Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
Sí
Alérgeno común
Sí
Las sardinas se pueden introducir a la dieta del/a bebé tan pronto como esté listo(a) para comer sólidos, que es generalmente alrededor de los 6 meses de edad. Las sardinas son una de nuestras comidas favoritas para los bebés, ya que son bajas en mercurio, altas en ácidos grasos Omega y una fantástica alternativa al atún enlatado.
Guía recomendada: Pescados para bebés
Las sardinas son pequeños peces forrajeros que son una fuente vital de alimento para los seres humanos y las criaturas oceánicas por igual. Llevan el nombre de la isla italiana de Cerdeña (Sardinia), donde estos pececillos de plata eran muy abundantes, aunque estos peces no son nativos de Italia. El nombre "sardina" describe colectivamente múltiples especies de pequeños peces forrajeros que viven en bancos en aguas costeras y profundas de los océanos del mundo. ¿Has oído hablar del brisling, arenque (clupea), iwashi, kipper, pilchard (alosa sapidissima), sábalo o espadín? Cada uno tiene atributos únicos, pero todos son comercializados como "sardinas" alrededor del mundo.
Sí. Las sardinas son un excelente alimento para los bebés. Estos pequeños peces oleosos son una de las principales fuentes marinas de ácidos grasos omega-3, incluido el DHA para alimentar la salud cardiovascular, el desarrollo del sistema nervioso central, el crecimiento celular y una vista saludable. También están repletas de proteínas, todos los aminoácidos esenciales y vitamina B12 para una tener una sangre sana y fomentar el neurodesarrollo, así como otras vitaminas B para la producción de energía. Las sardinas se encuentran entre las pocas fuentes de alimentos naturales de vitamina D, que las/los bebés y niños/niñas necesitan para desarrollar huesos sanos. Este pequeño pescado incluso ofrece vitamina E para proteger las células, selenio para la función inmune, hierro para la sangre sana y calcio para huesos fuertes.
Las sardinas califican como "mejor opción" en nuestra guía de Los mejores y peores pescados para los bebés, en parte porque son más bajas en mercurio que muchas otras especies de pescado. Una regla general es que cuanto más grande es el animal marino, mayor es la concentración de mercurio en su cuerpo. Por ejemplo, el atún es un pez grande y típicamente es alto en mercurio. Las sardinas en conserva son una alternativa fantástica al atún en bolsas o latas.
Las sardinas en conserva son una alternativa fantástica al atún enlatado.
Las sardinas a veces se venden frescas en los mostradores de pescado de los mercados, pero más comúnmente se encuentran enlatadas. Algunas latas pueden estar etiquetadas como "sardinas deshuesadas", lo que significa que se han eliminado los huesos principales del pescado. Los huesos restantes son pequeños y se ablandan por el proceso de enlatado, lo que los hace comestibles para los bebés. Algunas sardinas se envasan en salmuera o adobo que contienen mucho sodio o azúcar. Por esta razón, asegúrate de leer las letras pequeñas en la etiqueta antes de comprar sardinas enlatadas, y espera a servir regularmente las sardinas ahumadas hasta que el/la niño(a) sea mayor.
★Consejo: Al comprar sardinas enlatadas, busca opciones ” bajas en sodio” o “sin sal añadida” en recipientes libres de BPA. Entre las marcas económicas se incluyen: Connétable, Crown Prince, Rey Oscar, Reese, Season Brand, y Wild Planet. Ten en cuenta que las sardinas Wild Planet todavía tienen la columna vertebral (que se puede quitar fácilmente; ve nuestro video mas adelante para saber cómo prepararlas).
No. Las sardinas no son un peligro común de ahogamiento, pero las espinas de pescado sí. La mayoría de los huesos de la sardina, el arenque y otros peces pequeños son tan pequeños que es imposible para los pescaderos sacarlos del pescado fresco o congelado antes de la venta. El proceso de enlatado ablanda los huesos, haciéndolos comestibles y seguros para que los bebés y los niños pequeños coman. Con huesos o sin huesos, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de siempre quedarte cerca del bebé a la hora de comer, porque, en teoría, un individuo podría ahogarse con cualquier alimento.
Sí, las sardinas están clasificadas como un alérgeno de prioridad global de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Se estima que en todo el mundo solo el 0.2% de las personas son alérgicas al pescado con aletas, y la prevalencia de las alergias al pescado en los niños, mientras que varía significativamente, es aún menor que en los adultos.. Alrededor del 40 por ciento de las personas con alergias al pescado no experimentan su primera reacción alérgica hasta la edad adulta.Desafortunadamente, la mayoría de los individuos alérgicos al pescado con aletas no superarán la alergia con el tiempo.
Algunas personas con alergia al pescado con aletas pueden reaccionar al inhalar proteínas en el aire que se dispersan al cocinar pescado. Si este es el caso del/a bebé, es posible que desees evitar cocinar pescado en el hogar cuando el/la bebé esté presente.
Alrededor del 50% de los individuos con alergia a un pescado con aletas, también tendrán una reacción a otros pescados. Esto es porque el mayor alérgeno en el pescado con aletas es la parvalbúmina, que está presente en la mayoría de los pescados sin importar la especie. Debido a la contaminación cruzada y al mal manejo del pescado, los alergólogos(as) recomiendan que aquellos individuos con una alergia a una especie de pescado con aletas eviten todos los pescados con aletas hasta no tener una consulta con un alergólogo(a) para determinar cómo introducir los pescados de manera segura. Esta es una recomendación individualizada, confirma con tu alergólogo(a) antes de ofrecer otros pescados con aletas a tu bebé si es alérgico(a) a las sardinas.
El pescado con aletas es conocido por desencadenar el síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA) también conocido como FPIES, por sus siglas en inglés. El SEIPA es una reacción alérgica rara y es una alergia retardada a la proteína de los alimentos que causa vómito repetitivo y diarrea, síntomas que comienzan horas después de la ingesta del alimento que lo detonó. Si no se trata, esta reacción puede ocasionar deshidratación severa. A diferencia de otros alérgenos alimentarios, el SIEPA a los pescados con aletas puede no presentarse sino hasta más tarde en la vida y tiende a ser un padecimiento de por vida.
Por último, una nota sobre la intoxicación por escombroides, que en ocasiones se confunde con alergia al pescado. Esta reacción es un tipo de intoxicación que ocurre cuando alguien come pescado que no ha sido refrigerado de manera apropiada. Esto provoca que se acumule una alta cantidad de histamina en el pescado. Cuando se consume, esta carga de histamina puede causar síntomas iguales a los de una reacción alérgica y causar que las personas crean que han desarrollado una alergia al pescado incluso si no son alérgicos. Para minimizar el riesgo, asegúrate de que el pescado se almacene adecuadamente a temperaturas frías.
Si sospechas que tu bebé puede ser alérgico(a) a las sardinas, consulta con un alergólogo(a) antes de introducirlas a la dieta. Al igual que con los demás alérgenos comunes, comienza por introducir una pequeña cantidad de sardinas al comienzo y observa detenidamente al/a bebé mientras come para ver si experimenta alguna reacción adversa. Si todo marcha bien, aumenta gradualmente la porción. Una vez que se hayan introducido los alérgenos alimentarios más comunes a la dieta, es recomendado ofrecerlos como parte de la dieta regularmente (si es posible dos veces por semana). Sin embargo, esto no significa que cada especie individual debe ofrecerse varias veces por semana. Los diferentes pescados con aletas tienen las mismas proteínas principales, así que es totalmente aceptable rotar entre las variedades de pescado con aletas de acuerdo a la disponibilidad y preferencias personales.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece filetes de sardina enteros, cocidos y sin huesos, o sardinas enlatadas enteras. Las sardinas enlatadas o envasadas se pueden enjuagar bajo el agua para eliminar el exceso de sodio. Además, se pueden ofrecer con la piel y los huesos aún intactos, ya que ambos se hacen suaves y comestibles por el proceso de enlatado. Puedes ofrecer el filete solo como bocado o puedes servirlo triturado y mezclado con alimentos blandos, como verduras cocidas, cereales o yogur para que el/la bebé agarre.
A medida que el/la bebé desarrolla el agarre de la pinza (donde se encuentran el pulgar y el dedo índice), intenta ofrecer el filete de sardina en pedazos pequeños para que el/la niño(a) intente recogerlo. Como alternativa puedes continuar sirviendo el filete entero para que practique dar mordidas.
Continúa ofreciendo trozos de filete de sardina del tamaño de un bocado, ya sea solos para comer con la mano o para practicar el uso de utensilios. También puedes mezclar filete desmenuzado con granos cocidos, pastas o vegetales; unta las hojuelas sobre un pan tostado con mantequilla o mezcla con una cucharada de mayonesa, tahini o yogur para fomentar que coman con la mano o practiquen el uso de utensilios. Si te gustan los sabores salados cuando te despiertas, los pequeños pescados oleaginosos como las sardinas y los arenques son excelentes adiciones a la rutina matutina. Mezcla sardina desmenuzada en platos de huevo, avena, arroz o puré de aguacate sobre pan tostado.
Cómo remover los huesos de las sardinas.
Obtén una lista de alimentos ricos en nutrientes que el/la bebé necesita con nuestra hoja de referencia de nutrientes.
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