidas, incluso si esas comidas contienen algo de sal, puede ayudar a que el/la bebé participe de la cultura alimentaria familiar tan pronto como esté listo/a para comenzar a comer alimentos sólidos, lo que tiene otros beneficios. Las comidas familiares son oportunidades para que los bebés exploren una amplia variedad de alimentos, practiquen comer alimentos con diferentes colores, sabores y texturas, y se sientan cómodo con los alimentos que le gusta comer al resto de la familia.

Sí. Como mínimo, la pizza puede contener productos lácteos (queso) y trigo, los cuales son alérgenos alimentarios comunes. Dependiendo de la receta, la pizza también puede incluir huevo, pescado como anchoas, mariscos, nueces de árbol (pesto), sésamo y soya. Antes de ofrecerle pizza al/a bebé, es importante introducir los alérgenos alimentarios comunes por separado y descartar alguna alergia a cada uno antes de servirlos juntos en una comida preparada como la pizza. De esta manera, podrás identificar qué alérgeno es el responsable si el/la bebé tiene una reacción. De esa forma, cuando estés listo/a para ofrecer pizza, estarás seguro/a de que todos estos alimentos se han introducido a la dieta de forma segura. 

Sí. Los pedazos gruesos de masa de pizza, pegotes de queso y las diferentes salsas que puede tener suelen ser difíciles de masticar y pueden volverse gomosos en la boca de un/a bebé, característica que aumenta el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve la pizza de forma apropiada según la edad de tu bebé. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y permanecer cerca del/a bebé durante las comidas.

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Cada niño/a es diferente, y los niños tienden a disfrutar de la pizza cuando tiene ingredientes familiares que conocen y les gustan. A los niños también les gustan las pizzas que se ve divertidas e interesantes: imagina una carita sonriente hecha con champiñones rebanados, un arcoíris hecho con vegetales rebanados, un bosque de floretes de brócoli con un camino hecho con aros de aceitunas o líneas rojas y blancas hechas de rebanadas de queso mozzarella sobre salsa de tomate. Invitar a los niños pequeños a que ayuden a hacer pizza en casa o elegir los ingredientes cuando piden comida para llevar también puede aumentar su interés. Finalmente, compartir comidas en familia es una excelente manera de ayudar a desarrollar una relación positiva con la comida: es probable que la pizza favorita de tu hijo/a sea la que comparte contigo.

Si tu hijo/a no se siente seguro/a de probar la pizza o solo está dispuesto/a a comer pizza con queso, invítalo/a a participar de la preparación de la comida. Cuando ordenes pizza para llevar, dile al/a niño/a las opciones de ingredientes y deja que decida cuáles añadir. Cuando preparen pizza en casa desde cero o usando una masa comercial para agregar los ingredientes, deja que el/la niño/a escoja los ingredientes para su rebanada o permítele poner los ingredientes en la pizza el/ella mismo/a. Una vez que estén en la mesa, ofrece ingredientes adicionales para que el/la niño/a los espolvoree sobre la pizza, como albahaca desmenuzada, queso de cabra o levadura nutricional. O intenta despertar su creatividad: pregúntale qué tipo de pizza haría si pudiera usar cualquier ingrediente que quisiera. ¿Qué combinaciones divertidas se le ocurren?