Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
No
Alérgeno común
No
La jícama se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo/a para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad.
Los Aztecas, Mayas y pueblos originarios de Centroamérica aprendieron a cultivar la planta llamada xīcamatl hace muchos siglos. Desde entonces, este tubérculo con almidón se ha convertido en un alimento típico, no sólo en América, sino en todo el mundo. La palabra jícama es una adaptación del Nahuatl. Los colonizadores europeos introdujeron la planta en el Sureste Asiático en donde floreció gracias al clima cálido y a los trópicos fértiles. La jícama se ha convertido en un alimento muy usado para acompañar a sabores fuertes como el chile, los jugos de cítricos, la pasta de camarón, el tamarindo y el vinagre.
Sí. La jícama proporciona carbohidratos, fibra y líquidos, además de potasio y vitaminas B6 y C. Juntos, estos nutrientes proporcionan energía para el movimiento y el juego, apoyan el desarrollo del microbioma intestinal de los bebés y ayudan a mantener la hidratación. También favorecen el equilibrio electrolítico, los procesos metabólicos y la absorción de hierro.
★Consejo: Cuando compres jícama, busca una que sea firme y pesada. Como las papas, la jícama entera (con cáscara), se puede almacenar en una alacena oscura por hasta 4 meses. Una vez que cortes la jícama, se puede almacenar en un contenedor hermético en el refrigerador por un par de días y mantenerla alejada de la humedad ayuda a prolongar su tiempo de vida.
No. Las alergias a la jícama son raras, pero sí se han reportado. Aunque es poco común, las personas con síndrome de alergia oral pueden ser sensibles a la jícama. El síndrome de alergia oral suele provocar picazón, ardor u hormigueo de corta duración en la boca y es poco probable que dé lugar a una reacción peligrosa. Cocinar la jícama puede ayudar a minimizar o incluso eliminar la reacción.
Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
Sí. La jícama, especialmente cuando está cruda o poco cocida, puede ser firme y resbaladiza, características que presentan un mayor riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve la jícama de manera apropiada para la edad de cada bebé, como se describe en la sección Cómo servir. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.
Conoce los signos del ahogamiento y familiarízate con el protocolo de primeros auxilios en caso de ahogamiento con nuestras guías gratuitas de rescate para bebés y niños pequeños.
Hay muchos alimentos que pueden ser excelentes opciones. Busca alimentos que permitan que el/la bebé se alimente solo/a fácilmente, que tengan bajo riesgo de ahogamiento y que ofrezcan los nutrientes que los bebés necesitan, como el hierro. Algunos de nuestros primeros alimentos favoritos incluyen brócoli al vapor, avena, y semilla de mango. Obtén aún más ideas en nuestra guía, 50 alimentos sensacionales para comenzar sólidos.
Si bien una silla alta puede ayudar a crear un entorno seguro para comer, existen formas alternativas para que el/la bebé coma de forma segura, así como sostenerlo/a en tu regazo o sentarse juntos en el suelo. Para obtener más información, consulta nuestra Guía detallada de sillas altas para bebés.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece jícama bien cocida y triturada para que el/la bebé la tome con las manos o la coma con una cuchara precargada. Alternativamente, ofrece un gajo grande de jícama pelada que haya sido cocida hasta que esté suave y se pueda triturar. También puedes mezclar jícama cruda pelada y rallada para obtener un alimento suave que se pueda cucharear, como un puré de verduras o gachas.
Ofrece pedazos de jícama bien cocida del tamaño de un bocado para que el/la bebé practique su agarre de pinza (cuando el dedo índice y pulgar se juntan). A esta edad, también puedes ofrecer jícama cruda pelada y rallada. Es importante que sepas que algunos pedazos se pueden pegar a la boca del/a bebé, lo que puede provocar arcadas. También puedes servir rebanadas redondas y delgadas de jícama pelada (alrededor de 1 cm de grosor) para que el/la bebé practique morder. Si el/la bebé muerde un pedazo grande, intenta mantener la calma y dale la oportunidad de escupirla, masticarla y tragarla. De manera alternativa, continúa sirviendo jícama machacada o gajos bien cocidos.
A esta edad, si te sientes cómodo/a con las habilidades del/a niño/a, puedes servir jícama cruda en palitos o continuar sirviendo rebanadas redondas y delgadas. Puedes, por supuesto, seguir sirviendo jícama pelada y bien cocida en cualquier presentación (pedazos del tamaño de un bocado, gajos o machacada), ya sea por sí sola o como parte de otro alimento.
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