Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
Sí
Alérgeno común
Sí
Las sardinas, cuando están bien cocidas, pueden comenzar a ofrecerse tan pronto como un/a bebé esté listo/a para empezar a comer alimentos sólidos, lo que suele ocurrir alrededor de los 6 meses de edad. En comparación con otros pescados, las sardinas tienden a tener un bajo contenido de mercurio
Las sardinas son pequeños peces forrajeros que son una fuente vital de alimento para los seres humanos y las criaturas oceánicas por igual. Llevan el nombre de la isla italiana de Cerdeña (Sardinia), donde estos pececillos de plata eran muy abundantes, aunque estos peces no son nativos de Italia. El nombre "sardina" describe colectivamente múltiples especies de pequeños peces forrajeros que viven en bancos en aguas costeras y profundas de los océanos del mundo. ¿Has oído hablar del brisling, arenque (clupea), iwashi, kipper, pilchard (alosa sapidissima), sábalo o espadín? Cada uno tiene atributos únicos, pero todos son comercializados como "sardinas" alrededor del mundo.
Sí. Las sardinas son ricas en proteínas y grasas, incluidos los ácidos grasos esenciales omega-3. También aportan calcio, colina, hierro, selenio, zinc y vitaminas B6, B12, D, E y K. En conjunto, estos nutrientes favorecen el crecimiento, proveen energía para jugar y explorar, y promueven el desarrollo cerebral, la salud cardíaca, la densidad ósea, los glóbulos rojos, la función inmunológica, la coagulación sanguínea y más.
Si bien ciertos tipos de sardinas pueden tener un alto contenido de sodio, la cantidad de sodio que consumen los bebés tiende a ser baja conforme aprenden a alimentarse por sí mismos, y una pequeña cantidad de sodio es importante para favorecer el equilibrio electrolítico, la hidratación y el movimiento del/a bebé. Si bien muchas organizaciones de salud recomiendan mantener o reducir la sal en los alimentos que se comparten con el bebé, revisiones recientes de la literatura sugieren que esto puede no ser necesario. Además, compartir las comidas familiares, incluso si contienen sal, tiene sus beneficios, ya que ofrecen oportunidades de explorar una variedad más amplia de alimentos, participar de la cultura alimentaria familiar y experimentar con una variedad de texturas.
Sí, las sardinas están clasificadas como un alérgeno común de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Se estima que en todo el mundo solo el 0.2% de las personas son alérgicas al pescado con aletas, y la prevalencia de las alergias al pescado en los niños, mientras que varía significativamente, es aún menor que en los adultos.. Alrededor del 40% de las personas con alergias al pescado no experimentan su primera reacción alérgica hasta la edad adulta.Desafortunadamente, la mayoría de los individuos alérgicos al pescado con aletas no superarán la alergia con el tiempo.
Algunas personas con alergia al pescado con aletas pueden reaccionar al inhalar proteínas en el aire que se dispersan al cocinar pescado. Si este es el caso del/a bebé, es posible que desees evitar cocinar pescado en el hogar cuando el/la bebé esté presente.
Alrededor del 50% de los individuos con alergia a un pescado con aletas, también tendrán una reacción a otros pescados. Esto es porque el mayor alérgeno en el pescado con aletas es la parvalbúmina, que está presente en la mayoría de los pescados sin importar la especie. Debido a la contaminación cruzada y al mal manejo del pescado, los alergólogos(as) recomiendan que aquellos individuos con una alergia a una especie de pescado con aletas eviten todos los pescados con aletas hasta no tener una consulta con un alergólogo(a) para determinar cómo introducir los pescados de manera segura. Esta es una recomendación individualizada, confirma con tu alergólogo(a) antes de ofrecer otros pescados con aletas a tu bebé si es alérgico(a) a las sardinas.
El pescado con aletas es conocido por desencadenar el síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA) también conocido como FPIES, por sus siglas en inglés. El SEIPA es una reacción alérgica rara y es una alergia retardada a la proteína de los alimentos que causa vómito repetitivo y diarrea, síntomas que comienzan horas después de la ingesta del alimento que lo detonó. Si no se trata, esta reacción puede ocasionar deshidratación severa. A diferencia de otros alérgenos alimentarios, el SIEPA a los pescados con aletas puede no presentarse sino hasta más tarde en la vida y tiende a ser un padecimiento de por vida.
Por último, una nota sobre la intoxicación por escombroides, que en ocasiones se confunde con alergia al pescado. Esta reacción es un tipo de intoxicación que ocurre cuando alguien come pescado que no ha sido refrigerado de manera apropiada. Esto provoca que se acumule una alta cantidad de histamina en el pescado. Cuando se consume, esta carga de histamina puede causar síntomas iguales a los de una reacción alérgica y causar que las personas crean que han desarrollado una alergia al pescado incluso si no son alérgicos. Para minimizar el riesgo, asegúrate de que el pescado se almacene adecuadamente a temperaturas frías.
Si sospechas que tu bebé puede ser alérgico(a) a las sardinas, consulta con un alergólogo(a) antes de introducirlas a la dieta. Al igual que con los demás alérgenos comunes, comienza por introducir una pequeña cantidad de sardinas al comienzo y observa detenidamente al/a bebé mientras come para ver si experimenta alguna reacción adversa. Si todo marcha bien, aumenta gradualmente la porción. Una vez que se hayan introducido los alérgenos alimentarios más comunes a la dieta, es recomendado ofrecerlos como parte de la dieta regularmente (si es posible dos veces por semana). Sin embargo, esto no significa que cada especie individual debe ofrecerse varias veces por semana. Los diferentes pescados con aletas tienen las mismas proteínas principales, así que es totalmente aceptable rotar entre las variedades de pescado con aletas de acuerdo a la disponibilidad y preferencias personales.
No. La sardina cocida, sin huesos ni piel, presenta un riesgo bajo cuando se prepara de manera segura de acuerdo a la edad y las habilidades del/a niño/a, aunque, en teoría, una persona podría ahogarse con cualquier alimento. Considera que las espinas del pescado recién cocido pueden atorarse en la boca, la garganta o el esófago. Para reducir este riesgo, ten mucho cuidado de retirar las espinas del pescado cocido y prepara y sirve las sardinas de manera apropiada para la edad de cada niño/a, como se describe en la sección Cómo servir. Los huesos de las sardinas enlatadas, por otro lado, se vuelven blandos y comestibles mediante el proceso de enlatado, por lo que no es necesario retirarlos antes de servir. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.
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Las sardinas suelen tener un bajo contenido de mercurio. En términos generales, cuanto más grande es el organismo, mayor suele ser la posible concentración de mercurio en su cuerpo. Por ejemplo, el atún es un pescado de gran tamaño y, por lo general, tiene un alto contenido de mercurio. Las sardinas son peces más pequeños y es menos probable que acumulen tanto mercurio como otros peces.
No. Aunque las sardinas pueden contener pequeñas cantidades de arsénico, el principal tipo de arsénico que se encuentra en los mariscos (arsénico orgánico) generalmente se considera seguro para el consumo como parte de una dieta variada. Las toxinas, incluidos los metales pesados como el arsénico, están presentes en muchos alimentos y, a menudo, son el resultado de la contaminación en el medio ambiente, por lo que los niveles pueden variar. No existe un alimento perfecto, por lo que es conveniente mantener una dieta variada a largo plazo. Esto ayuda a proveer diversos nutrientes, además de evitar problemas derivados de una dependencia excesiva de un solo alimento.
Sí. Las sardinas enlatadas, incluidas las envasadas en agua, aceite de oliva, con sal, etc., y se pueden compartir con el/la bebé tan pronto como esté listo para comenzar a comer sólidos, generalmente alrededor de los 6 meses de edad. Las sardinas enlatadas o envasadas se pueden ofrecer con la piel y las espinas aún intactas, ya que el proceso de enlatado las vuelve blandas y comestibles.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Ofrece filetes de sardina enteros, cocidos y sin huesos, o sardinas enlatadas enteras. Además, se pueden ofrecer con la piel y los huesos aún intactos, ya que ambos se hacen suaves y comestibles por el proceso de enlatado. Puedes ofrecer el filete solo como bocado o puedes servirlo triturado y mezclado con alimentos blandos, como verduras cocidas, cereales o yogur para que el/la bebé agarre.
A medida que el/la bebé desarrolla el agarre de la pinza (donde se encuentran el pulgar y el dedo índice), intenta ofrecer el filete de sardina en pedazos pequeños para que el/la niño(a) intente recogerlo. Como alternativa puedes continuar sirviendo el filete entero para que practique dar mordidas.
Continúa ofreciendo trozos de filete de sardina del tamaño de un bocado, ya sea solos para comer con la mano o para practicar el uso de utensilios. También puedes mezclar filete desmenuzado con granos cocidos, pastas o vegetales; unta las hojuelas sobre un pan tostado con mantequilla o mezcla con una cucharada de mayonesa, tahini o yogur para fomentar que coman con la mano o practiquen el uso de utensilios.
Cómo preparar las sardinas para los bebés
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