Es un problema universal. El bebé de 6 meses deja caer la comida para explorar la gravedad. El de 9 meses come un solo mordisco y tira el resto. El de 12 meses arroja un trozo de comida a través de la mesa para ver qué pasa. ¿Rueda? ¿Se embarra? ¡¿Hace ruido?!
Y, por supuesto, también están los niños que arrojan la comida solo para ver tu reacción.
Cuando se trata de arrojar comida, hay buenas y malas noticias.
La mala noticia: los niños van a arrojar la comida. Muchas veces. Por un largo tiempo. Prepárate.
La buena noticia: puedes controlar tu reacción y orientar al niño para disminuir las ocasiones en que arroja comida.
¿Tienes problemas con tu niño pequeño arrojando la comida? Visita nuestra guía sobre Cómo parar comportamientos no deseados en la mesa, que también es parte de nuestro Pase completo de niños pequeños.
Al igual que con cualquier comportamiento que te gustaría cambiar, es importante determinar por qué el bebé está haciéndolo.
Para la mayoría de los bebés, arrojar comida es simplemente una forma de explorar el principio de causa y efecto. A esta edad, son pequeños científicos. Hay mucho por descubrir, probar y explorar. ¿Dejar caer o tirar la comida? ¡Mira, gravedad!
Un porcentaje pequeño de bebés puede dejar caer o tirar la comida por el sabor o vacilación de comer. Si crees que este es el caso, es importante investigar aún más allá para encontrar el "por qué". ¿El bebé está lleno? ¿Cansado? ¿Quiere o espera otra comida? (Casi siempre se puede culpar de esto al yogur de bebés, los bocaditos aireados, las galletas blandas para la dentición o los purés dulces). ¿Está aburrido? ¿No conoce las opciones de alimentos? ¿Le molesta cómo se siente la comida en sus manos? Descubre el por qué y llega a la raíz del problema. Exploremos dos razones comunes.
Los bebés tienen poca motivación para llevarse comida a la boca a menos que tengan hambre. Investiga por qué no tiene hambre a la hora de comer. ¿Está bebiendo demasiadas onzas de leche materna o fórmula para su edad? ¿Come con demasiada frecuencia? ¿Se está llenando de bocadillos y refrigerios? Analiza de cerca el horario y modifícalo según sea necesario para que el bebe tenga hambre de alimentos sólidos, aunque no demasiada. Una buena práctica aquí es tratar de ofrecer leche antes de las comidas sólidas como aperitivo (reduciendo las onzas o el tiempo en el pecho) y luego llenando al bebé con leche después de la comida sólida como postre. De esta manera, el bebé no está demasiado lleno para la comida sólida, ni tiene demasiada hambre, lo que también puede causar problemas.
A veces, los bebés arrojan alimentos que son difíciles de levantar y agarrar, así como alimentos que son difíciles de masticar. ¡Es trabajo duro! Analiza el tamaño y la forma de la comida que sirves. ¿Son los pedazos demasiado pequeños para que su bebé las agarre con éxito y lleguen hasta la boca? Algunos bebés se sienten motivados por el desafío, mientras que otros pueden perder el interés rápidamente y arrojar la comida al piso como resultado de la frustración. Incluso los bebés que aman los desafíos pueden tener días o momentos en los que no tienen la energía para seguir intentándolo. Nota cuando al bebe se le cae la comida frecuentemente e intenta modificarla antes que comience a arrojarla. Puedes intervenir temprano para ayudar a prevenir el desarrollo del hábito de arrojar alimentos.
Ahora que hemos analizado el por qué detrás de arrojar comida, hablemos sobre qué hacer en el momento. ¿Reemplazar la comida? ¿Dejarla para que aprenda una lección?
Primero, es importante crear una experiencia positiva cuando el bebé comienza la alimentación complementaria. Trata de dejar de lado la ansiedad o el estrés de que el bebé coma o no la comida que le sirvas y aborda los comportamientos como arrojar la comida con tranquilidad y confianza. El bebé puede volverse quisquilloso al comer o negarse a sentarse en la silla lata si se siente regañado, forzado o presionado durante las comidas.
Deja la comida en el suelo por un minuto. Deja que el bebé se dé cuenta de que cuando se le cae la comida, ésta desaparece (causa y efecto). Después de un minuto, y sin emoción, diga: “¿Está tu comida en el suelo? Eso es lo que pasa cuando arrojamos la comida al suelo. Vamos a recogerla. La comida va en la mesa ".
Recoge la comida y reemplazala para que el bebé pueda volver a intentarlo. Recuérdale, de forma tranquila y amable, que la comida debe quedarse en la mesa. Reemplaza los alimentos caídos dos o tres veces; más veces pueden causar que el bebé se sienta presionado a comer o convertirlo en un patrón de juego "Lo arrojo, mamá / papá lo recoge". Una vez más, investiga el "por qué". Si el bebé tira la comida, se frota los ojos y parece cansado, simplemente di: “Parece que ya terminaste. La próxima vez puedes decirme “listo” en lugar de tirar la comida.” Y finaliza la comida en un tono positivo.
Algunos bebés necesitan que se les muestre y se les diga. Párate al lado del bebé y “toma” gentilmente su brazo cuando se mueve hacia un lado para arrojar la comida y entrena su memoria muscular para poner la comida de vuelta en el plato / mesa. Agrega con calma “la comida se queda en la mesa” para ayudar al bebé a conectar las ideas. Recuerda ser amable, para que sea una experiencia agradable para el niño.
A esta edad, ya no tienes un bebé en casa, sino un niño pequeño. A los niños pequeños les ENCANTA poner a prueba los límites, ¡y sus cerebros están programados para aprender de esta manera! ¡"Dejar caer" la comida es ahora oficialmente arrojar la comida y, a menudo, es a propósito!
Ahora es el momento de establecer límites y enseñar al bebe. El trabajo de un niño pequeño es probar los límites. Tu trabajo es mantener la calma y enseñar pacientemente. Algo que considerar: evita llegar hasta un punto de frustración en el que vayas a gritar o actuar enfadado. Establece siempre los límites donde puedas hacerlos cumplir con calma y confianza. Por ejemplo, si puedes decirle tranquilamente al bebé que la comida debe quedarse en la mesa una vez, pero te sientes exasperado o molesto la tercera vez, simplemente establece tu límite en una advertencia, no en tres.
Los niños pequeños suelen arrojar la comida por una de tres razones:
Si al niño no le gusta la comida, enséñale a moverla a un lado del plato o la bandeja diciendo, “La comida se queda en la mesa. Puedes ponerla aquí [enséñale cómo ponerla en una orilla del plato o bandeja] si no lo quieres en este momento ". Si el niño tiene dificultades para aprender esto, hazlo más obvio creando un plato de “desechos”, un plato en la mesa donde pueden ir los alimentos no deseados. (Muchos padres encuentran que un plato o un tazón de diferente color funciona bien). Enseña al niño a poner la comida que no quiere en el plato de desecho mostrándole, diciéndole y guiando su mano gentilmente.
Hagas lo que hagas, no levantes la voz, no pierdas el control y no regañes duramente al niño. Si lo haces, puedes crear una experiencia negativa en torno a la comida y aumentar el riesgo de que el niño use la comida como una táctica de control. Establece un límite claro y apégate a él. Este es un ejemplo de una advertencia que puedes usar: “La comida se queda en la mesa. Puedes ponerla en este recipiente si no la quieres. Si vuelves a tirar la comida, es que ya terminaste.” Luego, si el niño vuelve a arrojar comida, dile con calma y seguridad: “Me estás diciendo que ya terminaste de comer. Vamos a limpiar." Luego retira al niño de la mesa y ponlo en un lugar seguro donde pueda esperar mientras tú terminas tu comida. Recuerda, sé consecuente. No dés dos advertencias más si dijiste que la próxima vez terminaría la comida.
Nota: los niños pequeños aprenden muy rápidamente que arrojar la comida puede terminar la hora de comer. ¡Servir un refrigerio 15 minutos después también puede enseñarle a usar esa estrategia para terminar la comida y pedir bocadillos! Evita este peligro potencial apegandote a un horario de comidas constante. Si el niño arroja comida en el desayuno y tú terminas la hora de comer, no debería haber comida disponible nuevamente hasta la hora del refrigerio, al menos 90 minutos después.
Si el niño está lleno o aburrido, va a jugar. Y si la comida es el único objeto con que jugar, es probable que la arrojen. Cuando veas al niño hacer esto, pregunta: “¿Terminaste? ¿Estás lleno? Porque la comida es para comer. ¿Listo? Bien, el almuerzo se acabó. Habrá más comida a la hora del refrigerio." Y retira rápidamente la comida con una sonrisa. Una vez más, no pierdas el control ni lo regañes duramente. En este caso, el punto es enseñar al niño a aprender a decir “termine” con palabras o señas en lugar de tirar la comida.
Si crees que el niño te está poniendo a prueba, tu trabajo es no ceder. Finge indiferencia. Orientalo diciendo que la comida es para comer y pregúntale si ya terminó. Dale de una a tres oportunidades con la voz más dulce que tengas. Recuerda, si vas a perder la calma con el tercer recordatorio, establece tu límite en uno o dos. Si tienes mucha paciencia, utiliza el método de "tres advertencias y fuera". No recomendamos más de tres oportunidades.
La clave es mantenerte firme. Trata de no reaccionar de manera dramática (¡al niño solo le resultará divertido y querrá que se repita!). Mantente fresco como un pepino, respetando las reglas de tu casa y tu mesa.
Recuerda: si no has terminado de comer, no detengas la comida y juegues con el niño pequeño después de tirar la comida; esto le enseña al niño que tirar la comida resulta en tiempo para jugar con uno de sus padres. La consecuencia natural de dejar la mesa y tener que esperar a que uno de los padres termine una comida (en un lugar seguro y contenido, como un Pack 'n Play cerca de la mesa) es a menudo motivación suficiente para dejar de tirar la comida. El objetivo aquí no es el castigo; es ayudar al bebé a ver que tú también eres importante y que eres firme con las reglas.
Los niños aprenden explorando. Jugando con la comida, aplastandola, machacandola, echándola y también, tirándola. Depende de ti decidir qué tan cómodo te sientes con el nivel de juego. Establece las reglas y se consecuente cuando se trate de implementarlas.
Sin importar lo que hagas, mantén la calma y enfócate en las metas de alimentación que tienes para el niño a largo plazo. Crea un ambiente de alimentación positivo libre de drama, vergüenza o castigos. En caso de duda, ponte en papel de entrenador y analiza el momento para oportunidades de crecimiento.
Reviewed by:
K. Tatiana Maldonado, MS, CCC-SLP, CBIS, CLEC
Alexia Derma, MS, CCC-SLP/L
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