La comida para bebés como se la conoce tradicionalmente (frascos de papilla de camote y latas de cereal de arroz) no existió realmente hasta la década de 1920.
Según Amy Bentley, autora de Inventing Baby Food (Inventando la comida de bebés), el primer alimento sólido para bebés que apareció en el mercado fue inventado por un hombre llamado Harold Clapp. La historia es que cuando su esposa se enfermó y no podía cuidar a su bebé, Clapp desarrolló una sopa hecha con caldo de res, vegetales y cereal. Cuando Clapp vio lo bien que le iba a su bebé con la sopa, comenzó a hacerlo en grandes cantidades y finalmente comenzó a venderla a otros padres y madres a través de las farmacias locales.
Unos años después de que la comida infantil de Clapp saliera a la venta en las farmacias de Nueva York, Frank y Dan Gerber (padre e hijo) comenzaron a experimentar con comida infantil colada en su fábrica de conservas, Fremont Canning Company. Para 1933, Fremont producía más de 2 millones de latas de alimentos para bebés, que incluían una variedad de frutas y verduras coladas, así como una sopa de verduras con carne de res. Reconociendo la tremenda oportunidad, empresas como Heinz y Beech-Nut rápidamente siguieron su ejemplo. De hecho la línea de alimentos enlatados para bebés de Gerber se hizo tan popular que Fremont Canning finalmente abandonó todas sus otras líneas de alimentos enlatados y cambió su nombre a Gerber's Baby Foods.
Si bien el concepto de alimentos comerciales hechos específicamente para bebés tuvo un gran auge en la década de 1930, muchos estadounidenses todavía desconfiaban de los alimentos enlatados, después de haber vivido los días de alimentos enlatados en mal estado y contaminados. Para superar esto, Gerber emprendió una ambiciosa campaña publicitaria para convencer a madres, dietistas y pediatras de que su comida procesada para bebés no solo era nutricionalmente superior a la comida casera para bebés, sino también más segura. La campaña publicitaria incluía investigaciones, financiadas por Gerber, que elogiaban los beneficios de alimentos enlatados en general.
Mientras tanto, las madres y padres estadounidenses comenzaron a depender cada vez más de los consejos de médicos y pediatras para la alimentación de sus hijos(as). Al reconocer este cambio, Gerber intensificó sus esfuerzos publicitarios hacia la comunidad médica, ofreciendo su comida enlatada para bebés sin costo a los médicos que la solicitaran.
A partir de entonces las campañas publicitarias incluirían mensajes para convencer a las madres y padres de que la comida casera para bebés no era tan segura como la comida comercial hecha específicamente para bebés y que trabajar incansablemente en la cocina no era bueno para las madres... ni para sus bebés.
Es importante destacar que mucha de la publicidad de alimentos para bebés también fomentaban comenzar a ofrecer comidas sólidas a los 3 meses de edad, a veces explícitamente en el texto, pero también visualmente por los(as) bebés representados en los anuncios en sí. Como era de esperar, en la década de 1950, los(as) bebés estaban comenzando a recibir alimentos sólidos comerciales desde las seis semanas de edad.
La primera comida comercial para bebés que salió al mercado fue una sopa de verduras con una base de caldo de res. Otros alimentos comunes para bebés en la década de 1940 incluían hígado, ternera y verduras y frutas coladas. Sin embargo, en la década de 1950, las compañías de alimentos para bebés aumentaron su enfoque en el sabor, agregando azúcar y sabores artificiales, así como alimentos que resultaban en un puré más suave y consistente. Mientras que los(as) bebés estadounidenses alimentados en la década de 1940 tenían probabilidades de obtener cantidades significativas de hierro y proteínas, así como algunas texturas diferentes de los alimentos comerciales para bebés, los(as) bebés de la década de 1960 en adelante tenían más probabilidades de ser expuestos a un puré dulce y suave. Si bien no hay información disponible públicamente sobre por qué las empresas de alimentos para bebés dejaron de producir alimentos como el hígado y la ternera, no es difícil ver una mayor rentabilidad de inversión con los purés dulces. Las manzanas, los plátanos y el camote no solo eran más baratos que la carne, sino que aprovechaban la preferencia del/a bebé por los alimentos dulces.
En 1880, los bebés generalmente no recibían alimentos sólidos hasta los 11 meses de edad y, para 1950, esa edad disminuyó a sólo 6 semanas. No fue hasta la década de 1970 que la comunidad médica comenzó darse cuenta de que la introducción temprana de alimentos sólidos estaba contribuyendo al desplazamiento de la leche materna y la fórmula, que los médicos comenzaban a reconocer como más nutritivas.
Actualmente, la Academia Estadounidense de Pediatría, los Institutos Nacionales de Salud de EE. recomiendan esperar hasta que el/la bebé tenga al menos 6 meses para introducir alimentos sólidos.
El impacto de los alimentos comerciales para bebés en la cultura alimentaria estadounidense ha sido enorme. Los(as) bebés no solo fueron alimentados con papillas cada vez más temprano (desplazando a la leche materna como principal fuente de nutrición), sino que también estuvieron más expuestos(as) que nunca a purés sin textura con azúcar refinada, sal, glutamato monosódico y otros sabores artificiales, lo que podría afectar sus preferencias gustativas de por vida.
Sin embargo, quizás lo más perturbador del cambio cultural acerca de la alimentación de los(as) bebés es el efecto boomerang que la industria ha tenido en las mamás en los últimos 100 años. Los mismos productos diseñados para hacer que alimentar a los(as) bebés sea más fácil para las mamás, sentaron las bases para una expectativa cultural de que los padres y madres deberían preparar sus propios alimentos para bebés orgánicos y sin procesar en casa. No es sorprendente que la industria haya respondido con líneas costosas de bolsas de papillas orgánicas, que incluyen de todo, desde remolachas orgánicas con súper alimentos como semillas de chía hasta purés de salmón silvestre. Sin embargo, una inspección minuciosa de estos productos modernos muestra que la mayoría todavía contiene los edulcorantes tradicionales como camotes, zanahorias, manzanas y peras.
Antes de la invención de las papillas perfectamente suaves para bebés, los(as) bebés estaban expuestos(as) a una variedad más amplia de texturas. Además, debido a que colar los alimentos para bebés requería mucho trabajo, no es difícil imaginar que los(as) bebés pueden haber comido bocados más temprano en su proceso de alimentación complementaria que los bebés en la década de 1950 también.
En 2019, Solid Starts realizó un análisis de las búsquedas de Google en América del Norte relacionadas con alimentos para bebés. Curiosamente, los resultados demostraron que las búsquedas relacionadas con la alimentación quisquillosa o “picky eating” se encontraban entre las búsquedas más populares. Si bien la alimentación quisquillosa no es nada nuevo, las investigaciones muestran que ha ido en aumento por un buen tiempo.
Los cambios culturales en la alimentación rara vez son lineales. Ninguna empresa de alimentos para bebés puede ser responsable del gran impacto que ha tenido la comida comercial para bebés. Es necesario tener en cuenta el aumento de la publicidad, el aumento de la comercialización a los(as) niños(as), el auge de los “snacks”, así como el período prolongado en el que los(as) bebés eran alimentados con purés con cuchara. Pero una vez que pones todas esas cosas juntas, es fácil ver cómo los caprichos para comer se han convertido en el problema número uno en la alimentación de los pequeños.
Numerosos estudios han demostrado que si exponemos a los(as) bebés a una mayor variedad de sabores, texturas, colores y sensaciones en la boca, es más probable que esos(as) niños(as) acepten nuevos alimentos más adelante. Además, los estudios de investigación han demostrado que los bebés alimentados con dietas de alimentos blandos y sin textura tienen más probabilidades de preferir estos alimentos más adelante.
A medida que hay más evidencia acerca de los beneficios de la introducción de una variedad de alimentos saludables e integrales para los(as) bebés, los métodos de alimentación están cambiando. Los métodos como el BLW (en el que se saltan las papillas y la alimentación con cuchara en favor de los bocados para comer con las manos) están volviéndose más populares rápidamente. Para una descripción detallada del BLW y por qué podría ser la opción para ti, visita nuestra sección: ¿Qué es el BLW?
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