Puede ser muy estresante: el momento en que un(a) bebé da un mordisco muy grande a su comida. Tu primer instinto probablemente será querer agarrar el bocado de dentro de la boca del/la bebé y sacarlo. Puede que incluso sientas el impulso de sacar al/la bebé de la silla alta e iniciar maniobras de rescate para ahogamiento.
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Primero, debes saber que un bocado grande de comida no es inseguro o algo negativo necesariamente. De hecho, el cerebro de los bebés puede detectar pedazos de comida grandes dentro de su boca con mayor facilidad que los pedazos pequeños. Como especialistas en deglución pediátricos, no nos preocupan los pedazos grandes de comida–nos preocupan los trozos pequeños que pueden esquivar con facilidad los mecanismos de protección y llegar a la estrecha vía respiratoria del/la bebé.
El cuerpo de los bebés está diseñado para aprender cómo masticar y tragar—y cuando no pueden manipular lo que está dentro de su boca—el cuerpo activa reflejos automáticos que empujan la comida (u objeto) hacia adelante. Los bebés nacen para comer y el cuerpo sabe qué hacer.
De hecho, el único momento en que un bocado grande de comida se vuelve problemático es cuando un(a) cuidador(a) bien intencionado(a) se preocupa e intenta sacarlo de la boca. Cada vez que un(a) cuidador(a) pone sus dedos dentro de la boca de un(a) bebé—tanto para poner comida en su boca o para intentar sacar un alimento—el riesgo de ahogamiento aumenta. El cerebro de los bebés está aprendiendo a manipular la comida dentro de la boca. Tus dedos dentro de la boca del/la bebé interrumpe y no permite que la lengua haga lo que está diseñada para hacer: escupir la comida, mover la comida para masticarla, o mover la comida para tragar. Entonces, qué hacer si sientes que el/la bebé dió un mordisco demasiado grande:
Respira profundo y mantén la calma. Mientras más calmado(a) estés, es más probable que el/la bebé haga exactamente lo que debe hacer respecto a ese bocado de comida sin mucha o ninguna asistencia de tu parte.
Espera un momento. Sabemos que esto se siente imposible. Pero lo mejor y lo más seguro que puedes hacer es simplemente esperar. Deja que el cuerpo del/la bebé descifre qué debe hacer. Puede ser que escupa. Puede que intente masticar. Puede que se trague el pedazo completo (¡incluso si es muy grande!). Y eso está perfectamente bien: el esofago de los bebés es elástico y auque puede ser incómodo, no es innatamente peligroso tragar pedazos grandes de comida. El ahogamiento sucede cuando pedazos de comida pequeños u objetos se desvían por la vía incorrecta y se atascan en la vía respiratoria.
Arrodíllate a lado del/la bebé y enséñale cómo escupir. Si sientes que necesitas actuar, empieza por arrodillarse al lado de la silla alta para que el/la bebé te mire hacia abajo. Esto ayuda a que la comida se mantenga en la parte de adelante de la boca y disminuye la probabilidad de que intente tragar. También motiva al/la bebé a escupir la comida y la gravedad ayuda. El poner tu mano bajo su quijada también puede ayudar a dar la señal al cerebro de que debe escupir la comida.
Si el/la bebé no escupe, no mueve la comida para masticar, o traga la comida, puedes enseñarle cómo escupir. Intenta los siguientes consejos y si necesitas más ideas, consulta nuestro artículo Cómo enseñar a los bebés a escupir cualquier cosa.
Retira la comida de la bandeja. Asegúrate de que el/la bebé no continúe metiéndote más comida dentro de la boca.
Arrodíllate frente al/la bebé. Al mirarte hacia abajo, su cabeza se inclina hacia adelante. Este movimiento hace que la gravedad trabaje a tu favor.
Usa la gravedad si es necesario. Si el/la bebé no se inclina para mirarte, ayúdale poniendo una mano en su espalda y empuja suavemente hacia adelante para que la gravedad les ayude a escupir la comida. Si el/la bebé se empuja contra ti, detente y vuelve a arrodillarte frente al/la bebé de nuevo y anímale a mirarte.
Habla con el/la bebé. De manera muy calmada dile, ‘muy grande, escupe’. Incluso si el/la bebé no tiene el lenguaje para entender por completo o responderte, hablar ayuda a asociar la palabra ‘escupe’ con la acción que estás practicando, y tu tono calmado ayuda al/la bebé a tranquilizarse si está incómodo(a) o inconforme.
Pon tu mano bajo la quijada del/la bebé. Esta simple señal táctil, en especial cuando el/la bebé está inclinándose para mirarte, puede motivarle a abrir la boca y sacar la lengua.
Saca tu lengua. Motiva al/la bebé a escupir enseñándole como sacas tu lengua de manera exagerada. Incluso puedes agregar efecto de sonido: “Aaaaa”. También puedes escupir un poco de tu propia comida usando tu lengua para demostrar cómo hacerlo. Mientras modelas cómo escupir, mantén tu mano bajo la quijada del/la bebé como una señal táctil. Si el/la bebé se ríe mientras haces la demostración, aprende qué hacer aquí.
Haz un barrido con tus dedos. Si un(a) niño(a) es incapaz de escupir un objeto peligroso o un pedazo de comida, y el/la niño(a) muestra señales de estrés, puede ser necesario hacer un barrido con tus dedos. Para instrucciones detalladas y un video, consulta nuestro artículo Cómo enseñar a los bebés a escupir cualquier cosa. Es importante notar que si el barrido no se realiza correctamente, este puede incrementar el riesgo de ahogamiento al empujar inadvertidamente la comida hacia atras dentro de la boca.
Cuando se intenta sacar la comida de la boca del/la bebé de manera incorrecta, puede incrementarse significativamente el riesgo de ahogamiento. Deja que tu bebé descifre qué hacer.
Finalmente, recuerda que morder pedazos grandes de comida y descifrar cómo manipularlos dentro de la boca es una parte importante del proceso de aprendizaje. Mientras más permitas que el/la bebé practique durante estos momentos incómodos, más rápido aprenderá.
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