Calabaza

La calabaza se puede comenzar a ofrecer tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad.

Las calabazas se originaron en América Central, donde han sido cultivadas por los pueblos indígenas durante miles de años. Hoy en día se cultivan en todo el mundo. Las calabazas también vienen en una gama de sabores. Por ejemplo, las calabazas talladas de Halloween tienen un sabor acuoso y simple en comparación con las calabazas dulces del Caribe; los zapallos densos y aromáticos de América del Sur; y las suaves y cremosas calabazas butternut y Cenicientas de Norte América y Australia.

Sí. La calabaza ofrece carbohidratos, fibra y líquidos. También ofrece micronutrientes como folato, hierro, magnesio, potasio y vitaminas A, B6, C, E y K. La calabaza también es rica en carotenoides como la luteína y la zeaxantina, que son compuestos vegetales que favorecen la visión y la salud general del bebé.

No. Las alergias tanto a la pulpa como a las semillas de calabaza son raras, aunque no es raro tener una erupción con picazón en las manos después de manipular las calabazas de invierno.

Para minimizar cualquier reacción, lávate las manos después de manipular la calabaza. También lava la cara y las manos del/a bebé después de comer.

Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una cantidad pequeña en las primeras porciones. Si no hay ninguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.

No. La calabaza cocida y suave presenta un riesgo bajo cuando se prepara de manera segura para la edad y la capacidad de desarrollo del niño, aunque, en teoría, una persona podría ahogarse con cualquier alimento. Para reducir el riesgo, quita todas las semillas, y prepara y sirve la calabaza de manera apropiada para la edad de cada bebé, como se describe en la sección Cómo servir. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente de alimentación seguro y de mantenerte cerca del/a bebé durante las comidas.

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Sí. Los bebés pueden comer calabaza enlatada tan pronto como el/la bebé esté listo(a) para comer sólidos, lo cual es generalmente alrededor de los 6 meses de edad. La calabaza enlatada es una opción buena que a menudo está más disponible y accesible que la calabaza fresca entera. Sírvela sola en un tazón para que el bebé la tome con las manos, la coma con una cuchara precargada o mezcle la calabaza con otros alimentos.