Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
El queso colby se puede introducir tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comenzar a comer sólidos, lo que generalmente ocurre alrededor de los 6 meses de edad. Si bien el queso colby puede tener un alto contenido de sodio, una probadita ocasional como parte de una dieta variada no es motivo de preocupación. Opta por queso colby pasteurizado para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Suave y dulce, con un sabor a mantequilla y un color naranja llamativo, el queso colby recibe su nombre de la ciudad de Wisconsin donde se hizo por primera vez. Joseph Steinwand, un adolescente en la década de 1880, experimentó en la fábrica de queso de su padre y creo un queso similar en algunos aspectos al queso cheddar, pero más suave en sabor y más suave y elástico en textura. Esa dulzura suave se logra lavando la cuajada con agua fresca y fría antes de drenarla y prensarla, a menudo en una forma cilíndrica llamada cuerno largo.
Lee más información sobre cómo elegir queso para compartir con tu bebé.
El queso colby es rico en proteínas, grasas, calcio, selenio, zinc y vitaminas A y B12. Juntos, estos nutrientes trabajan juntos para proporcionar los componentes básicos para el crecimiento, el desarrollo y la función cerebral. También ayudan a reforzar la densidad ósea, la percepción del gusto, la visión, la energía y la inmunidad. Opta por queso colby pasteurizado para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Si bien el queso colby puede tener un alto contenido de sodio, la cantidad de sodio que consumen los bebés tiende a ser baja conforme aprenden a alimentarse independientemente, y un poco de sodio es importante para favorecer el equilibrio electrolítico, la hidratación y el movimiento del/a bebé. Si bien muchas organizaciones de salud recomiendan reducir la sal en los alimentos que se comparten con el/la bebé, las revisiones más recientes de la literatura sugieren que esto puede no ser necesario. Además, compartir comidas familiares, incluso si contienen sal, tiene sus beneficios: el/la bebé tiene oportunidades de explorar una variedad más amplia de alimentos, participar de la cultura alimentaria familiar y practicar comer una variedad de texturas.
Sí. El queso colby suele elaborarse con leche de vaca, la leche de vaca se encuentra clasificada como un alérgeno de prioridad global por la Organización Minimal de la Salud. La leche de vaca es un alérgeno alimentario común en los niños pequeños y representa aproximadamente una quinta parte de todas las alergias alimentarias infantiles. Ten en cuenta que los productos lácteos de otros rumiantes, como las ovejas, cabras y búfalos pueden provocar reacciones alérgicas similares a los productos lácteos de la leche de vaca. Dicho esto, hay buenas noticias: la alergia a la leche suele desaparecer con el tiempo. c estudios científicos muestran que la mayoría de los niños con alergia a la leche de vaca la superan a los 6 años. Además, muchos bebés con síntomas leves de alergia a la proteína de la leche (que a veces aparecen como sangre en las heces, pero sin presencia de dolor) pueden ser reintroducidos a la leche de vaca con éxito a partir del primer cumpleaños, siguiendo la dirección de los profesionales pediátricos apropiados. Nota: Los quesos añejos generalmente contienen histaminas, que pueden causar erupciones en los niños sensibles a ellos.
Nota: El queso colby comúnmente contiene anato, una semilla también conocida como achiote, que se usa para agregar sabor y color naranja brillante a los alimentos. Aunque el achiote no es un alérgeno común, se han documentado informes de reacciones alérgicas que han sido graves.
La leche es una causa común del síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA), también conocido como FPIES (por sus siglas en inglés). El SEIPA es una alergia retardada a las proteínas alimentarias que provoca el inicio repentino de vómitos y diarrea repetitivos unas pocas horas después de la ingestión. A esto se le conoce como SEIPA agudo. La reacción puede provocar una deshidratación significativa si no se trata. Cuando la leche se incluye en la dieta con regularidad, el SEIPA puede presentarse como reflujo, pérdida de peso y retraso del crecimiento, a esto se le conoce como SEIPA crónico. Los síntomas generalmente mejoran con la eliminación de la leche de la dieta del/a bebé. Afortunadamente, al igual que otras formas de alergia a la leche, la SEIPA que se presenta temprano en la vida generalmente es superada cuando el/la niño/a ha alcanzado los 3-5 años de edad.
La intolerancia a la lactosa, que ocurre cuando el cuerpo tiene dificultades para procesar la lactosa, el azúcar que está presente naturalmente en la leche, a veces puede confundirse con una alergia, ya que puede provocar hinchazón, gases, diarrea, náuseas y otras molestias. Tenemos buenas noticias para aquellas personas con niños mayores que son intolerantes a la lactosa (ten en cuenta que esta condición es poco común en bebés y niños pequeños): en comparación con la leche y otros productos lácteos, las personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar mejor muchos quesos, particularmente los quesos añejos, que tienen menor contenido de lactosa. Asegúrate de comunicarte con un profesional pediátrico adecuado para cualquier pregunta sobre la intolerancia a la lactosa y ten en cuenta que existen muchos productos lácteos sin lactosa disponibles.
Si sospechas que tu bebé puede ser alérgico/a a los productos lácteos, consulta a un/a alergólogo/a antes de introducir la leche. Según los factores de riesgo y el historial de tu bebé, tu alergólogo/a puede recomendar pruebas de alergia o, en su lugar, puede recomendar la introducción de la leche bajo supervisión médica en el consultorio. Si el riesgo es bajo, te puede recomendar que introduzcas la leche en el hogar. Al igual que con todos los alérgenos comunes, comienza por servir una pequeña cantidad por sí sola para las primeras porciones y, si no hay ninguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. Los quesos como el colby son firmes y pueden volverse pegajosos y difíciles de manejar en la boca, que son características que aumentan el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve el queso colby de forma apropiada según la edad. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte al alcance del/a bebé durante las comidas. Para obtener más información visita nuestro artículo sobre la diferencia entre las arcadas y el ahogamiento, y familiarízate con los peligros más comunes de ahogamiento.
Cuando un(a) niño(a) ha demostrado la capacidad consistente para morder y rasgar con los dientes y luego masticar (no tragar un bocado entero), es probable que pueda comer palitos de queso colby cortados por la mitad a lo largo, mientras que esté sentado y con supervisión. Para muchos(as) niños(as) pequeños(as), esto sucede después del primer cumpleaños, pero cada niño(a) es diferente. Los palitos de queso colby y otros palitos de queso cuadrados, cuando se cortan por la mitad a lo largo, tienen una forma manejable para muchos(as) niños(as) alrededor de los 18 meses de edad. Dicho esto, cualquier tipo de palito de queso todavía se considera un mayor riesgo de ahogamiento. Nunca permita que un(a) niño(a) pequeño(a) coma palitos de queso mientras camine, ya que esto aumenta el riesgo de ahogamiento.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Puedes compartir probaditas de queso colby pasteurizado con el/la bebé de vez en cuando, como parte de una dieta variada. Si compartes queso colby con el/la bebé a esta edad, sírvelo en rebanadas largas y planas para reducir el riesgo de ahogamiento y para que el/la bebé pueda alimentarse solo/a. Si deseas servir queso derretido, opta por usar queso rallado y espolvorea una pequeña cantidad, ya que los globos o pedazos grandes de queso derretido pueden ser difíciles de masticar y manejar en la boca para los bebés pequeños. Evita ofrecer cualquier tipo de queso en cubitos y pedazos grandes.
Puedes compartir probaditas de queso colby pasteurizado con el/la bebé de vez en cuando, como parte de una dieta variada. Corta el queso colby pasteurizado en rodajas largas y planas o en pedacitos desmenuzados de una rebanada delgada. Alternativamente, ralla el queso y sírvelo solo o mezclado con las comidas. Evita servir queso en forma de cubos o en grandes bolas derretidas, ya que representan un alto riesgo de ahogamiento.
Sirve el queso colby pasteurizado en pedazos pequeños cortados de una rodaja fina, queso colby rallado o rebanadas largas y delgadas para practicar morder y desgarrar. A esta edad también puedes derretir el queso en una capa fina sobre pan, tortillas, pasta, frijoles o verduras. Solo asegúrate de que el queso no esté demasiado caliente, pero tampoco se haya enfriado tanto como para volver a endurecerse y formar grumos.
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