Es muy común (y frustrante) que los niños pequeños tiren la comida a la hora de comer. Cuando hablamos de “tirar la comida”, nos referimos a tirar uno o varios alimentos al suelo, voltear platos y tazones, y/o dejar caer la comida o utensilios al suelo, a propósito, a la hora de comer o en vez de comer.
A los niños pequeños les encanta retar los límites y, de hecho, sus cerebros están programados para aprender de esta manera. Quieren ver como reaccionas y luego comprobar qué pasa si vuelven a hacerlo. ¿Vas a responder de forma distinta? ¿Qué tal esta vez?
Muchas veces, los niños pequeños también tiran la comida porque es divertido: tal vez el perro viene corriendo cada vez que el/ella tira un bocado, o la comida crea una forma divertida al caer al piso. Para los niños, es muy llamativo experimentar y ver lo que pasa cuando tiran la comida o cuando el agua corre al tirarla de un vaso, lo cual significa que probablemente quieran hacerlo una y otra vez. Si bien los bebés tienden a dejar caer la comida accidentalmente o para ver cómo funciona la gravedad, los niños pequeños tienden a arrojar los alimentos con un propósito más específico.
Lo primero que hay que entender es que una de las razones por las que los niños pequeños tiran la comida es para comunicar algo. Es posible que tiren la comida para comunicar que están aburridos, cansados o desinteresados en la comida. También es posible que esta sea su manera de “pedir” que les sirvas algo diferente, especialmente si cuando han tirado su plato en el pasado, les has servido algo diferente. Recuerda, es muy probable que tu niño(a) pequeño(a) aun no tenga las habilidades de lenguaje necesarias para decirte lo que quiere o siente. Trata de no reaccionar muy fuertemente y, en cambio, busca “el por qué" detrás de la razón por la que están lanzando la comida.
Más allá de retar los límites o tirar la comida por diversión, casi siempre hay una razón principal por la que los niños pequeños tiran la comida: no tienen hambre. Si tu niño(a) pequeño(a) está lleno(a) o aburrido(a) y acaba de tomar leche, ya sea de lactancia directa, en un vaso o con biberón, es de esperarse que no tenga la motivación suficiente para comer. ¿Y qué va a querer hacer? Jugar, y, si la comida es el único “juguete” disponible, es probable que la tiren.
Todos los niños suelen pasar por una fase de tirar comida e, incluso si sigues cada una de las recomendaciones paso a paso, es muy probable que tu hijo(a) siga tirando la comida de vez en cuando o en todas las comidas hasta que pase esta fase. El seguir los siguientes consejos de forma consistente puede ayudar a acortar esta fase, pero no existe una solución perfecta para evitar por completo que un(a) niño(a) pequeño(a) arroje la comida.
Pon a las mascotas afuera o en otra habitación durante las comidas.
Piensa bien en el horario de comidas del/a niño(a) para asegurarte de que cuando venga a la mesa, tenga la motivación suficiente (hambre) para comer lo que le sirves.
¿No estás seguro(a) si tu hijo(a) está viniendo a la mesa con hambre? Echa un vistazo a nuestra guía sobreCómo manejar el rechazo de alimentos en niños pequeños, que incluye información detallada sobre el desarrollo de los ritmos normales de hambre/saciedad.
Si ya has determinado que tu hijo(a) no está tirando la comida por falta de hambre, o por algo simple cómo porque quiere jugar con el perro de la familia, entonces es hora de establecer límites y comenzar a enseñarle lo que es y no es un comportamiento apropiado en la mesa.
Al establecer límites y demostrarle que hacer, tú puedes ayudar a tu niño(a) pequeño(a) a entender qué comportamientos son apropiados en la mesa y aprender que tirar la comida no resultará en que le des algo diferente de comer. La meta es enseñarle al/a niño(a) a comer en diferentes entornos: en casa, en casa de familiares o amigos, en un restaurante o en una fiesta, donde la comida sea preparada de forma diferente o donde es posible que se le sirva algo que no le gusta mezclado con cosas que sí le gustan. Sí es posible enseñarle a un(a) niño(a) pequeño(a) a mover la comida que no quiere a un lado de forma calmada y seguir comiendo, o incluso expresar con palabras o gestos que ha terminado de comer, sin la necesidad de tirar la comida si algo no le gusta.
Implementa esta regla básica: El/la niño(a) decide si come o no. Ellos son los que mejor conocen a su propio cuerpo y pueden hacer uso de palabras o gestos para expresar que han terminado.
Tú (el/la m/padre o el/la cuidador(a)) decides cuándo se sirve la comida. Tú estableces el horario de las comidas para ofrecer alimentos en intervalos regulares. En cada comida, el/la niño(a) decide si quiere comer o no y cuánto.
Si el/la niño(a) elige no comer, entonces debe esperar hasta la siguiente hora de comida programada regularmente para volver a intentarlo.
Con este límite, el/la niño(a) aprende que nunca lo vas a presionar u obligar a comer la comida que le sirves si no quiere comer, lo que reduce significativamente la probabilidad de que tire el plato o la comida como una forma de decir “no”.
Esta es una forma de enseñarles que la comida puede permanecer allí, junto a ellos, y que eso no significa que están obligados a comerla.
Es posible que aun cuando establezcas este límite, haya comidas en las que tu niño(a) tire los alimentos. Sin embargo, este es un buen comienzo para reducir el lanzamiento de comida en la niñez temprana.
2. Pon un límite claro y no cedas.
Puedes establecer el límite, diciendo: “La comida se queda en la mesa. Puedes poner lo que no quieras en este plato. Si tiras la comida de nuevo, tu comida terminará”.
Si el/la niño tira comida de nuevo, dile con calma y seguridad: “Me estás mostrando que ya terminaste la comida. Vamos a limpiar."
Luego, retira a tu niño(a) pequeño(a) de la mesa y ponlo(a) en un lugar seguro donde pueda esperar mientras tú terminas de comer.
Para un(a) niño(a) que quiere ver cómo reaccionas, la clave es fingir indiferencia. No actúes cómo que lo que hizo es gran cosa, y simplemente establece el límite de nuevo: “Cuando tiras la comida me muestras que ya terminaste. Si la tiras de nuevo, se terminará tu hora de comer”. Mantente firme y termina la comida si vuelve a pasar.
Recuerda: sé constante. No ofrezcas refrigerios fuera de horario si tu niño(a) pequeño(a) decide no comer o no come mucho antes de tirar la comida y tú terminas la hora de comer; hacer esto puede reforzar el comportamiento de arrojar la comida, ya que el/la niño(a) aprende que puede obtener algo que prefiere al tirar la comida.
Recuerda, el tirar la comida es una fase y es algo que va a pasar. El querer lanzar la comida es naturalmente gratificante para tu niño(a) pequeño(a), así que es cuestión de tiempo que etapa termine. Usa un tapete a prueba de salpicaduras y un babero para así ayudar a minimizar el desorden, planea tener un poco de tiempo extra para limpiar después de cada comida, y considera adaptar tus estándares de limpieza por un tiempo. Como todo, esta etapa desesperante de tirar la comida también pasará.
¿Necesitas más ayuda para manejar el lanzamiento de la comida en la mesa? Consulta nuestra guía,Cómo parar el lanzamiento de comida y los comportamientos no deseados en la mesa.
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