Sugerencia de edades
12 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
Sí
El queso fresco es tradicionalmente hecho con leche no pasteurizada (cruda). La leche no pasteurizada puede contener bacterias dañinas que afectan el riesgo de infecciones alimentarias. Infantes o niños(as) pequeños(as) o inmunocomprometidos tienen un riesgo más alto de tener una enfermedad mas seria por estas bacterias. Elegir queso fresco pasteurizado en lugar de no pasteurizado puede ayudar a minimizar el riesgo de infecciones alimentarias, aunque las versiones pasteurizadas de este queso también se han relacionado con brotes de enfermedades muy probablemente debido a contaminación después del proceso de pasteurización. Considera checar los productos de queso fresco retirados del mercado en el área en donde vives antes de servir y valora el riesgo en el contexto individual de la salud del/la niño(a).
El queso fresco es mejor introducirlo después del primer cumpleaños del/la bebé debido a su alto nivel de sodio y su riesgo de infecciones alimentarias. Cuando estés listo(a) para introducir el queso al/la niño(a), considera comprar queso pasteurizado para minimizar el riesgo. Para más acerca de cuándo es seguro ofrecer queso no pasteurizado, consulta nuestra página de quesos.
Los mejores quesos para bebés menores de 12 meses de edad son los quesos pasteurizados y bajos en sodio incluyendo el queso emmental, el queso de cabra fresco, labneh, el queso mascarpone, el queso mozzarella fresco, paneer, el queso ricota fresco y el queso suizo.
El queso fresco es un queso fresco sin maduración con un sabor suave y versátil que tiene su origen en el centro y sur de América aunque las técnicas que se usan para hacer el queso fresco, probablemente vienen de los colonizadores europeos. En años recientes, el interés global por el queso fresco ha crecido junto con la creciente popularidad de la cocina mexicana, en donde este queso da sabor a chilaquiles, pozoles, tacos y muchos otros platillos. La mayor parte del queso fresco es pasteurizado pero hay versiones hechas con leche cruda- un ingrediente prohibido en la producción convencional de quesos en América del norte.
No. El queso fresco tiende a tener cantidades excesivas de sodio que no es sano consumir en exceso. También conlleva un riesgo de infecciones alimenticias, incluso cuando es pasteurizado, así es que evita el queso fresco no pasteurizado y considera revisar que quesos frescos pasteurizados han sido retirados del mercado recientemente antes de servirlos al/la niño(a). Los quesos no pasteurizados con altos niveles de humedad, conllevan un riesgo significativamente más alto de infecciones alimenticias. Gracias al alto nivel de humedad y a la baja acidez del queso fresco, incluso las versiones pasteurizadas de este queso se han asociado con brotes de infecciones alimenticias, probablemente debido a contaminación después del proceso de pasteurización.
Desde el punto de vista nutricional, el queso fresco contiene proteína que crea nuevas células y suficientes grasas saturadas sanas para dar soporte a la estructura celular. Este queso, también ofrece calcio, vitamina B12, zinc y selenio. En conjunto, estos nutrientes ayudan al desarrollo de huesos sanos, al sistema nervioso y al sistema inmune.
No. En general, el queso es relativamente alto en grasa y bajo en fibra, lo que genera un desaceleramiento en la digestión y el movimiento intestinal. El consumo significativo de queso y leche pueden ser factores en un/a bebé constipado(a). Toma nota de que los patrones de evacuación pueden cambiar de manera significativa de niño(a) a niño(a), asegúrate de hablar con tu pediatra o proveedor de salud si hay alguna preocupación sobre las evacuaciones de el/la bebé o sus funciones digestivas.
Si, puede ser, aunque el hecho de que se desmorona fácilmente lo hace un riesgo menor que otros quesos. Para minimizar el riesgo, sirve el queso fresco en pequeñas moronas o pedazos delgados (que probablemente se desmoronarán cuando los toques). Como siempre, para reducir el riesgo, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte al alcance de el/la bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento, y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Si. El queso fresco esta hecho de leche de vaca, la leche de vaca es conocida como un alergeno común en niños(as) pequeños(as), conformando alrededor de un quinto de todas las alergias alimentarias infantiles en los Estados Unidos. Habiendo dicho esto, hay buenas noticias: La alergia a la leche de vaca muchas veces desaparece con el tiempo. Las investigaciones sugieren que la mayoría de niños(as) con alergia a la leche de vaca, la superaran para la edad de 6 años y que muchos bebés con síntomas menores de alergia a la proteína de la vaca ( lo que puede presentarse como popó con sangre sin dolor) pueden reintroducir leche de vaca tan pronto como en el primer cumpleaños, con guía de sus doctores.
La leche puede desencadenar síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA) también conocido como FPIES. SEIPA es una reacción rara y es una alergia retardada a la proteína de los alimentos que causan vómito repetitivo y diarrea, síntomas que comienzan horas después de la ingesta del alimento que lo detonó. Si no se trata, esta reacción puede ocasionar deshidratación severa. Afortunadamente, como la mayoría de las otras formas de alergia a la leche, SEIPA que se presenta temprano en la vida es generalmente superada para cuando el/la niño(a) cumple entre 3 y 5 años de edad. A pesar de que las tasas exactas para SEIPA no se conocen, se cree que es una reacción poco común (aunque los reportes de la misma se han incrementado en los últimos años gracias que la enfermedad tiene mayor reconocimiento).
El queso fresco es alto en lactosa. Aunque no es una alergia, la intolerancia a la lactosa puede resultar en síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, inflamación y diarrea después de la ingesta de lácteos o productos que contienen lactosa. Toma nota de que si el/la niño(a) es intolerante a la lactosa, es importante encontrar alimentos ricos en calcio para que los consuma de manera regular y asegurarte de que tenga una dieta balanceada y que de soporte a la estructura ósea. Busca quesos que naturalmente tengan un contenido bajo de lactosa y lácteos etiquetados como “libre de lactosa”.
Si sospechas que el/la bebé puede ser alérgico(a) a la leche, consulta a un alergólogo antes de introducir productos lácteos como el queso. Según los factores de riesgo y los antecedentes de el/la bebé, el alergólogo puede recomendar pruebas de alergia o, en su lugar, recomendar la introducción de productos lácteos bajo supervisión médica en el consultorio. Si el riesgo es bajo, se te puede recomendar que continúes y sigas introduciendo productos lácteos en el hogar. Al igual que con todos los alérgenos comunes, comienza sirviendo una pequeña cantidad por sí sola durante las primeras porciones, y si no hay una reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad en porciones futuras.
Guía recomendada: Introducción de alérgenos
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Evítalo debido a altos niveles de sodio e infecciones alimentarias.
Ofrece pequeñas moronas o rebanadas delgadas de queso fresco pasteurizado en moderación, ya sea por sí solo o espolvoreado sobre un alimento. Algunas variedades de queso fresco son más firmes que otras, pero independientemente del tipo, abstente de servir moronas grandes o cubos para reducir el riesgo de ahogamiento. Sigue evitando servir el queso fresco no pasteurizado. Para más acerca de cuándo es seguro servir queso no pasteurizado revisa nuestra página de quesos.
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