Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
La lechuga se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad.Dicho esto, masticar y tragar lechuga puede ser un poco complicado para los(as) bebés que están comenzando a comer sólidos, así que revisa nuestras sugerencias de cómo servir lechuga de acuerdo a la edad del/a bebé.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
A esta edad, no es probable que el/la bebé mastique y trague la lechuga, sino que más bien la chupe y la use como mordedor, lo que es benéfico para el desarrollo de sus habilidades orales motoras. Ofrece grandes pedazos de lechuga (la parte más gruesa y firme del tallo que crece del corazón de la lechuga) y remueve la hoja. También puedes rallar la lechuga y mezclarla con alimentos fáciles de servir con cuchara para promover la auto-alimentación. Introducir alimentos verdes en las comidas del/a bebé de manera regular y temprana puede ayudar a prevenir que los rechacen más adelante.
Ofrece lechuga finamente picada o rallada (la parte firme o la hoja) para fomentar el uso de su pinza fina (cuando su dedo índice y pulgar se unen). Las hojas verdes se pueden pegar fácilmente al paladar de la boca del/la bebé y de los adultos. Mezclar las hojas con un aderezo hecho en casa puede ayudar a mover cualquier pedazo que se haya pegado. También puedes ofrecer una pequeña cantidad de agua en un vaso abierto para ayudar a pasar los pedazos. De manera alternativa, continúa sirviendo pedazos grandes de la parte firme de la lechuga para que practique morder y trozar.
Sirve lechuga picada o rayada, cocida o cruda ya sea como bocados o para fomentar el uso de cubiertos. Adicionalmente, puedes seguir ofreciendo las hojas enteras de la lechuga para que el/la niño(a) practique morder y trozar. Como junto con el/la niño(a) para que vea como se hace, enséñale como meter la lechuga en un aderezo y si el/la niño se rehúsa a comerla, intenta no hacer mucha presión, pero no elimines el alimento por completo. Ten en cuenta que los(as) niños(as) no pueden probar alimentos que no les ofrecemos así es que incluso, si crees que no querrá explorar la ensalada o un alimento con hojas verdes, sírvelo de todas formas para que se acostumbren a que es parte de sus alimentos.
Aprende como hacer que los(as) niños(as) se interesen por alimentos nuevos con nuestra guía: 25 formas de ayudar a los(as) niños(as) a probar proteínas y verduras.
No, la lechuga no es un peligro de ahogamiento común, aunque pequeños pedazos de lechuga rallada pueden ser un riesgo de aspiración (cuando alimentos o líquidos entran a las vías respiratorias pero no las bloquean). La lechuga es un alimento bastante retador para los(as) bebés que están iniciando a comer sólidos y frecuentemente produce arcadas y tos si las hojas se pegan a la lengua o al paladar de su boca. Ofrece una bebida en un vaso abierto para ayudarle a pasar los pedazos de comida. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y mantente al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
No. Las alergias a la lechuga son raras, aunque si pasan y pueden ser severas. Los individuos con una alergia a la lechuga, pueden ser sensibles a proteínas de lípidos transferibles en otros alimentos como los duraznos, las cerezas, zanahorias, uvas, maíz, avellanas, maní y nuez de castilla. Sin embargo, no es típico que las personas con alergia a la lechuga tengan una reacción con estos alimentos. Individuos con el síndrome de alergia oral (también llamada síndrome de alergia alimentaria al polen), y en particular aquellos con sensibilidad al polen de árbol de plátano de sombra (también llamado platunus hispanicus), pueden ser sensibles a la lechuga. El síndrome de alergia oral, usualmente causa una sensación corta de comezón, hormigueo o ardor en la boca y es poco probable que resulte en una reacción peligrosa. Cocinar la lechuga puede ayudar a minimizar e incluso eliminar la reacción.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. Diferentes tipos de lechuga tienen diferentes perfiles nutricionales, pero en general, la lechuga proporciona mucha agua y nutrientes importantes para un(a) niño(a) en desarrollo, incluyendo vitamina A, potasio, vitamina K y fibra. En conjunto, estos nutrientes contribuyen a la visión, la salud de corazón, la salud de la sangre y la salud del sistema digestivo.
La lechuga puede estar contaminada con enfermedades alimentarias como E.coli, Salmonela y Listeria. Lava bien la lechuga bajo el grifo con agua fría (no hay necesidad de usar jabón o vinagre) antes de servirla o cocinarla.
★ Consejo: Para almacenar lechuga, envuelve las hojas en una toalla y almacénalas en un contenedor ligeramente cubierto en el refrigerador. De esta manera, se minimiza su exposición al aire y a la humedad, cosas que aceleran el proceso de descomposición.
Sí, la lechuga contiene fibra y agua, cosas que dan soporte a la salud digestiva y a los movimientos intestinales regulares. Recuerda que los patrones de evacuación pueden variar significativamente de un(a) niño(a) a otro(a). Si te preocupa que tu bebé esté teniendo problemas con la popó y la función digestiva, habla con tu proveedor de atención médica pediátrica.
La lechuga se cultivó por primera vez en las tierras fértiles que conectan África, Asia y Europa. De hecho, la lechuga salvaje todavía crece en algunas de estas regiones. La lechuga salvaje se cosechó por primera vez con fines medicinales ya que emite una savia con propiedades leves para inducir el sueño. De la lechuga salvaje surgieron muchas variedades de lechugas modernos como: la lechuga arrepollada (como la lechuga bibb o lechuga iceberg), la lechuga de hoja larga (como la lechuga romana), la lechuga de hoja suelta y lechuga apio. Algunas culturas tienden a comer lechuga cruda, en ensaladas y sándwiches, mientras que otras la cocinan ligeramente.
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