La niñez temprana viene acompañada de un nuevo miedo a los alimentos desconocidos, una tasa de crecimiento más lenta, un apetito reducido y un impulso muy fuerte de querer practicar cualquier habilidad nueva. Todas estas cosas pueden hacer que las comidas sean un desafío. A continuación, puedes leer acerca de algunos comportamientos que se consideran normales en niños de 12 a 36 meses (3 años) de edad.
Recuerda que el rechazo a la comida durante esta etapa no es algo personal y no significa que a tu niño(a) pequeño(a) no le gusta esa comida. De hecho, el rechazo a la comida a menudo no tiene nada que ver con la comida. El cerebro de los niños pequeños está programado para aprender tratando de encontrar los límites, diciendo que "No" constantemente y explorando lo que sucede cuando tú dices que "no". Todo esto es normal y no significa que se haya perdido todo lo que lograste hasta ahora con tu niño(a) pequeño(a) en la mesa. Si estas batallando con el rechazo de los alimentos, consulta nuestra guía acerca de Cómo manejar el rechazo de los alimentos en niños pequeños, o nuestro curso virtual, Los niños pequeños en la mesa.
Cuando se trata de la comida, todos tenemos nuestras preferencias, y eso no tiene nada de malo. Sin embargo, en la niñez temprana, es común que los niños exijan sólo sus alimentos favoritos, lo que puede resultar en que se llenen y se queden sin espacio ni motivación para explorar otros alimentos . Más que una forma de expresar que algo no le gusta, tu niño(a) pequeño(a) está viendo qué sucede cuando exige algo: ¿funciona? Recuerda, los niños pequeños aún no tienen la capacidad de enfocarse en metas a largo plazo y batallan con la gratificación retardada. Es por eso por lo que es importante que los(as) cuidadores(as) ayuden a establecer límites en torno a los menús en lugar de permitir que el/la niño(a) decida las comidas que se le sirven. Si te parece muy difícil mantener los límites en torno a la comida, mira nuestro curso virtual, Los niños pequeños en la mesa, para obtener más consejos y estrategias sobre el tema.
Por alguna razón, para los niños pequeños, pareciera que la palabra “snack” fuera mágica.
Hay niños que se rehusan a comer durante las comidas, pero luego, si el mismo alimento se les ofrece como “snack, se lo comen felizmente. El hecho que los refrigerios tradicionales para niños pequeños suelen ser bastante sabrosos refuerza aún más el poder de los “snacks”. El problema es que a menudo estos son productos altamente procesados, con un alto contenido de sodio y/o azúcar, y carecen de la nutrición esencial que los niños necesitan.
Es común que los niños pequeños pidan ‘snacks’ como una forma de evitar hacer algo que no quieren hacer (¡como dormir la siesta!) y no necesariamente porque tengan hambre. Pon mucha atención a la frecuencia con la que tu niño(a) come ‘snacks’ durante el día: los ‘snacks’ y el estar “picando” comida a lo largo del día pueden resultar en que tu niño(a) se niegue a comer durante las comidas principales (donde usualmente se ofrecen los alimentos que contienen los nutrientes esenciales). Intenta establecer un horario de alimentación, y si sientes que estás atascado(a) en un ciclo de servir bolsitas y bocaditos procesados como “snacks” o simplemente quieres ideas de ‘snacks’ saludables, consulta nuestra guía 101 Snacks para niños pequeños.
¿Tienes un niño que vive de mordida en mordida? Es común que los niños pequeños se sienten a comer, le den una mordida a la comida y luego se quieran levantar de la mesa. Usualmente, esto suele ocurrir por una de dos razones:
(1) El/la niño(a) no tiene hambre a la hora de comer. La falta de apetito a menudo es el resultado de amamantar muy frecuentemente (durante el día y/o la noche), tomar biberones de fórmula constantemente, tomar grandes cantidades de leche de vaca o alguna bebida alternativa de la leche, o comer demasiados ‘snacks’ a lo largo del día.
(2) El/la niño(a) necesita moverse. Es normal que un(a) niño(a) pequeño(a) necesite moverse durante las comidas; 20 minutos es mucho tiempo para que un(a) niño(a) pequeño(a) esté sentado(a). Algunas maneras de ayudar es hacer que las comidas sean breves y limitar las distracciones, es decir, asegurarte de poner los juguetes fuera de la vista, apagar las pantallas y poner a las mascotas en otra habitación. Adicionalmente, puedes fomentar que el/la niño(a) haga algún tipo de actividad física antes de las comidas para ayudarlo(a) a satisfacer su necesidad de movimiento.
A los niños pequeños se les dificulta permanecer sentados por mucho tiempo durante las comidas, en especial cuando están aprendiendo a caminar, correr, y escalar, ya que constantemente quieren estar practicando estas habilidades. Si bien renegar para sentarse en la silla alta o tratar de levantarse durante las comidas es un comportamiento común de los niños pequeños, puede ser peligroso. Estar en movimiento mientras se come aumenta la probabilidad de ahogamiento y es importante establecer límites para mantener al/a niño(a) seguro(a).
Este es un buen momento para considerar si la silla alta/trona sigue siendo adecuada y segura para el/la niño(a). Aquí hay unas estrategias para volver a interesar al/a niño(a) en quedarse en la mesa o participar en la comida:
A los niños pequeños les encanta sentarse en el regazo de un(a) cuidador(a) para comer, y si a ti no te molesta, está bien dejar que tu niño(a) se siente en tu regazo y coman juntos. No te preocupes, los niños son muy independientes y tu hijo(a) querrá volver a sentarse solo(a) más adelante.
Planea servir algunas comidas fuera de la mesa: coman afuera o hagan un picnic en la sala.
Si tu hijo(a) se niega a sentarse en su silla alta o se levanta y regresa a sentarse, una y otra vez, durante las comidas, consulta nuestra guía sobre las Transiciones para la silla alta.
Más del 50% de todos los incidentes fatales de ahogamiento no son con alimentos. Desafortunadamente, el deseo natural de exploración de los niños pequeños significa que pueden encontrar objetos pequeños que se han caído al suelo o agarrar algo que no sea seguro, lo cual aumenta el riesgo de ahogamiento.
Guarda cualquier objeto peligroso, como las baterías, cualquier pieza pequeña, los pedazos de comida caída (chips rancios, etc.), y las herramientas como los tornillos y los pernos, fuera del alcance de los niños. Asegúrate de que tú y todos los cuidadores sepan cómo realizar primeros auxilios en caso de ahogamiento y RCP en niños pequeños, y descarga nuestra guía de Rescate para niños pequeños.
El querer tirar la comida continúa durante la niñez temprana y ocurre por varias razones:
Tu niño(a) está aprendiendo cómo reaccionas a lo que él/ella hace.
Puede ser que tu niño(a) pequeño(a) simplemente no tenga suficiente hambre a la hora de comer.
Le parece divertido y naturalmente gratificante.
El impulso por tirar la comida es parte de una fase particularmente difícil de superar. Si ya trataste de ajustar el horario de comidas, estas ofreciendo snacks limitados y también estás limitando las tomas de leche a no más de 16 onzas cada 24 horas, y tu niño(a) pequeño(a) todavía está tirando la comida, es probable que sea el momento de establecer límites firmes en torno a cuales comportamientos son aceptables en la mesa y cuáles no.
Lee nuestro artículo sobre Qué hacer cuando el bebé tira la comida y considera descargar nuestra guía sobre Cómo parar los comportamientos no deseados en la mesa. Nuestro curso virtual Los niños pequeños en la mesa también será útil para trabajar en los problemas de comportamiento en la mesa.
Ya sean de lactancia o de biberón, las tomas de leche pueden afectar el interés de un(a) niño(a) pequeño(a) por las comidas sólidas en la mesa. Las tomas de leche en la niñez ofrecen calorías rápidas y momentos de tranquilidad en un mundo que puede sentirse muy abrumador, pero también pueden interferir con la motivación del/a niño(a) para alimentarse por sí mismo(a), masticar y probar alimentos nuevos o desconocidos.
A algunos niños les va muy bien con un horario flexible para las tomas de leche. Otros niños necesitan un horario más establecido para saber cuándo está y no está disponible la leche. Después de los 12 meses de edad, los nutrientes que aportan los alimentos sólidos son de vital importancia para tu niño(a) pequeño(a), por lo que es crucial ayudar a que sienta apetito para que lo/a motive a explorar los alimentos sólidos.
Obtén nuestra guía acerca de Cómo destetar del pecho o del biberón para obtener información sobre cómo programar las tomas de leche o cómo destetar parcial o completamente del pecho o el biberón.
La selectividad en torno a los alimentos, las rabietas y los comportamientos como el rechazo a la comida son una parte normal de la niñez. Si esta etapa se maneja con límites amorosos, pero consistentes, los niños pequeños eventualmente la superan. Si tu niño(a) pequeño(a) generalmente prueba la comida que le ofreces, aún si no se la termina, y generalmente está feliz a la hora de comer, es probable que simplemente esté pasando por una etapa de selectividad típica de la niñez temprana. Sin embargo, si has intentado establecer límites de forma constante, optimizar su horario de comidas, limitar las tomas de leche y proporcionar un entorno de alimentación sin presión, y tu hijo(a) aun así se niega a comer, es posible que tengas una situación más delicada.
La alimentación quisquillosa se caracteriza por un consumo deficiente continuo, un rechazo persistente durante varias comidas seguidas (a menudo hasta el punto en que el peso y el crecimiento pueden se ven negativamente afectados) y mucha angustia en la mesa.
También, los niños que rechazan grupos enteros de alimentos (es decir, rechazan todas las proteínas o todas las verduras) o categorías de texturas completas (por ejemplo, se rehusan a tocar cualquier textura húmeda o líquida) probablemente sufran de una verdadera alimentación quisquillosa y no de la selectividad característica de la niñez temprana. La alimentación quisquillosa es persistente e indica que un(a) niño(a) necesita desarrollar ciertas habilidades adicionales antes de estar listo(a) para que se le establezcan los límites típicos de la hora de comer.
Para más información, visita nuestro artículo ¿Es mi hijo quisquilloso con la comida?.
Busca ayuda si tu hijo(a):
Tiene dificultades para aumentar de peso adecuadamente.
Muestra señales de problemas de procesamiento sensorial: incomodidad al tocar ciertas texturas, problemas para lavarse el cabello o las manos, etc.
Prefiere pasar hambre que comer, si no se le dan ciertos alimentos o platillos específicos.
Prefiere alimentos de ciertas marcas específicas: sólo come alimentos de una marca o tipo específico.
Le resulta extremadamente difícil comer fuera de casa.
Si tu hijo(a) muestra alguna de las características descritas anteriormente, es hora de ponerte en contacto con su proveedor médico para obtener ayuda adicional. Es posible que necesites una remisión para ver a un(a) terapeuta ocupacional pediátrico(a) o un(a) patólogo(a) del habla y el lenguaje para terapia de alimentación, o visitas con un dietista pediátrico registrado u otros subespecialistas pediátricos. Un poco de ayuda puede hacer mucha diferencia. Consulta la sección acerca de Cuándo buscar ayuda para obtener más información.
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