Los/las niño(a)s pequeño(a)s a menudo tienen una relación ambivalente con las verduras. Es un problema común que enfrentan mucho(a)s padres/madres. Entonces, ¿qué debes hacer cuando un(a) niño(a) pequeño(a) no se come sus verduras?
No hay manera de forzar que un(a) niño(a) coma verduras, pero podemos fomentar la exploración. En lugar de consumir la comida de inmediato, queremos que el/la niño(a) decida explorar las verduras y eventualmente probarlas. Con el tiempo, decidirá si le gustan o no. Considera las siguientes estrategias para ayudar a el/la niño(a) a animarse a explorar y probar los alimentos.
El entorno
El entorno de la alimentación prepara el escenario y la situación para que el/la niño(a) esté dispuesto(a) a explorar, probar y, finalmente, a comer los alimentos que no le gustan. En todas las estrategias a continuación, mantén la calma y la confianza y evita presionar.
Quítale el poder: Cuanto más lo quieras, más poder le das al rechazo vegetal. Imagínate por un momento que hay un pastel en el plato y que el/la niño(a) optó por el arroz y el pollo en su lugar. Tu sabes que eventualmente elegirá el pastel, se dará cuenta de que es delicioso y probablemente incluirá el pastel a su lista de alimentos aceptados y disfrutados. Canaliza esa misma vibra para las verduras: en realidad no importa si el/la niño(a) come las verduras o no, en algún momento decidirá comerlas porque son deliciosas y familiares.
Fabrica el ambiente. Es más probable que los/las niño(a)s exploren y prueben algo nuevo cuando están tranquilos, regulados y se sienten seguro(a)s. Prepara la escena con música suave, luces tenues y una mesa o un espacio para comer despejado. Recuerda modelar una conducta tranquila también.
Modela y da el ejemplo. Los/las niño(a)s a menudo bajan la guardia cuando ven a los padres o cuidadores haciendo algo. Come con el/la niño(a) y déjalo que te observe comer los mismos alimentos que tu quieres que él o ella coma.
Los/las niño(a)s pequeño(a)s son naturalmente curioso(a)s acerca del mundo que los rodea, pero a menudo esa curiosidad natural se suprime en la mesa. Las tonterías, las preguntas y la participación pueden revivir esta curiosidad y alentar a un(a) niño(a) a interesarse por las verduras.
Preguntas u observaciones divertidas y ocurrentes. Es más probable que los/las niño(a)s prueben algo nuevo y lo disfruten cuando se divierten, hacen bromas y aprovechan su curiosidad inherente y su deseo de aprender. Atrae su divertida curiosidad con preguntas como:
“Mis árboles de brócoli son de diferentes tamaños. ¿Tienes un árbol de brócoli gigante?
Toma dos piezas de brócoli de tu plato y di algo como: “¡Mira! ¡Este árbol de brócoli es un árbol del tamaño de una mamá y este es su bebé! ¿Tienes un árbol abuelo?
Con alimentos como el puré de papas, intenta algo como: “Tocaste las papas. Yo también voy a tocar mi puré. ¡Ups! Ahora mi dedo tiene un sombrero de papa”. Pon diferentes alimentos juntos y di algo como, “Mis árboles de brócoli están parados en mi puré de papas. ¿Qué hay de los tuyos?"
Completar una tarea. Involucra el deseo natural de los/las niño(a)s de aprender con una tarea cómo agregar el queso o la mantequilla a la comida. Di: “¡Ahh, olvidé agregarle queso al brócoli! ¿Puedes espolvorear un poco de este queso allí? o “Aquí hay un poco de mantequilla, por favor mézclala con las papas”.
Debido a que hay cierta vacilación natural en los niños pequeños relacionada a los alimentos nuevos o vegetales en la mesa, ofrece oportunidades de exploración fuera de la mesa para aumentar la disposición de los niños pequeños a tocar y explorar los vegetales.
Cocinar juntos. Cocina y prepara una comida juntos, lo que le permite al(a) niño(a) a explorar y tocar las verduras sin la presión o la expectativa de comerlas. Haz que el/la niño(a) ayude a lavar y preparar las verduras. Dales el trabajo de enjuagar o secar. Pídeles que corten las hojas de la col rizada, rompan tallos de espárragos, trituren papas o mezclen verduras, con aceite y condimentos. Pon música, quédate cerca del/de la niño(a) y diviértanse. Mientras el/la niño(a) ayuda, de vez en cuando escoge un bocado y pruébalo para que él o ella vea esta acción como una opción. No le pidas que pruebe la comida, pero ten en cuenta que si te ve hacerlo, podría unirse.
Snack de verduras y dip. Ofrece verduras fuera de la mesa cuando la presión para comer sea muy baja. Sirve un plato de merienda vegetariano en los momentos clave del día, alrededor de las 3 a 4 p.m. es un buen momento cuando la mayoría de los niños pequeños buscan una merienda. Incluye un aderezo como el humus, el aderezo ranch, la mantequilla de maní o incluso la salsa de chocolate o ketchup. Muéstrale al niño cómo remojar las verduras. Es posible que simplemente jueguen, está bien. No hay necesidad de ofrecer esto diariamente; de vez en cuando es genial.
Estas estrategias no harán que un(a) niño(a) coma verduras y es probable que no cambien su comportamiento alimentario de un día para otro. Sin embargo, con el tiempo, se volverán cada vez menos escépticos de las verduras y más curiosos por examinarlas. Examinar o explorar es la clave: mientras examinan la comida, la mayoría de los niños eventualmente decidirán probarla de poco en poco. Cada pequeña probada es un paso más cerca de degustar, comer y disfrutar las verduras.
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