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Aunque mucha de la información disponible se enfoca en cómo enseñar a los niños pequeños a escupir la pasta de dientes después de lavarse los dientes, no es necesario esperar hasta los 2 o 3 años para practicar esta destreza. Desde el momento en que empiezas a lavarle las encías y dientes a tu bebé, también puedes empezar a enseñarle cómo escupir.
El acto de escupir tiene muchos significados alrededor del mundo, y tiene connotaciones positivas y negativas dependiendo de tu cultura, pero considera lo siguiente:
Aprender a escupir es una habilidad que puede salvarles la vida a los bebés y niños pequeños.
Los bebés están programados naturalmente para explorar las cosas con su boca. Las puntas de sus dedos, los labios y la lengua son áreas muy sensibles y proveen mucha información sensorial a su curioso cerebro, lo que a la vez ayuda a los bebés a entender el mundo que les rodea. Aunque queremos motivar a los bebés a explorar, también sabemos que cuando son pequeños, los bebés no pueden diferenciar entre las cosas que son seguras y las que no. Aprender a escupir puede proteger al/a bebé de atragantarse con comida o con otros objetos que se meten en la boca. También reduce la posibilidad de que el/la bebé se trague sin intención objetos peligrosos como baterías, perlas de agua, o imanes. Por esto, enseñarle al/la bebé a escupir y proporcionarle muchas oportunidades para practicar es una buena idea.
Alrededor de los 6 meses de edad, el/la bebé está listo/a para explorar los alimentos sólidos y desarrollar habilidades complejas, como dar mordidas y masticar. Durante el proceso, habrá muchos momentos en los que el/la bebé no podrá masticar la comida completamente. Es ahí cuando el saber cómo escupir es una destreza importante de seguridad y refuerza el proceso de prueba y error que el/la bebé necesita para aprender a masticar.
Alrededor de los 9 meses de edad, los bebés usualmente desarrollan el agarre de pinza—la habilidad para usar la punta de sus dedos para agarrar objetos pequeños. Este hito de desarrollo tiene muchos beneficios a la hora de comer y en general para la vida, pero también puede hacer que el/la bebé se meta en problemas si se encuentra un objeto pequeño en el piso que pueden ser un riesgo de ahogamiento.
Conforme desarrollan el agarre de pinza, los bebés son más propensos a agarrar cosas riesgosas que llamen su atención y meterselas a la boca, incluyendo baterías, monedas o imanes.
¿Sientes que esto no va a pasar con tu bebé? En los muchos años de experiencia clínica como equipo multidisciplinario de profesionales pediátricos, hemos tenido que sacar monedas, baterías, clips, y otros objetos del esófago de muchos niños—y también hemos ayudado a restablecer sus habilidades para alimentarse después de la experiencia traumática.
De hecho, esto pasa muy comúnmente: el/la bebé siente curiosidad por un objeto, lo agarra y se lo mete a la boca. Esto pasa cuando menos te lo esperas, y en ese momento, el/la bebé necesita saber cómo escupir. A pesar de que el instinto natural de los adultos es intentar sacar el objeto de la boca del/la bebé, el poner los dedos dentro de la boca del/la bebé puede empeorar la situación, ya que se puede empujar el objeto hacia atrás en la boca. Motivar al/a bebé a escupir es la manera más segura de sacar el objeto de su boca.
Tenemos buenas noticias: la mayoría de bebés de alrededor de 6 meses de edad están preparados para aprender cómo escupir como parte de explorar alimentos sólidos que necesitan ser masticados.
A esta edad, los bebés empiezan a escupir usando su lengua. Los bebés nacen con un reflejo (el reflejo de extrusión) que hace que la saquen la lengua cuando algo toca su lengua o la parte delantera de las encías. El reflejo de extrusión de la lengua tiende a desvanecerse entre los 4 y 6 meses de edad, pero para ese entonces el movimiento es tan familiar que la memoria muscular tiende a permanecer. Es así como los bebés aprenden cómo escupir alimentos y otros objetos. Esta es una de las razones por la que promovemos un método de alimentación en el que se ofrecen bocados de comida y alimentos integrales desde el momento en que los bebés muestran señales de estar listos para empezar a comer alimentos sólidos.
La retroalimentación positiva y la práctica son claves. Cuando notas que el/la bebé tiene un pedazo de comida muy grande dentro de la boca, intenta lo siguiente: pon tu mano en el mentón del/a bebé y di “escupe”. Es probable que el/la bebé no entienda esta palabra aun, pero de manera inevitable el reflejo de extrusión de la lengua le hará escupir. Cuando lo haga, felicítalo/a con una sonrisa y di “gracias” cuando tengas el bocado de comida en tu mano. Si repites esto de manera constante, tu bebé aprenderá que cuando dices “escupe” y pones tu mano en su barbilla, debe escupir lo que sea que tiene dentro de la boca.
Ocasionalmente, los bebés entre 5 a 7 meses de edad tienen un reflejo de extrusión débil al iniciar los sólidos. Esto es normal y no es una razón para preocuparse. Usualmente estos bebés aprenden cómo masticar y tragar los alimentos bastante rápido, y no practican innatamente el escupir la comida.
Para los bebés que se alimentan con cucharas, o que solamente comen purés o papillas desde los 5 a 6 meses de edad, el reflejo de extrusión puede haber desaparecido para cuando empiecen a comer alimentos integrales en forma de bocados. Cuando empiezas la alimentación complementaria con purés o papillas nada más, el/la bebé practica el ignorar el patrón del reflejo de empuje, empujando el puré hacia atrás para tragar.
En estos casos, es posible que el/la bebé no escupa la comida naturalmente al comienzo. Pero si luego de algunas semanas el/la bebé aún no escupe la comida, puede ser necesario que le enseñes de manera más directa esta habilidad.
Demuestrale cómo se hace. Cuando no están sentados en la mesa, saca la lengua, haz una pausa, y espera a que el/la bebé te imite. Es probable que al principio no te imite, pero mientras más oportunidades tengan para practicar, mejor. Si el/la bebé no te imita desde el principio, puedes intentar tocar suavemente su labio inferior mientras sacas tu lengua.
Usa expresiones exageradas. Pon algo dentro de tu boca y escúpelo en tu mano abriendo tu boca de forma exagerada, inclinándote hacia delante para que la comida caiga fuera de tu boca mientras que la empujas con la lengua.
Conviértelo en un juego. Colócate frente al/a bebé y muerde una esquina de un pañuelo o una toallita limpia, y sacúdelo de lado a lado. Espera que tu bebé lo trate de agarrar. Cuando lo haga, suéltalo y ríe. Intenta de nuevo, hazlo de manera divertida de tal forma que la actividad se convierta en un juego. Cada vez que el/la bebé agarre el pañuelo, dí de forma dramática “¡bla!” y saca tu lengua como si escupieras. Intenta jugar de nuevo pero invirtiendo los papeles: deja que el/la bebé se ponga el pañuelo en su boca y mientras lo jalas dile “¡escupe!” para alentar al/a bebé a abrir su boca y soltar el pañuelo.
Puede tomar meses de práctica para que un/a bebé se vuelva experto/a en escupir. No te rindas. Continuar demostrando y practicando de forma regular ayudará a que el/la bebé aprenda.
Incluso después de demostrarle muchas veces y practicar varias veces, puede pasar que el/la bebé muerda un pedazo de comida demasiado grande o que se lleve a la boca un objeto que no sea seguro. Cuando esto pase, haz lo siguiente:
Mantén la calma. Respira profundo y ten paciencia. Lo que menos quieres hacer es asustar al/a bebé porque, a pesar de que puede parecer que es una emergencia, no lo es. Los bebés son capaces de manipular pedazos grandes de comida dentro de su boca. Incluso son capaces de tragarlos enteros de forma segura. Si no escupe el bocado, intenta no asumir lo peor.
Retira la comida de la bandeja. Asegúrate que el/la bebé no se meta más comida a la boca.
Arrodíllate frente al/a bebé. Al mirar hacia abajo, su cabeza se inclina hacia delante. Esto hace que la gravedad trabaje a tu favor.
Utiliza la gravedad de ser necesario. Si el/la bebé no se inclina hacia delante para mirarte, ayúdale poniendo tu mano en su espalda y empujando muy suavemente hacia adelante para que la gravedad ayude al/a bebé a escupir. Si el/la bebé se empuja hacia atrás, para e intenta arrodillarte frente al/a bebé una vez más para que mire hacia abajo.
Habla con el/la bebé. De manera tranquila y con calma dile “es un pedazo muy grande, escupe”. Incluso si el/la bebé no tiene el lenguaje para entender o responder con palabras, usar tus palabras ayuda a que aprenda a relacionar la palabra “escupe” con la acción que están practicando, y tu tono tranquilo le ayudará a calmarse si está incómodo/a o nervioso/a.
Coloca tu mano debajo del mentón del/a bebé. Esta simple señal táctil, en especial cuando el/la bebé está mirando hacia abajo, le puede motivar a abrir la boca y sacar la lengua.
Saca tu lengua. Alienta al/a bebé a escupir sacando tu lengua de una forma exagerada. Incluso puedes agregar un efecto de sonido diciendo “aaa”. También puedes escupir un pedazo de tu propia comida utilizando tu lengua para que vea cómo se hace. Mantén tu mano bajo el mentón del/a bebé, mientras le demuestras cómo escupir.
No intentes sacarle la comida de la boca. Si se hace de manera incorrecta, el intentar de sacar la comida de la boca del/a bebé, puede incrementar el riesgo de ahogamiento. Deja que tu bebé descifre qué hacer. Si además de meterse mucha comida a la boca comienza a acumularla o guardarla (en las mejillas u otro lugar de la boca) intenta estas estrategias para que saque la comida de la boca antes de dejar la mesa.
Practicando la técnica del vaso bajo el mentón para aprender a escupir con Maeve (7 meses)
Si el/la bebé tiene un pedazo de comida u objeto dentro de su boca y te preocupa, tu primer instinto será obligar al/a bebé a abrir la boca e intentar sacarlo. No hagas esto. En este escenario, el introducir tus dedos en la boca del/a niño/a incrementará de manera dramática el riesgo de ahogamiento, ya que no solo es posible que el/la niño/a se asuste, sino que también puedes empujar el objeto o el pedazo de comida hacia atrás de la boca sin querer. Sin embargo, si estas seguro/a que el/la niño/a necesita ayuda, (y estás seguro/a de que no está teniendo arcadas ni se está ahogando), puedes intentar limpiar la boca con los dedos.
Si un/a niño/a no es capaz de escupir un objeto peligroso o un pedazo de comida, y se siente ansioso en un momento determinado, podría ser necesario ayudarle a sacar el objeto o pedazo de comida con los dedos. Es importante comprender que usar los dedos para sacar algo de la boca de un/a bebé puede empeorar la situación incrementando el riesgo de ahogamiento si no se realiza de forma correcta ya que puedes, sin intención, empujar la comida más atrás, así que lee los siguientes pasos con mucha atención.
Introduce tu dedo desde la orilla de una mejilla hacia atrás de la boca.
Dobla tu dedo como un gancho y mueve el dedo afuera de la boca.
NUNCA pongas tu dedo dentro de la boca del/a bebé desde el centro—esto incrementa dramáticamente el riesgo de ahogamiento ya que es muy probable que empujes el objeto o alimento hacia atrás.
Las mismas recomendaciones que compartimos anteriormente, también son válidas para los niños pequeños: demuéstrale cómo se hace y crea muchas oportunidades para practicar. Una gran diferencia: los niños pequeños tendrán una mayor habilidad de entender y de seguir instrucciones, así que puedes demostrar cómo la comida naturalmente cae fuera de la boca simplemente abriendo la boca e inclinando la cabeza hacia delante.
Desafortunadamente, los niños pequeños también son más propensos a creer que las demostraciones dramáticas de cómo escupir son graciosas y pueden seguir guardando la comida dentro de la boca para continuar con el “juego”. Mantén la calma, sé directo/a, en especial si el objeto que tiene dentro de su boca no es seguro: “Abre la boca. Eso no es seguro”.
El primer paso es demostrarles cómo escupir. Los niños pequeños más jóvenes naturalmente intentan imitar lo que otros hacen a su alrededor. Puede ser complicado colocar al/a niño/a en una posición segura para observar cómo te lavas los dientes, pero se puede lograr. Por ejemplo, intenta cargarle sobre tu cadera mientras te lavas los dientes. Permite que te mire al lavarte los dientes y cómo escupes la espuma de la pasta de dientes. Al momento de escupir, hazlo de manera dramática, sonriendo y abriendo mucho la boca llena de espuma de pasta de dientes, después inclínate hacia el lavabo y haz un sonido chistoso cómo “pitú” mientras escupes. De hecho, la forma en la que formamos los sonidos “p” y “t” es similar a los movimientos necesarios para escupir. Alternativamente, puedes solamente inclinar la cabeza hacia delante abriendo mucho la boca para demostrar cómo la gravedad hace que la saliva con la pasta de dientes caiga al lavabo.
La mayoría de niños pequeños seguirán tu ejemplo y empezarán a finalizar su rutina de lavado de dientes con un dramático “¡pitú!” intentando escupir. Una vez que empiecen a hacer esto, o después de que te han visto hacerlo muchas veces, intenta que te imiten escupiendo un poco de agua. Con un bocado pequeño de agua, inclínate hacia delante, abre tu boca y deja que el agua caiga en el lavabo, después deja que el/la niño/a lo intente. A medida que crezca, dile “escupe” y “escupe en el lavabo, por favor”, pero en un principio, tus acciones serán más claras que tus palabras.
Alrededor de los 6 meses de edad, es muy común que los bebés empujen la comida fuera de la boca usando su lengua. Esto se conoce como el reflejo de extrusión o empuje de la lengua.
El reflejo de extrusión es lo que causa que el/la bebé saque la lengua cuando algo toca la lengua de diferentes maneras. A pesar de que este reflejo empieza a desvanecerse alrededor de los 4 a 6 meses de edad, la memoria muscular es muy fuerte y los bebés tienen muy poca experiencia moviendo la lengua de otras formas. Es por esto que los bebés naturalmente empujan la comida fuera de su boca, incluso antes de que les hayas enseñado cómo hacerlo. Puedes aprovechar este patrón motor para establecer la habilidad de escupir de manera intencional.
Sin embargo, el reto principal es que muchos bebés usualmente tienen su primera experiencia con alimentos sólidos después de que el reflejo de empuje de la lengua ha desaparecido de manera natural, lo cual ocurre entre los 4 a 7 meses de edad. Es por esto que es importante enseñarle a los bebés cómo escupir.
Puede ser que al/a bebé le parezca gracioso cuando sacas la lengua para enseñarle a escupir. Si el/la bebé solamente se ríe, deja de mostrarle cómo hacerlo y solamente mantén la mano bajo su quijada y espera a que saque su lengua. En ese momento, no hay mucho más que puedas hacer además de ser paciente. Ten en mente que si continuas enseñándole de manera calmada en lugar de tener reacciones dramáticas, el/la bebé es más propenso/a a practicar y eventualmente aprender una nueva destreza.
Existen muchos beneficios de permitirle al/a bebé inspeccionar y comerse los alimentos que acaba de escupir. Los bebés están aprendiendo cómo funciona su boca y cómo manipular la comida, y como no pueden ver dentro de su boca, el observar la comida que masticaron y escupieron puede ser una parte importante de su proceso de aprendizaje.
El observar un alimento que acaban de escupir le puede enseñar al/a bebé qué tan triturado está el pedazo de comida, y el cerebro del/a bebé conecta la información visual con la sensación de la comida dentro de su boca. Al poner la comida dentro de su boca de nuevo para intentar masticarla, les permite seguir conectando los puntos: ¿cómo se siente ésta comida dentro de la boca? ¿Ya está masticada lo suficiente para tragar?
Algunos bebés hacen esto muchas veces, mientras que otros solamente en ocasiones. Cualquiera de las dos cosas es totalmente normal. También muchos niños pequeños incluso de 2 o 3 años utilizan esta estrategia con alimentos más desafiantes de masticar.
Si sabes que un/a niño/a tiene un objeto o bocado de comida que puede ser riesgoso dentro de la boca y se rehúsan a abrir la boca, el primer paso es mantener la calma. Si continúas insistiendo que abra la boca, es más probable que el/la niño/a se rehúse aún más. El ofrecerle una cuchara vacía al/a bebé puede motivarlo/a a abrir la boca para poner la cuchara dentro de su boca, dándote la oportunidad de ver dónde está el objeto. Alternativamente, puedes intentar pulsar suavemente su quijada mientras te arrodillas a su lado. También puedes intentar ayudarles a inclinarse hacia adelante para que la gravedad ayude a que el objeto se mantenga en la parte de adelante de la boca.
Aunque puede que hayas escuchado que taparle la nariz puede hacer que abran la boca, en una situación como la descrita, esto incrementa el riesgo de ahogamiento ya que el/la niño(a) abrirá la boca e inhalará aire para respirar, haciendo que el objeto se mueva más cerca de la vía respiratoria, o aún peor, haciendo que el/la niño(a) se atragante. Si cualquiera de los cuidadores o miembros de la familia de tu niño, pídele que se detenga inmediatamente.
Este es un comportamiento común en los bebés y niños pequeños. Consulta nuestras estrategias sobre qué hacer cuando los niños guardan la comida en las mejillas, la pared superior o cualquier otra parte de su boca.
Lo primero que debes intentar es ofrecerle una cuchara seca y vacía para que la chupe y pueda succionar. El movimiento de succión puede ayudar a despegar la comida y permitir que el/la bebé pueda intentar masticar y tragar o escupir. También puedes ofrecerle un sorbo de agua con un popote y ver si esto ayuda. Si el/la bebé no está interesado/a y tampoco quiere la cuchara, puede ser necesario hacer un barrido con los dedos. Consulta cómo sacar la comida de la boca del/a bebé usando los dedos, pero enfócate en limpiar el paladar en lugar del interior de la mejilla.
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