A medida que comienzan a comer alimentos sólidos y se exponen a texturas y tamaños de alimentos nuevos, los(as) bebés desarrollan nuevas habilidades motoras para masticar y tragar. Si bien no hay forma de erradicar por completo el riesgo de ahogamiento durante este momento emocionante y desafiante, algo que debes saber es que el cuerpo humano está diseñado para protegerse a sí mismo. Los(as) bebés tienen tanto reflejos como protecciones anatómicas para reducir el riesgo de ahogamiento a medida que aprenden a comer una variedad de texturas, formas y tamaños de alimentos. Además, tú puedes tomar medidas activas para reducir el riesgo de ahogamiento al establecer un ambiente seguro para comer, aprender qué hacer y que no hacer cuando el/la bebé está comiendo y al elegir qué alimentos servir cuidadosamente. Ten en cuenta que estas sugerencias reducen, pero no eliminan, el riesgo de ahogamiento.
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Antes de identificar qué alimentos y tamaños de alimentos son los más riesgosos y cómo modificarlos para el/la bebé, es esencial comprender los pasos que puedes seguir para reducir el riesgo de ahogamiento del/a bebé, independientemente de lo que le sirvas.
La manera principal de reducir el riesgo de ahogamiento en bebés, niños(as) pequeños(as) y niños(as) es asegurarse de que estén sentados(as) en un asiento con respaldo y con la supervisión sin distracciones de una persona adulta mientras comen.
Permitir que el/la bebé se alimente por sí mismo(a) en lugar de colocar comida en su boca parece reducir el riesgo de ahogamiento.
A medida que el/la niño(a) crece, desarrollar habilidades de masticación bien coordinadas disminuirá aún más el riesgo de ahogamiento. Es tentador evitar todos los bocados y trozos masticables en favor de servir purés pero, de hecho, siempre y cuando los(as) p/madres sigan las estrategias adecuadas para minimizar el riesgo de ahogamiento, las investigaciones no muestran un mayor riesgo de ahogamiento en bebés que empiezan la alimentación complementaria con bocados en comparación a aquellos que empiezan con purés.
Independientemente de cómo comiencen la alimentación complementaria, se recomienda que todos los(as) bebés comiencen a comer alimentos en bocados a partir de los 9 meses de edad. Parece haber una ventana crítica en la que la introducción de bocados de alimentos masticables es importante para así desarrollar las habilidades motoras orales y evitar que se desarrolle la alimentación quisquillosa a medida que el/la niño(a) crece.
Las habilidades de masticación no aparecen automáticamente a medida que el/la bebé crece. Para desarrollar habilidades de masticación eficientes y seguras, el/la bebé debe tener experiencia y practicar de forma repetitiva la masticación con una amplia variedad de texturas y tamaños de alimentos.
Si bien es importante introducir bocados al/a bebé entre los 6 y los 9 meses, ciertos alimentos y características alimentarias son más riesgosas que otras. Si evitas los alimentos de alto riesgo con pocos beneficios nutricionales (como los caramelos duros) y preparas los alimentos de alto riesgo que sí son importantes desde el punto de vista nutricional de manera adecuada, puedes reducir el riesgo drásticamente. Preparar los alimentos de manera apropiada según la edad del/a bebé hace que sea más fácil para el/la bebé alimentarse por sí mismo(a), mover los alimentos dentro de la boca y descomponerlos, lo cual disminuye el riesgo de ahogamiento.
¿Qué hace que ciertos alimentos presenten un mayor peligro de ahogamiento? En general, hay cuatro características de los alimentos que aumentan el riesgo de ahogamiento:
Tamaño pequeño
Forma redonda
Textura firme
Resbaladizo
Cuanto más pequeño, redondo, duro y resbaladizo sea un alimento, mayor será el riesgo de ahogamiento. Si falla la deglución, es más probable que estos alimentos entren y se alojen en las vías respiratorias y sean difíciles de expulsar o toser.
Los alimentos como las semillas, las nueces enteras, las zanahorias baby, las manzanas, los arilos de granada y las uvas encabezan la lista de peligros de ahogamiento: son difíciles de manejar en la boca y pueden deslizarse hacia las vías respiratorias, atascarse y son difíciles de expulsar sin ayuda. Cualquier alimento podría llegar a las vías respiratorias, especialmente si no se mastica por completo. Sin embargo, la mayoría de las veces, los(as) bebés (y los adultos) pueden expulsar el bocado con seguridad con una arcada mucho antes de que este entre en el tubo respiratorio o, de otra manera, tosiendo si la deglución falla. Sin embargo, los objetos pequeños, redondos, firmes y resbaladizos que accidentalmente llegan a las vías respiratorias pueden ser más difíciles de expulsar, lo cual resulta a una verdadera emergencia de ahogamiento.
Para reducir el riesgo de ahogamiento, prepara los alimentos de una forma que anule las características mencionadas anteriormente. Por ejemplo, los arándanos (pequeños, redondos y, a veces, firmes) se pueden aplastar o cortar en cuartos; las verduras crudas (firmes y, muchas veces, redondas) se pueden cocer al vapor y cortar a lo largo; y el mango (resbaladizo) se puede cubrir en hojuelas de coco molidas para agregar textura.
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El tamaño de la tráquea de un bebé o niño tiene un diámetro similar al de una pajilla/popote para beber. Los alimentos que podrían atascarse en un popote/pajilla, o formar un tapón pegajoso sobre este, son riesgos de ahogamiento. En ocasiones raras, los alimentos más pequeños pueden entrar en la tráquea y causar bastante incomodidad y dificultad para respirar, pero lo más probable es que continúen viajando hacia abajo y terminen en los pulmones.
La seguridad del tamaño de los alimentos varía con la edad, e incluso un par de meses pueden hacer mucha diferencia. A continuación, hay una guía que puedes usar, pero sigue tu instinto: si el/la bebé está teniendo dificultades con un alimento o algún alimento te pone nervioso(a), mejor retíralo y modifícalo aún más. Solo recuerda, desarrollar habilidades de masticación bien coordinadas requiere tiempo y mucha práctica masticando una amplia variedad de texturas y tamaños de alimentos. A medida que el/la niño(a) crece, el desarrollo de estas habilidades disminuirá aún más el riesgo de ahogamiento.
¿No estás seguro(a) de cómo cortar o preparar un alimento en particular? Búscalo en nuestra base de datos gratuita First Foods®. Las recomendaciones de formas tamaños siguen siendo las mismas ya sea que el/la bebé tenga dientes o no. Cada bebé desarrolla las habilidades de masticación y coordinación a su propio ritmo: algunos(as) bebés necesitan alimentos fáciles de sostener o ligeramente machacados por un periodo de tiempo un poco más largo, mientras que otros(as) necesitan alimentos más desafiantes un poco antes para mantener su interés.
Cuando se trata de la textura, ten en cuenta que los alimentos son muy variables. Incluso cuando observamos un tipo específico de alimento, como una pera, encontrarás que una pera madura tiene una textura diferente a una pera verde (no madura), el interior de la pera será más suave y se moverá de manera diferente de la piel, y la parte superior de la pera puede tener una textura y una suavidad diferentes a las de la parte inferior que es más ancha. Nuestro objetivo es que el/la bebé aprenda a masticar y deshacer una amplia variedad de texturas con el tiempo, no modificar todos los alimentos para que tengan la misma textura para el/la bebé.
6-8 meses de edad
Cuando se trata de la forma y el tamaño de los alimentos, durante esta etapa, cuanto más grande es mejor. Los pedazos grandes de comida que el/la bebé puede agarrar, sostener y llevarse a la boca de forma independiente presentan un riesgo bajo de ahogamiento. Las investigaciones muestran que el riesgo aumenta cuando una persona es alimentada por alguien más.
Los pedazos grandes deben ser lo suficientemente grandes como para que un/a bebé pueda sostener la comida con una o dos manos y le sobre un poco por encima y/o por debajo del puño. Por ejemplo alimentos con forma de lanzas o bastones, como una pierna de pollo, un maíz en la mazorca, una semilla de mango o ejotes verdes (al vapor). Esta forma generalmente es mucho más fácil de recoger y de morder y masticar para el/la bebé por sí solo/a; sin embargo, hay otras formas que también funcionan. Una lanza de calabacín cocida, la mitad entera de un aguacate maduro (sin la semilla) o un melocotón entero muy maduro son lo suficientemente grandes como para que el/la bebé los agarre y los sostenga.
En general, prepare los alimentos de forma que cumplan con las siguientes características:
El largo y el ancho de dos dedos de un adulto.
Lo suficientemente grande como para que sobresalga por encima y por debajo del puño del/a bebé.
Para ayudar a sostener mejor los alimentos resbaladizos (como pedazos de frutas jugosas y de vegetales cocidos), puedes cubrir los pedazos de comida con cereal infantil seco, coco deshidratado, semillas de cáñamo o frutos secos finamente molidos o harina de frutos secos. Si no se adhiere bien a la comida, es mejor omitirla (la capa suelta se puede inhalar fácilmente) y cortar la comida de una manera que facilite más el agarre. Puedes crear huecos, muescas y crestas en los alimentos como la semilla de mango, los gajos de papa o las lanzas de calabacín para que sea más fácil agarrar la comida para el/la bebé.
A medida que el/la bebé aprende a masticar, hay 3 texturas de alimentos principales que son las más seguras:
Alimentos que son suaves y fáciles de triturar con la lengua y el paladar del/a bebé y se descomponen rápidamente sin necesidad de habilidades de masticación coordinadas.
Alimentos que son un poco más firmes pero que aun así comienzan a descomponerse en pedazos más pequeños con un poco de succión o mordidas.
Alimentos muy resistentes: también los llamamos alimentos “irrompibles”, que el/la bebé puede morder pero que no romperá en trozos o en pedazos grandes.
Cada una de estas texturas mejora las habilidades motoras orales del/a bebé y aumenta su tolerancia sensorial a las diferentes texturas en la boca. Recuerda, el objetivo es mantener a/al bebé lo más seguro(a) posible, pero, al mismo tiempo, ofrecerle una variedad de texturas con un nivel de complejidad que va aumentando gradualmente para ayudarlo(a) a desarrollar sus habilidades motoras orales durante los próximos meses.
A esta edad, los(as) bebés tienen reflejos que los(as) ayudan a masticar y descomponer los alimentos, pero una habilidad que a menudo se pasa por alto, y que se requiere para comer, es la capacidad de juntar esos trozos de comida descompuestos y formar una pequeña bola o paquete para moverlos fácilmente hacia la garganta y poder tragarlos. La mayoría de los(as) bebés de 6 meses encontrarán esa habilidad demasiado desafiante, pero, si les damos amplia oportunidad de practicar, sirviéndoles bocados suaves y triturables, la mayoría de los(as) bebés desarrollarán esta habilidad entre los 8 y 10 meses.
Al comenzar con los alimentos sólidos, entre los 6-7 meses de edad, algunos(as) bebés encuentran que los alimentos suaves y triturables son los más desafiantes ya que estos alimentos se esparcen rápidamente por la boca cuando se aplastan o se pegan al paladar. A medida que la comida se esparce, tiende a provocar arcadas fuertes. Por eso es que los alimentos un poco más firmes, que comienzan a descomponerse en pedazos más pequeños con un poco de succión o luego de roerlos, o los alimentos muy resistentes, también pueden ser excelentes opciones desde el principio. Estos alimentos permiten que el/la bebé aumente su tolerancia a la textura y las sensaciones en la boca, pero le dan la habilidad de sacar estos alimentos de la boca sin dejar comida triturada.
Ten en cuenta que estas recomendaciones son las mismas ya sea que el/la bebé tenga dientes o no.
Durante las últimas décadas e, incluso, hoy en día, muchas personas recomiendan incorrectamente alimentos cortados en cubitos o picados para bebés pequeños(as). Los alimentos cortados en cubitos o picados son demasiado pequeños para que la mayoría de los(as) niños(as) de 6 a 8 meses se puedan alimentar por sí mismos(as); para poder llevar estos alimentos a la boca es necesario que el/la bebé use el agarre de pinza (donde se unen el dedo índice y el pulgar). Los(as) bebés pueden agarrar más fácilmente y con mayor éxito tiras/bastones o trozos más grandes de comida usando un agarre de toda la mano (palmar) que es apropiado para su edad.
Con los pedazos más pequeños, los(as) bebés pequeños(as) tienden a perder interés ya que son demasiado difíciles de levantar y agarrar. Además, para los(as) bebés es más difícil manejar pedazos pequeños de comida en su boca, asumiendo que los pedazos más grandes de comida hacen que se activen más neuronas cerebrales, y eso les ayuda a aprender a manipular los alimentos en la boca con mayor seguridad.
Maeve, de 7 meses, complicada intentando tomar pequeños trozos de pera.
Maeve, de 7 meses, manipula con facilidad lanzas de una pera suave y madura
Por ejemplo, cuando un(a) niño(a) de 6 meses mastica y muerde una pieza larga de bistec de dos pulgadas de grosor, el riesgo de ahogamiento es mínimo: el/la bebé no tiene la fuerza en la mandíbula, ni la coordinación, para morder un pedazo. Si logra romper un pedazo, lo más probable es que el/la bebé la escupa o la saque con una arcada. Cuando se permite que los(as) bebés se alimenten solos(as), el cerebro se involucra en el acto de comer: está consciente que tiene algo en la mano, ubica la comida en los labios y en la boca, y activa ciertas protecciones como escupir o hacer una arcada si la comida llega muy atrás en la boca. En comparación, las investigaciones muestran que es mucho más probable que los(as) bebés se ahoguen cuando se les coloca una pequeña pieza de carne directo en la boca, ya que el cerebro y el/la bebé no se dan cuenta de que la comida se mueve hacia la parte posterior de la lengua sin intentar masticarla y romperla.
9-12 meses
Alrededor de los 9 meses, los(as) bebés desarrollan el agarre de pinza, una habilidad motora fina donde el dedo índice y el pulgar se encuentran. El agarre de pinza les da a los(as) bebés la capacidad de agarrar pedazos más pequeños de comida. El/la bebé también puede tener más fuerza y coordinación para desgarrar los alimentos.
Cuando estas habilidades se desarrollan, es hora de disminuir el tamaño de la comida. Alrededor de los 9 a 12 meses de edad, es posible que el/la bebé ya tenga las habilidades y la capacidad de alimentarse solo(a) con formas y tamaños de alimentos que incluyen:
Rebanadas delgadas como una regla
Pedazos desmenuzados
Trozos o pedazos pequeños de comida del tamaño de un bocado
Hasta la fecha, el/la bebé ha estado agarrando sus biberones y los alimentos con las palmas de las manos. Entre los 8 y 9 meses de edad, muchos(as) bebés comienzan a conectar las puntas de los dedos pulgar e índice. Esto se llama el agarre de pinza, y cuando veas señales de que se esté desarrollando esta habilidad, puedes ir reduciendo el tamaño de sus alimentos, ofreciéndole trozos de comida del tamaño de un bocado.
Al decir un “trozo de comida del tamaño de un bocado”, nos referimos a que la forma debe ser similar al tamaño del nudillo de su pulgar: lo suficientemente pequeño para que el/la bebé pueda agarrarlo con sus dedos índice y pulgar y caber en la boca sin necesidad de darle una mordida, pero no tan pequeño que puede bloquear fácilmente las vías respiratorias si accidentalmente se mueve hacia atrás entero y se traga antes de tiempo. En esta etapa de la vida, las vías respiratorias de un(a) bebé son del tamaño de un garbanzo o una arveja, por lo que el pedazo de comida debe ser un poco más grande. Y solo recuerda, no es solo el hecho de que tu bebé haya desarrollado el agarre de pinza lo que lo prepara para esta próxima etapa de sólidos. Es posible que desees considerar la exposición y experiencia que ha tenido con alimentos masticables al pensar en su capacidad para manejar este tamaño de manera efectiva.
A esta edad, la mayoría de los(as) bebés pueden manejar alimentos que son suaves y fáciles de triturar con la lengua, el paladar y las encías. Las opciones más seguras son los alimentos blandos o los alimentos que se cocinan hasta obtener una consistencia blanda.
Los(as) bebés a esta edad comúnmente se llenan la boca en exceso a medida que adquieren más confianza para alimentarse solos. Si esto sucede, continúa ofreciéndole pedazos de comida más grandes (más grandes de lo que pueden meterse a la boca en un solo bocado) para ayudarlos a aprender a morder, conocer los límites de su boca y dibujar un "mapa mental" de lo que cabe y lo que no.
Otra cosa que es común a esta edad es tragar los pedazos pequeños de comida enteros. Si esto sucede, continúa ofreciendo pedazos más grandes de comida para ayudar a practicar y desarrollar habilidades para masticar. Los(as) bebés también aprenden viendo. Demuéstrale cómo masticar exageradamente mientras comes junto al/a bebé.
12-18 meses
A los 12 meses, es probable que un(a) niño(a) pequeño(a) pueda masticar una amplia variedad de texturas y tamaños si ha estado practicando la masticación de alimentos sólidos por algunos meses. A esta edad, es probable que un(a) niño(a) pequeño(a) pueda comer lo que tú comes con algunas modificaciones. Sirve los alimentos:
Cortados en trozos pequeños (¡perfecto para practicar el uso de los utensilios!).
Suaves y grandes para que el/la niño(a) tenga que morderlos, como un plátano maduro entero.
Rebanados o rallados.
Cuando se trata de alimentos resistentes que requieren de mucha masticación, sírvelos cocidos hasta que estén suaves o sírvelos en tiras finas como una regla, en rodajas, en tiras deshebradas, o en cubitos.
Bien cocidos, cuando se trata de carne y pescado.
Los(as) niños(as) pequeños(as) pueden seguir escupiendo algunos alimentos que no mastican bien; esto es normal. Si esto sucede, ofrece alimentos en forma de bastones o lanzas para ayudar al/a niño(a) a "dibujar un mapa mental” de la boca y desarrollar más fuerza para masticar.
18-24 meses
Si un(a) niño(a) pequeño(a) ha estado comiendo una variedad de texturas y trabajando con alimentos de formas y tamaños desafiantes regularmente, ya debería de ser un(a) comedor(a) relativamente avanzado para los 18 meses.
Sin embargo, sigue siendo importante modificar los alimentos de alto riesgo que son redondos, firmes y resbaladizos (consulta la lista a continuación). Es igualmente importante mantener la comida en la mesa, ya que el riesgo de ahogamiento aumenta (con cualquier alimento) cuando los(as) niños(as) están en movimiento, hablando, riendo o cantando mientras comen.
A esta edad, muchos(as) niños(as) pequeños(as) probablemente ya sean expertos(as) en usar la cuchara y el tenedor independientemente. Es posible que algunos(as) niños(as) pequeños(as) aún necesiten algo de práctica y ofrecerles cucharas y tenedores precargados para practicar cómo sacar y clavar los alimentos puede ser de gran ayuda. Incluso aquellos(as) que son capaces de alimentarse solos(as) con utensilios probablemente volverán a comer con las manos a medida que progresa la hora de la comida o al final de un largo día.
¿Necesitas ejemplos visuales con comida y bebés de verdad? Ve nuestro video sobre la preparación y seguridad de los alimentos.
¿Qué pasa si el/la bebé muerde pedazos más pequeños de una tira más grande de comida?
Esta es una pregunta común de muchas familias.
Si la comida es lo suficientemente suave como para que un(a) bebé pueda arrancar un trozo con las encías, es probable que sea lo suficientemente suave como para que se pueda triturar en la boca, de manera similar a como trituraría cualquier otro alimento.
Cuando un(a) bebé muerde activamente un alimento, el cerebro recibe el mensaje: "Oye, necesito masticar esto". Se activan los reflejos profundos del tronco encefálico y lo más probable es que el/la bebé active patrones motores para mover la comida en la boca.
Los(as) bebés tienden a morder con los dientes frontales, y los movimientos de lado a lado de la lengua apenas comienzan a mover la comida de manera efectiva. Por lo tanto, es más probable que un trozo de comida en la parte delantera y central de la boca estimule el patrón dominante y bien conocido del empuje de la lengua, que hace que escupa la comida.
La deglución es un reflejo, por lo que incluso si la comida no se mastica bien y se mueve hacia la parte posterior de la boca, el cerebro le indicará al/a bebé que la trague, aunque sea entera, lo cual no significa que se va a ahogar. La faringe y el esófago (partes que forman parte del tubo digestivo) son elásticos, e inmediatamente comienzan a empujar los alimentos hacia el estómago, comprimiéndose de arriba hacia abajo mientras las enzimas digestivas ayudan a ablandar todo.
Si el/la bebé muerde un trozo de comida que te pone muy nervioso(a), arrodíllate junto al/a bebé para que te mire hacia abajo, demuestra cómo sacar la lengua y coloca tu mano frente a su boca. Respira hondo y confía en que el/la bebé sabe qué hacer. No coloques tus dedos dentro de la boca del/a bebé. En el futuro, modifica más este alimento si te hace sentir incómodo(a).
¿Qué pasa si el/la bebé rompe una tira grande de comida en pedazos más pequeños? ¿Es seguro dejar esos pedazos en la bandeja/mesa?
Sí. El principio más importante de la alimentación y la deglución segura es la autoalimentación. Si un(a) bebé tiene la habilidad de recoger un trozo pequeño de comida (es decir, usar el agarre de pinza), es seguro para que se lo coma. La mayoría de los(as) bebés pequeños(as) que desmenuzan la comida no tienen esta habilidad y tendrán dificultad para recoger los pedazos pequeños de comida, lo que significa que no pueden llevarlos la boca. Si el/la bebé puede romper la comida, es probable que sea lo suficientemente suave como para masticarla con las encías. Si te sientes nervioso(a) o preocupado(a), retira los pedazos de comida de la bandeja.
¿Qué pasa si mi bebé tiene muchos dientes?
Independientemente de cuántos dientes tenga tu bebé, las recomendaciones acerca de cómo servir la comida siguen siendo las mismas. Las encías son bastante poderosas y hacen la mayor parte del trabajo para descomponer los alimentos (lo creas o no, los verdaderos "dientes para masticar" son los molares, los cuales no salen hasta después del año). Aunque un(a) bebé al que le salen los dientes antes de tiempo puede tener más éxito en morder pedazos de bocados grandes de comida, no existe un mayor riesgo de ahogamiento en esta población, a pesar de que puede ser más estresante. Estos bebés tienen los mismos mecanismos de protección: el reflejo de extrusión de la lengua, las arcadas, el cierre de las vías respiratorias y el reflejo de deglución. Es posible que tu bebé rompa un pedazo de comida demasiado grande. Con frecuencia. Durante muchos, muchos meses, sin importar cuántos dientes tengan. Entonces, ¿qué hacer cuando esto suceda? Primero, trata de no intervenir y deja que tu bebé trabaje con el bocado de comida por su cuenta. La mayoría de los(as) bebés lo escupirán o tendrán una arcada que lo empuje hacia adelante. También puedes considerar enfocarte en ofrecer lanzas o bastones de comida más grandes y firmes, como mazorca de maíz, pierna de pollo, costilla, semilla de mango, etc. para trabajar en el desarrollo oral.
Es probable que tu bebé muerda un pedazo. Confiamos en que tu bebé ya está equipado(a) de forma innata con todas las habilidades necesarias para manejarlo: el reflejo nauseoso está ahí en caso de que tu bebé intente tragar un trozo demasiado grande (y es parte del proceso de aprendizaje), tu bebé también puede empujar un trozo demasiado grande hacia afuera de la boca con la lengua, y/o puede ser que se active el reflejo de masticación o que haya succionado lo suficiente antes de romper el pedazo para que pueda manejarlo y tragarlo de manera efectiva. Todo esto es muy importante para que tu bebé aprenda, y, al perfeccionar estas habilidades a una edad temprana, realmente estás maximizando la seguridad una vez que hagan la transición a pedazos más pequeños (alrededor de los 9 meses de edad).
Por último, puedes entrenar a tu bebé a que escupa la comida, lo cual es una habilidad muy importante para ellos(as), aunque a menudo no se verá reflejado hasta más cerca de los 9 meses. Mira este video: Qué hacer cuando tu bebé tiene demasiada comida en la boca. Nuestro curso en video para el inicio de la alimentación complementaria también profundiza en las arcadas y el ahogamiento.
¿Qué sucede si mi bebé no tiene dientes o tiene menos dientes que otros(as) bebés de su edad?
Es un error pensar que los(as) bebés necesitan dientes para comer. Curiosamente, los dientes que usamos para masticar (nuestras muelas) no salen hasta después del primer cumpleaños. Los(as) bebés pueden masticar y triturar alimentos con las encías. Realmente se trata más del nivel de habilidad que se ha desarrollado hasta ese momento. Si te preocupa la capacidad de masticación de tu bebé, podrías enfocarte de manera especial en el desarrollo de las diferentes destrezas para mejorar su habilidad. Ve nuestra página sobre Cómo aprenden a masticar los bebés.
Si bien más del 50% de los incidentes de ahogamiento en niños(as) pequeños(as) no involucran alimentos, aquí hay una lista de algunos riesgos potenciales de ahogamiento. Como siempre, consulta nuestra base de datos gratuita First Foods® para obtener sugerencias de porciones apropiadas según la edad del/a bebé.
Apio: cortar en medias lunas y cocinar hasta que estén blandas.
Arándanos: aplastar entre los dedos.
Arroz, cebada y granos: cocinar bien, mezclar con un alimento aglutinante como el yogur, dejar que el/la bebé se alimente solo.
Camarones: cortar en cuartos a lo largo.
Cerezas: deshuesar y cortar en cuartos a lo largo una vez que se desarrolle el agarre de pinza.
Fresas: ofrecer bayas enteras, muy grandes y muy suaves que pasen la prueba al aplastarlas. Para verificar si la baya está lo suficientemente blanda, presionar entre los dedos y asegurarse que ceda con una presión ligera. Si hay que presionar fuerte para que ceda, es demasiado firme. Triturar o rebanar fresas pequeñas y redondas.
Frutas deshidratadas: evitar.
Garbanzos: triturar o hacer puré.
Guisantes: aplastar, triturar, mezclar con un alimento aglutinante como puré de papas, aplastar una vez que se desarrolle el agarre de pinza.
Maíz: evitar los granos sueltos y servir en la mazorca en vez.
Maní: triturar finamente y mezclar con otros alimentos.
Mantequilla de maní: untar una capa delgada sobre otros alimentos.
Mantequillas de nueces: untar una capa delgada sobre otros alimentos o diluir con yogur, puré de manzana, leche materna o fórmula.
Manzana: cocinar hasta que esté muy suave, triturar o cortar en rodajas finas.
Melón: cortar en rebanadas delgadas (nunca bolas o cubos de melón) u ofrecer solo la cáscara con una capa delgada de pulpa.
Naranjas, mandarinas: en corte supremo para remover la membrana (ver el video).
Nueces y semillas: triturar finamente y mezclar con otros alimentos.
Pescado: deshuesar completamente.
Queso: cortar en rebanadas finas.
Salchicha: cortar en cuartos a lo largo.
Tomates (cherry y uva): cortar en cuartos a lo largo, esperar a que se desarrolle el agarre de pinza.
Uvas: cortar en cuartos a lo largo una vez que se desarrolle el agarre de pinza.
Zanahorias: cocinar hasta que estén muy suaves y triturar o cortar a lo largo, rallar la zanahoria cruda.
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