El coco se puede introducir tan pronto como el/la bebé esté listo para comer sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad. Aunque el coco es botánicamente una fruta (una drupa, para ser precisos), la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos lo clasifica como una nuez de árbol, lo cual significa que se considera un alérgeno por ley, aunque la alergia al coco es poco común.
El coco probablemente se originó en los trópicos de Asia y se extendió por todo el mundo con la colonización y el comercio. Se le llama ‘el árbol de la vida’ porque toda la planta puede ser utilizada por los humanos, quienes convierten las palmas de coco y su fruto en fibra, medicina, instrumentos musicales, refugio y, claro, lo comen como alimento. El coco es rico en sabor y lleno de nutrientes, así que funciona bien en platillos dulces y salados por igual, y su uso en la cocina es muy amplio y variado. Los cocos se pueden disfrutar en varias etapas de madurez, desde los cocos jóvenes y verdes hasta los cocos marrones más viejos, y cada etapa se puede usar de manera diferente en la cocina. Los cocos también se procesan en muchas otras formas, desde aceite de coco hasta harina y azúcar. Consulta nuestra página sobre la leche de coco para obtener más información sobre los productos lácteos alternativos hechos al presionar la pulpa de la fruta.
Sí. El contenido de nutrientes varía según el tipo de coco – carne fresca, seca o coco procesado en leche, yogur, aceite, mantequilla, harina, azúcar y más—pero la mayoría de estos productos de coco contienen grasas saludables para nutrir el cerebro del bebé y ayudar al desarrollo del sistema nervioso. Las grasas saludables también proporcionan energía fácilmente disponible para las células del bebé en crecimiento, y algunas son más fáciles de digerir y absorber que las grasas de productos animales. Además, la carne de coco contiene mucha fibra para cultivar un intestino sano y otros nutrientes esenciales que ayudan al bebé a prosperar, como el cobre, el hierro, el manganeso, el selenio, el zinc y la vitamina B6.
★Consejo: Los cocos enteros con cáscara se pueden almacenar en el mostrador por hasta una semana o en el refrigerador por hasta tres semanas. Una vez que se abre y se le quita la cáscara, guarda la carne en el refrigerador y utilízala en una semana.
Después de los 12 meses de edad, sí. Si bien la leche de coco puede ser un excelente ingrediente para cocinar alimentos para bebés, espera hasta después del primer cumpleaños de el/la bebé para servirla por sí sola como bebida. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los(as) bebés solo beban leche materna o fórmula hasta el primer cumpleaños (así como también pequeñas cantidades de agua después de los seis meses de edad). Para una comparación detallada de las leches de origen vegetal y las alternativas a la leche, consulta nuestra página de preguntas frecuentes sobre la leche.
Solo después de los 12 meses de edad. La Academia Estadounidense de Pediatría advierte que, antes de los 12 meses, los(as) bebés deben beber solo leche materna o fórmula (así como también pequeñas cantidades de agua después de los seis meses de edad). Si bien un pequeño sorbo no le va a hacer mal, es mejor esperar hasta después del primer cumpleaños del bebé para servirla regularmente. Cuando sirvas agua de coco de supermercado, asegúrate de leer la etiqueta de ingredientes y opta por productos sin azúcar agregada.
Sí, pero revisa las etiquetas nutricionales antes de comprar productos de coco. A menudo estos contienen aditivos y conservantes y se envasan en recipientes forrados con bisfenol A (BPA), que puede alterar las funciones corporales de los bebés, según demuestran los estudios científicos. Elige latas y envases de plástico libres de BPA, indicado en su etiquetado—y opta por productos sin azúcar y sin ingredientes agregados.
Finalmente, al comprar aceite de coco, elige marcas de aceite virgen o extra virgen en lugar de refinado, ya que el aceite refinado se procesa y trata con productos químicos para eliminar el aroma—un proceso que agrega sustancias potencialmente cancerígenas y elimina muchos de los beneficios antioxidantes.
Sí. Siempre que el/la niño(a) no tenga sensibilidad a los sulfitos, se puede ofrecer coco seco con conservantes y sulfitos añadidos con moderación. Los sulfitos están naturalmente presentes en ciertos alimentos y se pueden agregar a otros para ayudar a prevenir el oscurecimiento, disminuir el crecimiento de microbios y prolongar la vida útil de los alimentos. En los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos generalmente reconoce que los sulfitos son seguros.
Si sospechas que el/la bebé es sensible a los sulfitos o deseas evitarlos, simplemente busca una marca que no contenga sulfitos. En personas sensibles, el consumo de sulfitos puede causar una reacción similar a la alergia y provocar ataques de asma. Si te preocupan los sulfitos, evita ingredientes como el dióxido de azufre, el bisulfato de potasio, el metabisulfito de potasio, el bisulfito de sodio, el metabisulfito de sodio y el sulfito de sodio, entre otros.
Sí, cuando la pulpa de coco madura se sirve en pedazos y cruda. La pulpa de coco joven es suave y maleable y no debe representar ningún riesgo inusual. El coco rallado y las hojuelas de coco no representan un peligro de ahogamiento y se pueden usar generosamente. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y mantente a la distancia de tu brazo del bebé durante las comidas. Para obtener más información sobre ahogamiento, visita nuestra sección sobre arcadas y ahogamiento y familiarizarte con la lista de peligros comunes de ahogamiento.
Sí, y no. El coco, en realidad, es una fruta y no una nuez. Sin embargo, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos clasifica al coco como una nuez de árbol, lo cual significa que debe etiquetarse como alérgeno por ley, aunque la alergia al coco es poco común. De hecho, algunas organizaciones aconsejan evitar al coco a las personas con alergias a las nueces de árbol mientras que, al mismo tiempo, reconocen que la mayoría de las personas con alergias a las nueces de árbol pueden consumirlo de manera segura. En el pequeño número documentado de alergias al coco, la mayoría no han sido en personas alérgicas a las nueces de árbol. Sin embargo, los casos raros de existencia de alergia al coco se han asociado con reacciones graves.
El coco seco se conserva comúnmente con sulfitos. Si bien los sulfitos no son un alérgeno común, ciertas personas, particularmente aquellas con asma, pueden tener reacciones similares a las alergias a los sulfitos agregados..Si los sulfitos son una preocupación, evita ingredientes como dióxido de azufre, bisulfato de potasio, metabisulfito de potasio, bisulfito de sodio, bisulfito de sodio, metabisulfito y sulfito de sodio, entre otros.
Como lo harías al presentar cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras ocasiones. Si no hay ninguna reacción adversa, aumente gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.
El coco tiene un sabor suave y ligeramente dulce que funciona bien en una variedad de platos en todo el mundo. El coco aparece en las gachas de maíz canjica en Brasil, el guiso lleno de aceite vegetal en Granada, el pudín cremoso de haupia en Hawái, las bolas dulces de ondeh-ondeh en Indonesia, la matata salada con mariscos y maní en Mozambique, los postres tecnicolor halo-halo en Filipinas, arroz con coco especiado llamado kiribath en Sri Lanka, y muchos platos más queridos. La carne de los cocos jóvenes y verdes es tan suave que se puede hacer puré y agregar a cereales calientes y platos de granos. La pulpa ligeramente más firme de los cocos más viejos se ralla deliciosamente y se usa como recubrimiento para pescado, pollo, tofu, se agrega a las granolas y se incorpora a productos horneados como galletas, pasteles y panes rápidos.
★Consejo: El coco finamente rallado puede agregar textura a los bocados resbaladizos como el aguacate y las rodajas de mango. Si te preocupa que los trozos de coco rallado estén demasiado grandes, pulverízalos en un procesador de alimentos, molinillo o mortero para lograr una textura más fina.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia. Tu hijo(a) es un(a) individuo(a) único(a) y puede tener necesidades o consideraciones más allá de las prácticas comúnmente aceptadas. Para determinar las recomendaciones de tamaño y forma de los alimentos, nosotros(as) utilizamos la mejor información científica disponible acerca del desarrollo motor grueso, fino y oral para minimizar el riesgo de ahogamiento. Las sugerencias de preparación que ofrecemos son sólo para fines informativos y no reemplazan el consejo individual y específico de tu médico(a) pediatra o profesional de la salud o proveedor para niños(as). Es imposible eliminar por completo el riesgo de que un(a) bebé o un(a) niño(a) se ahogue con cualquier líquido, puré o alimento. Recomendamos que sigas todos los protocolos de seguridad que sugerimos para así crear un entorno de alimentación seguro y que tomes decisiones informadas para tu hijo(a) con respecto a sus necesidades específicas. Nunca ignores el consejo médico profesional ni te demores en buscarlo debido a algo que hayas leído o visto aquí.
La carne blanda de coco tierno o el coco seco finamente rallado (también llamado coco desecado) se puede mezclar con cereales calientes y otros alimentos blandos. El aceite de coco y la leche o crema de coco sin azúcar funcionan bien como base para la avena, el arroz y los cereales calientes. Evita las hojuelas grandes de coco (a veces llamadas “trozos de coco”) a esta edad, ya que pueden ser filosas y difíciles de tragar.
Continúa mezclando la carne blanda de cocos tiernos o coco seco finamente rallado en la comida del niño y usa aceite de coco y leche o crema de coco sin azúcar generosamente en tu cocina. Si te sientes aventurero(a) y estás preparado(a) para el desafío, rompe un coco joven entero y ofrece pequeñas tiras de carne blanda al niño(a). También puedes comenzar a introducir leche y/o agua de coco en pequeñas cantidades, tal vez diluida con agua pura o filtrada, para así fomentar el desarrollo de las habilidades para beber.
Intenta servir un poco de agua de coco diluida o leche de coco para que el/la niño(a) la aprenda a beber de un vaso. Anima a el/la niño(a) a que espolvoree coco finamente rallado en la comida ofreciéndole una cucharada pequeña a un lado a la hora de comer. Si tienes acceso a cocos tiernos frescos, invita al niño a que trate de usar una cuchara para sacar la pulpa blanda de una mitad del coco entero. Y, por supuesto, continúa cocinando con coco para agregar muchas grasas saludables a la comida del bebé. También puedes intentar servir yogur de coco sin azúcar, una deliciosa alternativa al yogur a base de lácteos.
Elimina el estrés de la cocina diaria con nuestro kit de ideas de recetas y comidas.
Yield
2 tazas (480 ml)
Cooking Time
5 minutos
Age Suggestion
6 meses o más
2 cdas (30 ml) hojuelas de coco sin endulzar
Esta receta contiene un alérgeno común: el coco (hojuelas de coco). Servir al/a niño(a) solo si el alérgeno ha sido introducido de manera segura a la dieta. Mientras que la alergia al coco es poco común, es clasificado como nuez de árbol por la United State Food and Drug Administration.
Cortar el mango en lanzas. Reservar algunas lanzas para el/la bebé y almacenar el resto para una comida futura.
Cortar los extremos de la papaya y cortar a lo largo. Pelar una de las mitades y retirar con una cuchara las semillas. Cortar la carne en manillas de 2 cm de ancho. Almacenar la otra mitad de papaya para una comida futura.
Empanizar la fruta en las hojuelas de coco para agregar agarre.
Servir las manillas de mango y papaya
Ofrecer el mango y la papaya al/a bebé y dejar que se alimente por sí mismo(a).
Si necesita ayuda, ofrecer una manilla de fruta en el aire y dejar que el/la bebé la agarre de tus manos.
Come un poco de fruta junto al/a bebé para modelar cómo se hace.
Almacenamiento: El mango y la papaya cortados se mantienen en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días o en el congelador por hasta 2 meses.
El coco es ligeramente terroso y dulce con un aroma distintivo de fruta fresca, nueces tostadas y vainilla. El coco combina bien con otras frutas y verduras tropicales como banano, yuca, mango, papaya, maracuyá, piña y plátano macho, pero sabe delicioso con productos de climas más fríos como la remolacha, arándano azul, repollo, zanahoria, durazno, frambuesa y fresa. También funciona bien como potenciador del sabor para el pollo, el huevo, el pescado, el cerdo y otras proteínas abundantes. Resalta la cremosidad del coco al sazonar con: hierbas frescas como la menta, hierba limón, hojas de lima makrut; cítricos como calamansi, limón o naranja; o especias secas como anís, cardamomo, canela, cilantro, comino, pimienta o cúrcuma.
Suscríbete para información sobre nuevas guías, recetas y ofertas especiales
El contenido ofrecido en SolidStarts.com es solo para fines informativos. Solidstarts no se dedica a brindar asesoramiento profesional, ya sea médico o de otro tipo, a usuarios individuales o a sus hijos o familias. Ningún contenido de este sitio web, independientemente de la fecha, debe utilizarse como sustituto del consejo médico directo de tu médico de cabecera, profesional de la salud, nutricionista o experto en alimentación y deglución pediátrica. Al acceder al contenido de SolidStarts.com, reconoces y aceptas que aceptas la responsabilidad por la salud y el bienestar de tu hijo(a). A cambio de brindarte una variedad de información sobre el "BLW", tú renuncias a cualquier reclamo que tú o tu hijo(a) puedan tener como resultado del uso del contenido en SolidStarts.com.
Copyright © 2023 • Solid Starts Inc Póliza de privacidad • Términos y condiciones de uso • Accesibilidad