El poder de las opciones
Hay algo muy poderoso que pasa cuando sientes que tienes opciones para escoger y cierto nivel de control sobre lo que pasa en cierta situación. El tener al menos una opción adicional para escoger puede hacer la diferencia entre poder disfrutar o perder la calma, o entre resistir o estar dispuesto(a) a llegar a un acuerdo, incluso cuando esa opción parece ‘pequeña’ en comparación con todos los demás elementos sobre los cuales no tenemos control. Esto aplica en todas las edades, incluyendo la niñez temprana, donde a los niños se les abre un mundo entero de posibilidades para explorar. De hecho, el ofrecer diferentes opciones para que los niños decidan a lo largo del día es una forma crucial—casi mágica—de ayudarlos a ejercitar su independencia, mantenerse regulados y cumplir con todas las demás reglas y límites que los rodean.
Lo mismo también aplica a la hora de comer y es un componente clave para prevenir la alimentación quisquillosa durante los primeros años de vida. Pero existen algunas recomendaciones importantes sobre cómo ofrecer estas opciones, que pueden hacer la diferencia.
1.Ofrece opciones en relación a qué hacer o cómo comportarse a la hora de comer — por ejemplo, en dónde sentarse, cómo llegar a la mesa, si quieren servirse ellos mismos o si tú les servirás la comida en el plato, qué utensilios usar, etc., así como diferentes opciones de alimentos en cada comida.
2.Evita ofrecer demasiadas opciones. Si estás dándole las opciones de manera verbal, usualmente dos opciones son suficientes para un(a) niño(a) pequeño(a). Cuando se trata de opciones de alimentos disponibles en el plato, es razonable ofrecer de 2 a 4 opciones. Otra manera de hacer esto es ofrecer una sola comida (por ejemplo, sopa o pizza), pero incluír de dos a cuatro opciones de aderezos, salsas o condimentos para el plato principal.
3.Cuando se trata de las opciones de alimentos disponibles, a menudo es mejor no preguntarle al/a niño(a) qué quiere con anticipación. Tú puedes elegir los alimentos que vas a servir, y tu hijo(a) puede elegir entre las opciones que le sirvas. Los niños pequeños aún no tienen la capacidad cognitiva para establecer menús.
4.Solo ofrece opciones que sean aceptables para ti. Esto significa que no debes ofrecer opciones que no puedes cumplir.
Por ejemplo, cuando llega la hora de cenar, muchos padres suelen decir: “¿Estás listo para la cena?” Si bien esto normalmente no se dice con la intención de ofrecer una opción, en realidad, sí es una opción: le estás ofreciendo al/a niño(a) la oportunidad de decidir si está listo(a) para la cena o no. No le des esa opción a menos que no estés preparado(a) para respetar su decisión si responde: "No estoy listo, voy a cenar más tarde". En vez, considera las siguientes opciones para esta situación:
i."Es hora de cenar. ¿Cómo quieres ir a la mesa, de caballito o corriendo?
ii.“Es hora de recoger. ¿Qué quieres guardar primero, los carritos o los bloques?
iii.“Es hora de cenar. ¿Quieres sentarte a mi lado o a lado de mami?”.
5.Si esperas que el/la niño(a) explore un alimento nuevo, evita servirlo junto a una opción favorita.
a.Por ejemplo: Si le encanta el pan tostado con mantequilla, pero es primera vez que prueba las manzanas, evita servir una rebanada grande de pan tostado al lado de una pequeña porción de manzana. En este caso, lo más probable es que ignore la manzana por completo.
b.En esta situación, considera servir la manzana con otro alimento que tu hijo(a) haya comido antes, pero que todavía no come de manera constante. Por ejemplo, puedes servirla con huevos. De esta forma, es posible que no pruebe las manzanas en esa ocasión, pero en contraste puede ser una motivación para comer los huevos.
C.De otra manera, puedes servirle una rebanada pequeña de pan tostado con mantequilla, para que coma un poco pero no se llene completamente, lo cual hace que sea más probable que decida probar la manzana cuando termine el pan.
6.Prepárate para que el/la niño(a) rechace todas las opciones que le ofreces. Es normal que esto pase. Habrá días en los que tu niño(a) te responda con un rotundo: "¡No!" a todas las opciones que le ofreces. Esto es de esperarse. Cuando esto pase, prepárate para responder con calma. Considera estos dos ejemplos:
a.Di, “Es hora de cenar. ¿Quieres poner todos tus juguetes en la canasta, o devolverlos al estante? Tu hijo(a) responde gritando: “¡Ninguna de las dos!”
i.Si este es un momento en el que tienes flexibilidad, puedes preguntar: "¿Qué quieres hacer entonces?" Es posible que tu hijo(a) quiera seguir jugando.
ii.En este caso, si tienes la flexibilidad de hacerlo, puedes tratar de dar otra opción y decir: “Oh, veo que aún no has terminado. ¿Te gustaría jugar dos minutos más o ir a la mesa ahora? Esto les da un poquito más de tiempo, y una vez que se acaben esos minutos, muchos niños caminarán felizmente a la mesa contigo.
iii.Sin embargo, si tu hijo(a) no lo hace, podrías decirle: “Se acabó el tiempo y puedo ver que todavía estás batallando para llevar tu cuerpo a la mesa. Te voy a ayudar a guardar los juguetes y así podrás llevar tu cuerpo a la silla alta/trona”.
b. Otro ejemplo: De cena sirves salmón con brócoli y fresas y tu niño(a) pequeño(a) dice: "¡Quiero pasta!"
i.Puedes decir: "Te escucho, pero esta noche hay salmón, árboles de brócoli y fresas para cenar". Si necesitas usar lenguaje más simple o una respuesta más corta, simplemente di: "No tenemos pasta esta noche".
ii. Entonces puedes decir: "¿Quieres ayudarme a encontrar la fresa más chiquita?". O "¿Quieres servirte tú solo(a) o prefieres que lo haga yo?"
iii. Si tu hijo(a) no quiere ninguna de las opciones, puedes decir: “Ya que no puedes decidir, yo te voy a ayudar”. Entonces puedes servir un poco de cada alimento en su plato y luego continuar con la comida.
IV. Puedes continuar ofreciendo opciones durante el transcurso de la comida. Si no toca la comida, puedes decir: “Veo que todavía estás muy molesto(a) porque no hay pasta en el menú. No te tienes que comer el brócoli, el salmón o las fresas si no quieres. ¿Te gustaría sentarte en mi regazo o quedarte en tu silla mientras yo termino mi comida?”.
v. El objetivo es ayudarlo(a) a calmarse, permanecer sentado(a) cómodamente en la mesa por el mayor tiempo posible e, idealmente, incitarlo(a) a que al menos interactúe con la comida de alguna manera, por más mínima que sea, por ejemplo, cortar, revolver, recoger, rociar algo, etc.), sin reemplazar la comida con otra cosa si él/ella decide no comerla.
No te sientas mal si te es difícil implementar estas estrategias al principio. Recordar estas estrategias para maximizar el poder de las opciones para tu niño(a) pequeño(a) toma tiempo. Pero el esfuerzo vale la pena. Ofrecer opciones de forma estratégica a la hora de comer puede contribuir en gran medida a que las comidas sean más tranquilas y placenteras.
¿Tienes un(a) niño(a) que se parece estar al borde de la alimentación quisquillosa? Ve nuestras guías para Niños pequeños en la mesa.
Para obtener más información sobre la alimentación quisquillosa, consulta nuestras guías y el curso sobre Cómo revertir la alimentación quisquillosa.
¿Acabas de empezar la alimentación complementaria? Puedes prevenir la alimentación quisquillosa desde ya. Ve nuestro curso de virtual en video sobre Cómo criar a un comedor feliz.
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