Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
El pescado halibut se puede introducir a la dieta sirviendo con moderación tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Ten en cuenta que el halibut o fletán contiene niveles moderados de mercurio—un metal tóxico al que los bebés y niños son particularmente susceptibles—y que no se conoce un nivel seguro de exposición.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece halibut bien cocido (sin espinas y sin piel) en trozos que tengan aproximadamente el tamaño de dos dedos meñiques adultos colocados uno al lado del otro. Alternativamente, mezcla “hojuelas” de halibut con granos, puré de papas u otros alimentos que los(as) bebés puedan recoger fácilmente con las manos.
A esta edad, los(as) bebés desarrollan su agarre de pinza (cuando se encuentran el dedo índice y el pulgar), lo que les facilita recoger trozos más pequeños de alimentos. Una vez que notes este avance en las habilidades motoras finas, intenta reducir el tamaño y ofrecer trozos más pequeños de halibut bien cocido. ¡Solo asegúrate de quitar la piel y las espinas antes de servirlo!
¡Hora de servir tortitas de pescado! A la mayoría de los(as) niños(as) pequeños(as) en este rango de edad les encantan las tortitas porque son fáciles de recoger y comer. Intenta ofrecer tortitas de pescado caseras, pero no olvides también de servir halibut desmenuzado bien cocido ocasionalmente para ayudar al/a niño(a) a familiarizarse con el sabor y la textura del pescado solo.
Si deseas considerar otros pescados y mariscos con menos mercurio, consulta nuestra guía de Mejores y peores pescados para bebés.
No. El halibut no es un peligro común de ahogamiento, pero las espinas de pescado ciertamente lo son. Antes de servir halibut recién cocinado al/a bebé asegúrate de quitar las espinas que queden y, como siempre, mantente cerca del/a bebé durante la hora de comer.
Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Sí. El pescado con aletas está clasificado como alérgeno de prioridad mundial por la Organización Mundial de la Salud y el fletán se encuentra entre los causantes de alergias al pescado más comunes junto con el bacalao, el salmón y el atún. Se estima que sólo el 0,2 por ciento de las personas son alérgicas al pescado con aletas en todo el mundo, y la prevalencia de las alergias al pescado en los niños, aunque es variable, es incluso menor que en los adultos. Alrededor del 40% de las personas con alergia al pescado con aletas no experimentan su primera reacción alérgica hasta la edad adulta. Desafortunadamente, la mayoría de las personas que son alérgicas al pescado con aletas no superan la alergia.
Algunas personas con alergia al pescado con aletas pueden reaccionar al inhalar las proteínas que se transportan por el aire al cocinar pescado. Si este es el caso de tu bebé, es posible que desees evitar cocinar pescado en casa cuando el/la bebé esté presente.
Alrededor del 50% de las personas con alergia a un pez con aletas también presentarán una reacción a otro pez. Esto se debe a que el principal alérgeno del pescado con aletas, la beta-parvalbúmina, está presente en la mayoría de los peces, independientemente de la especie. Debido a la contaminación cruzada y a la posibilidad de errores en las etiquetas del pescado, los alergólogos a menudo recomiendan que las personas alérgicas a una especie de pescado con aletas eviten todos los pescados con aletas hasta que se reúnan con un(a) alergólogo(a) para determinar qué pescado podría introducirse de manera segura en la dieta. Esto se basa en una recomendación individualizada, así que asegúrate de confirmar con tu alergólogo(a) antes de servir otros pescados con aletas si el/la bebé es alérgico(a) al fletán.
El pescado con aletas es un desencadenante conocido del síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias o SEIPA, también conocido como FPIES (por sus siglas en inglés). El SEIPA es una alergia retardada a las proteínas de los alimentos que provoca la aparición repentina de vómitos y diarrea repetitivos que comienzan unas horas después de la ingestión. Si no se trata a tiempo, la reacción puede provocar una deshidratación severa. A diferencia de otros alérgenos alimentarios, el SEIPA desencadenado por el pescado con aletas puede no presentarse hasta una etapa más avanzada de la vida y tiende a durar toda la vida.
Por último, una nota sobre la intoxicación por escombroides, que a veces se confunde con la alergia al pescado. La intoxicación escombroide es un tipo de intoxicación alimentaria que ocurre cuando una persona ingiere pescado que no ha sido refrigerado adecuadamente. Esto permite que se acumule una gran cantidad de histamina en el pescado. Cuando se consume, esta gran carga de histamina puede provocar síntomas que imitan los de una reacción alérgica, lo que hace que algunas personas crean que han desarrollado alergia al pescado con aletas, incluso si no son alérgicas. Asegurarse de que el pescado se haya almacenado a temperaturas suficientemente frías puede minimizar el riesgo de que se produzca dicha reacción.
Si sospechas que tu bebé puede ser alérgico(a) al pescado, agenda una cita con un(a) alergólogo(a) antes de introducir la platija en la dieta. Como harías con el resto de los alérgenos comunes, introduce la platija en pequeñas cantidades y observa atentamente mientras el/la bebé come para ver si presenta alguna reacción adversa. Si todo va bien, aumenta gradualmente el tamaño de la porción. Una vez que se haya descartado alguna alergia a los alérgenos alimentarios más comunes, se recomienda mantenerlos en la dieta con regularidad (dos veces por semana, si es posible). Sin embargo, esto no significa que debes ofrecer cada especie de pescado varias veces a la semana. Las diferentes especies de pescados con aletas comparten las mismas proteínas principales, así que puedes puedes rotar entre las distintas variedades de pescado con aletas según la disponibilidad y las preferencias de tu familia.
Sí, en moderación. El halibut contiene muchas vitaminas, minerales y grasas que los bebés necesitan para desarrollarse. El pescado ofrece una buena cantidad de vitaminas B para alimentar la energía de las células, vitamina D para desarrollar huesos y células saludables, y selenio para ayudar al hígado del bebé y la función inmune. El halibut también es una gran fuente de proteínas y ácidos grasos omega-3, que son cruciales para el desarrollo del cerebro del/a bebé.
Sin embargo, el halibut contiene niveles moderados de mercurio, al igual que la mayoría de los pescados en la actualidad debido a la contaminación en nuestros océanos. El mercurio se acumula dentro del cuerpo (y puede tardar décadas en expulsarse), lo que lo convierte en una toxina particularmente persistente y progresiva.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que se limite la ingesta de pescado a una o dos veces por semana debido al aumento de los niveles de metales en nuestras aguas debido a la contaminación. Si deseas considerar otros pescados y mariscos con menos mercurio, consulta nuestra guía de Mejores y peores pescados para bebés, que enumera el halibut como un pez de “riesgo moderado”.
★Consejo: El halibut fresco debe tener un aspecto brillante, translúcido y ser firme al tacto. Evita halibut que se sienta blando o que tenga un olor fuerte.
El halibut salvaje vive en las aguas costeras del norte del océano Atlántico y del océano Pacífico. Sirve como una importante fuente de alimento para las comunidades indígenas de Alaska. El halibut también se cría como fuente de alimento en tanques y granjas costeras en países alrededor del mundo. El halibut es un pez plano, una familia que incluye los peces platija, lenguado y rodaballo, aunque el halibut salvaje es típicamente mucho más grande que estos. Como regla general, los peces más grandes llevan vidas más largas, lo que resulta en una mayor exposición al mercurio y otras toxinas en nuestros océanos. Si bien está bien compartir una pequeña cantidad de halibut con los(as) bebés ocasionalmente cuando lo estés comiendo, hay muchos otros pescados que contienen menos mercurio, como bacalao, eglefino (anón), carbonero, sardina, y tilapia.
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