Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
El albaricoque, si está maduro y suave, se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad. Siempre y cuando la fruta esté bien madura y suave, o cocida hasta que tenga una textura suave.
El albaricoque es una de las primeras drupas (un tipo de fruta con “hueso” o semilla grande) que aparece en los mercados al inicio de la temporada de cosecha y es como una señal de que el buen clima está por llegar. A diferencia de otras drupas, la dulzura en el albaricoque se balancea muy bien con un toque de acidez, lo cual la hace una excelente opción para usar en preparaciones saladas como el tangine de Marruecos o el biryani de Pakistán y le dan muchísimo sabor a platillos dulces como el doshham de Armenia o el backlava griego.
Sí. Los albaricoques ofrecen carbohidratos, fibra y líquidos, además de potasio y vitaminas A, B6, C, E y K. Juntos, estos nutrientes ayudan a proporcionar energía para impulsar el movimiento y la exploración de los bebés, apoyar el sistema digestivo y mantener la hidratación. También ayudan a favorecer el equilibrio electrolítico, la salud de la piel, la visión, los procesos metabólicos, la absorción de hierro, la función inmune y la coagulación sanguínea. Los albaricoques y otras drupas se encuentran entre las frutas que son particularmente útiles para el estreñimiento.
No. A pesar de que sí se han reportado reacciones alérgicas serias, el albaricoque no se considera un alérgeno común. Un historial de reacciones alérgicas severas a otras drupas, en ausencia de una alergia al polen, puede incrementar el riesgo de una reacción alérgica severa al albaricoque. Las personas que son alérgicas a las almendras o a alguna otra fruta en la familia de las rosáceas (manzana, pera, cereza, nectarina y durazno), o tienen el síndrome de alergia oral (también llamada síndrome de alergia oral al polen), pueden tener intolerancia a los albaricoques. El síndrome de alergia oral usualmente causa una sensación corta de comezón, hormigueo o ardor en la boca y es poco probable que resulte en una reacción peligrosa. Para aquellos que son intolerantes o sensibles a los albaricoques, cocinarlos y pelarlos puede ayudar a minimizar la reacción.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. Los albaricoques tienen un hueso (semilla grande) duro en su interior y, especialmente cuando no están maduros, son resbaladizos y pueden ser firmes, cualidades que aumentan el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve los albaricoques de manera apropiada según la edad de cada bebé, como se describe en la sección Cómo servir. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.
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No. Los frutos secos aumentan el riesgo de ahogamiento ya que son difíciles de masticar. Además, al estar deshidratados, se concentra el azúcar natural de la fruta, lo cual los convierte en un alimento bastante alto en azúcar. Si tienes una receta o platillo que lleve frutos secos y quieres compartir con el/la bebé, intenta rehidratar los frutos secos en agua tibia y luego pícalos antes de mezclar en el platillo (para reducir el riesgo).
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
A esta edad puedes servir un albaricoque muy maduro sin la semilla, cortado por la mitad y con piel. La fruta debe estar lo suficientemente suave como para triturarse fácilmente al presionarla suavemente entre el pulgar y el índice. Dejar la piel ayuda al/a bebé a agarrar la fruta resbaladiza, pero si la piel te pone nervioso/a, puedes retirarla y espolvorear la mitad del albaricoque con coco rallado o frutos o semillas finamente trituradas para reducir la textura resbaladiza y facilitar el agarre. Si el/la bebé da una mordida muy grande al durazno, respira profundo y evita meter tus dedos en su boca. Mejor, híncate enfrente del/a bebé e intenta que mire hacia abajo para permitir que la gravedad le ayude a sacar la comida de su boca.De manera alternativa, puedes machacar el durazno y mezclarlo con alimentos que se puedan servir con cuchara como gachas o yogur.
Sirve rodajas finas de albaricoque suave y maduro con o sin la piel. La fruta debe estar lo suficientemente suave como para triturarla fácilmente al presionar suavemente entre el pulgar y el índice. Si el/la bebé no está listo/a para recoger rodajas de albaricoque, puedes continuar ofreciéndo mitades de albaricoque sin la semilla, con piel o peladas. Debido a su textura resbaladiza, los pedazos pequeños de albaricoque pueden ser demasiado difíciles para que el/la bebé los recoja, pero si lo deseas, puedes intentar espolvorear pedacitos pequeños con coco rallado o frutos secos finamente triturados.
Continúa sirviendo albaricoques maduros en rodajas finas o cortados a la mitad sin la semilla para practicar cómo morder. Si el/la niño/a se lleva la mitad entera a la boca, dale un minuto para trabajar con la comida y luego, si es necesario, muéstrale cómo escupir la comida. Alternativamente, corta el albaricoque maduro en pedazos pequeños con un tenedor precargado para practicar el uso de utensilios.
Continúe sirviendo albaricoque maduro y suave en mitades, rodajas o trozos pequeños. También puedes intentar servir un albaricoque deshidratado entero (sin el hueso) si crees que el/la niño/a ha desarrollado las habilidades para morder, rasgar, masticar y tragar necesarias para comer frutas deshidratadas. Las frutas deshidratadas representan un peligro de ahogamiento, así que confía en tu instinto y espere para servir los albaricoques deshidratados enteros hasta que sientas que el/la niño/a está listo/a y enséñale a dar mordidas y masticar completamente.
Cuando te sientas cómodo/a, considera ofrecerle al/a niño/a un albaricoque entero. Te recomendamos comer uno junto con él/ella para mostrarle cómo morder y comer alrededor de la semilla. Muerde alrededor de la semilla y luego muéstrasela al/a niño/a. Toca la semilla con el dedo y di: "Estoy comiendo alrededor de la semilla".
Si el/la niño/a se lleva la semilla a la boca, lo más importante es no entrar en pánico. Recuerda que es posible tragarse una semilla entera de forma segura o que puede provocar una fuerte arcada para moverla hacia adelante y sacarla de la boca. Arrodíllate junto al/a niño/a y demuéstrale cómo sacar la lengua y di con calma: "Escupe eso, por favor". Pon tu mano debajo de su barbilla mientras le muestras qué hacer. Si te parece necesario, pon una semilla en tu boca y muéstrale cómo lo escupes en tu mano.
Cómo preparar el albaricoque para bebés a partir de 6 meses
Cómo preparar el albaricoque para bebés a partir de 9 meses
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