Esta receta fue un producto de la necesidad: nuestro hijo prácticamente había dejado de comer y si no era algo dulce, definitivamente no se lo iba a comer. Tampoco comía ya fresas frescas (o cualquier otra fruta fresca), así que creé esta receta de granola con fresas deshidratadas, las cuales tienen un sabor denso y dulce.
Esta receta sólo tiene el azúcar natural de las fresas deshidratadas. Para los bebés más pequeños, asegúrate de triturar la granola por completo. Para niños más grandes que presentan alimentación quisquillosa, considera aumentar la cantidad de fresas si crees que es necesario aumentar el dulzor. En realidad, no tienes que seguir las medidas exactamente.
Si tienes un(a) niño(a) mayor de 2 años, con una alimentación quisquillosa severa, también puedes agregar un poco de chocolate blanco a la mezcla antes o después de hornear y cambiarle el nombre a “granola de chocolate y fresa”.
¡Invítalo(a) a prepararla contigo para que vea cuando agregas el chocolate! Solo asegúrate de que las chispas de chocolate blanco se coloquen en el procesador de alimentos con el resto de la mezcla de granola para que tu hijo(a) no separe las chispas de chocolate y se coma sólo eso. (Quieres que sepa que las chispas de chocolate están en la granola para que se las coma, pero quieres evitar que las separen del cereal). Luego, con el tiempo, reduce la cantidad de chispas de chocolate en la receta hasta que desaparezcan por completo. Es el momento perfecto para decirle a tu niño(a): "nos quedamos sin chispas de chocolate, pero tenemos granola de fresa".
Libre de azúcares añadidos (aparte del azúcar de la fruta) y densa en nutrición, esta receta podría introducirse fácilmente a partir de los 6 meses si se pulveriza por completo en el procesador de alimentos y si se mezcla con algo fácil de cucharear, como el yogur griego. Intenta añadir fresas frescas también para exponer a tu bebé/niño(a) a la fruta fresca y entera.
Rendimiento: alrededor de 8 tazas
3 tazas de avena
1 taza de semillas de girasol o semillas de calabaza
2 tazas de hojuelas de coco
Aceite de coco, aguacate o aceite de oliva
2 tazas de fresas deshidratadas.
Precalienta el horno a 300 F (150C). Si el aceite de coco está solidificado, coloca el frasco en un recipiente con agua caliente para que se vuelva líquido.
En un tazón grande, combina la avena, las semillas, las nueces y el aceite y mezcla bien para cubrir.
Esparce la mezcla de granola en dos bandejas para hornear forradas con papel pergamino.
Hornea, revolviendo cada 15 minutos, hasta que la granola esté ligeramente dorada y tostada.
Vierte la mezcla de una hoja en un procesador de alimentos grande y agrega 1 taza de fresas deshidratadas y 1 taza de hojuelas de coco. Pulsa hasta que las nueces estén completamente pulverizadas. Repite con la segunda bandeja de granola y la segunda taza de fresas deshidratadas y las hojuelas de coco.
Para bebés, sirve la granola sobre yogur y para los niños pequeños o preescolares que presentan alimentación quisquillosa, intenta servirla con crema o leche y deja que tu hijo(a) vierta la crema/leche encima. Almacena en el refrigerador por un mes o en el congelador hasta por un año.
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