La leche materna debe almacenarse y prepararse de forma segura para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos para los bebés. Este artículo explica todo lo que necesitas saber.
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La siguiente información se refiere a bebés nacidos a término sin necesidades médicas considerables. Para obtener información acerca de bebés prematuros o que tienen necesidades médicas, habla con el/la proveedor/a de atención médica pediátrica de tu bebé.
Depende de cómo se almacene. Una vez que se ha extraído la leche, siempre y cuando el/la bebé no la haya tocado, la leche materna se conserva:
2 horas en biberón una vez que el bebé ha comenzado a alimentarse
4 horas a temperatura ambiente (alrededor de 70 F o 21 C)
24 horas en un termo en una lonchera aislada con una bolsa de hielo
4 días en el refrigerador si el/la bebé no la toca
entre 6 a 12 meses en el congelador
Asegúrate de lavarte las manos con agua caliente y jabón antes de manipular un extractor de leche, un biberón y leche materna extraída para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Además, asegúrate de que las piezas del extractor de leche, de los biberones y los materiales de almacenamiento estén limpios antes de usarlos.
Una vez que sea el momento de almacenar la leche materna, sigue estos consejos de seguridad:
Etiqueta los recipientes de leche materna con la fecha en la que se extrajo para ayudarte a llevar un seguimiento.
La leche materna se puede recolectar en una jarra en el refrigerador durante un período de 24 horas. Asegúrate de que cada lote se enfríe a la temperatura del refrigerador antes de agregarlo a la jarra.
Con el método de la jarra, la leche materna se puede almacenar en la jarra en el refrigerador durante 4 días desde que se extrajo el primer lote de leche.
Si tu médico o dietista pediátrico te recomienda ofrecer leche materna fortificada (leche materna con fórmula en polvo mezclada), considera que, una vez que se ha mezclado, dura entre 12 y 24 horas en el refrigerador.
Si planeas congelar la leche materna, congélala tan pronto como puedas después de extraerla.
Al congelar la leche, recuerda dejar espacio en la parte superior del contenedor para que haya suficiente espacio para que el líquido se expanda a medida que se congela.
Utiliza recipientes aptos para el congelador, como botellas, vasos herméticos o bolsas de almacenamiento hechas específicamente para almacenar leche materna.
Si es posible, almacena la leche materna en un congelador de pecho o en la parte trasera del congelador para ayudar a minimizar las fluctuaciones de temperatura al abrir y cerrar la puerta.
Asegúrate de limpiar todas las partes del extractor después de cada uso para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. ISi por alguna razón no es posible lavar las piezas inmediatamente después de la extracción, guardalas en un recipiente limpio en el refrigerador para lavarlas y limpiarlas tan pronto como puedas.
Haz lo posible para reducir la cantidad de veces que transfieres la leche materna entre recipientes, ya que la grasa nutritiva de la leche materna puede adherirse a los diferentes recipientes.
Utiliza el método ‘FIFO’ (por sus siglas en inglés): lo primero que se guarda es lo primero que se usa. En otras palabras, utiliza la leche congelada más antigua antes de utilizar la leche congelada más reciente. Esto ayuda a reducir el desperdicio.
No descongeles la leche materna en el mostrador, ya que esto puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Al descongelar la leche materna, utiliza uno de estos métodos:
Descongela la leche materna congelada durante la noche en el refrigerador.
Descongela con agua corriente tibia y utilizala inmediatamente una vez descongelada.
Una vez descongelada, la leche materna previamente congelada se conserva de 1 a 2 horas a temperatura ambiente y 24 horas en el refrigerador. No vuelvas a congelar la leche descongelada.
Se le puede ofrecer leche materna fría a los bebés. No utilices el microondas para descongelar o calentar la leche, ya que esto puede resultar en "puntos calientes" en el biberón y aumentar el riesgo de quemaduras.
Esto varía. Generalmente, los bebés necesitan entre 24 y 32 onzas líquidas (720 a 960 ml) de leche materna por día, y algunos bebés pueden beber más mientras que otros pueden beber menos. Ambos escenarios son normales. Espera sesiones de lactancia más frecuentes cuando el/la bebé sea más pequeño/a y menos sesiones de lactancia a medida que el/la bebé se vuelva más eficiente y fuerte al beber la leche materna. La ingesta de leche materna también disminuye gradualmente a medida que el/la bebé desarrolla las habilidades para consumir alimentos sólidos, lo que puede ocurrir desde alrededor de los 9 meses de edad. Ver Horarios de alimentación para bebés para más información.
No, no se requiere un producto desinfectante específico para limpiar las piezas del extractor y los biberones.
Generalmente se recomienda lavar las piezas del extractor y de las botellas con agua caliente y detergente para lavavajillas entre cada uso. Es posible que algunas piezas del extractor también se puedan lavar en el lavavajillas, según las instrucciones del fabricante. La CDC sugiere desinfectar las piezas del extractor cada pocos días para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Esto se puede hacer en el microondas con vapor, poniendo las piezas en agua hirviendo o usando la configuración para sanitizar del lavavajillas, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante del extractor.
Los biberones deben lavarse entre cada uso. Generalmente se recomienda desinfectar los biberones una vez al día, especialmente para los bebés más pequeños o con condiciones médicas complejas. Es posible que no sea necesario desinfectar los biberones para bebés mayores y sanos. Los biberones se pueden desinfectar hirviéndolos, con vapor en el microondas o usando la configuración para sanitizar del lavavajillas, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante de los biberones.
No. Los bebés pueden beber leche materna fría. Esto también ayuda al bebé a empezar a sentirse cómodo con la idea de que los alimentos pueden tener diferentes temperaturas.
Si transcurrieron sólo entre 1 y 2 horas desde el inicio de la toma, generalmente está bien volver a ofrecerle al bebé la leche materna sobrante. Después de eso, se recomienda desechar los restos. ¿Por qué? Las bacterias en la saliva del/a bebé pueden hacer que la leche materna se eche a perder rápidamente y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Sí, un poco. Sin embargo, la leche materna congelada sigue siendo muy nutritiva y la pérdida de algunos nutrientes no suele ser un problema considerable para la mayoría de los bebés. Además, congelar es una forma conveniente de almacenar la leche materna adicional y reducir el desperdicio.
La leche materna también se puede congelar dentro de las 48 a 72 horas posteriores a la extracción, pero en general, es mejor congelarla inmediatamente después de la extracción para mantener la leche materna fresca.
La lipasa es una enzima digestiva que está presente en la leche materna y su función es favorecer la descomposición y eventual absorción de la grasa en el cuerpo del/a bebé. La lipasa puede afectar el sabor de la leche materna. Algunas personas pueden darse cuenta de que su leche materna tiene un alto contenido de lipasa cuando huele mal o como a jabón, especialmente cuando se extrae y se almacena para su uso posterior. Es importante recordar que no hay nada que la madre haya hecho “mal” para producir leche materna con alto contenido de lipasa. Tener leche materna con alto contenido de lipasa es muy común y es igual de nutritiva. A pesar de su olor y sabor diferentes, siempre y cuando se haya manipulado y almacenado de forma segura, es completamente seguro y aceptable ofrecérsela al/a bebé.
Algunos bebés son sensibles al olor y al sabor de la leche materna con alto contenido de lipasa y pueden rechazarla. Afortunadamente, existen formas de ayudar a almacenar y servir la leche materna con alto contenido de lipasa para aumentar la aceptación de la misma por parte del/a bebé.
Aplicar calor suave. Poco después de extraer la leche y antes de congelarla, calienta la leche ligeramente a fuego lento (180 F / 82 C) hasta que burbujee suavemente y retírala inmediatamente del fuego. La lipasa es sensible al calor y calentarla ligeramente ayuda a reducir los sabores y olores que pueden ser desagradables. Simplemente evita dejar que hierva completamente, ya que demasiado calor puede reducir su valor nutricional.
Congelar inmediatamente después de extraerla. Si bien esto no eliminará por completo el sabor de la leche con alto contenido de lipasa, puede ayudar un poco. La leche materna previamente congelada y descongelada se puede mezclar con leche recién extraída en una proporción de 1:1. Esto ayuda a enmascarar cualquier sabor "diferente".
Algunas familias pueden optar por agregar un par de gotas de esencia de vainilla sin alcohol a la leche con alto contenido de lipasa para ayudar a disimular el sabor. Las investigaciones sobre esto son limitadas, así que si es algo que deseas explorar, habla con el/la proveedor/a de atención médica pediátrica de tu bebé para obtener orientación y apoyo individualizados.
Consejo: una vez que el/la bebé comienza a comer sólidos, la leche materna con alto contenido de lipasa (como cualquier otro tipo de leche materna extraída) se puede mezclar con alimentos sólidos, como papillas, panqueques y purés de verduras.
Sí, un poco, pero sigue siendo muy nutritiva para el/la bebé.
En general, la leche materna se puede sustituir 1:1 por leche de vaca y otras alternativas de leche en las recetas.
Aquí hay algunas ideas:
Agrega la leche a alimentos suaves para cucharear, como frijoles, cereales, gachas y purés de verduras.
Mezcla con mantequillas de frutos secos y semillas para hacer una salsa para aderezar las comidas.
Combínala con huevos revueltos bien cocidos.
Usa la leche en masa para panqueques.
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efrigera o congela la comida inmediatamente para servirla más adelante. Si la comida está refrigerada, sírvela dentro de un par de días después de extraer la leche materna. Si la leche materna se extrae recientemente, se usa para cocinar y luego se congela inmediatamente, entonces se puede servir la comida hasta dentro de un par o unos cuantos meses desde el momento que se congeló. Evita utilizar leche materna previamente congelada para preparar alimentos que se congelarán para su uso posterior.
No, también está bien utilizar leche de vaca pasteurizada o alternativas a la leche para cocinar una vez que se hayan descartado alergias a la leche de vaca y otros alérgenos comunes. Es un error común pensar que los bebés no pueden comer alimentos que contengan leche de vaca antes del año de edad.
Sí, donar el exceso de leche materna ayuda a salvar las vidas de bebés vulnerables, como los bebés prematuros y los bebés que son hospitalizados poco después de nacer. Busca bancos de leche locales cerca de ti en línea.
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