Sugerencia de edades
6 meses
Alto contenido de hierro
Sí
Alérgeno común
Sí
Se puede introducir edamame tan pronto como un/a bebé esté listo/a para comenzar con sólidos, que generalmente es alrededor de los 6 meses de edad.
Edamame es la palabra japonesa para el frijol de soya tierno (también llamado soja) que se cosecha de sus vainas peludas cuando las legumbres aún están tiernas y verdes. Los Estados Unidos es el líder mundial en la producción de soja, que es originaria de Asia, donde se ha cultivado como alimento básico durante siglos.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y las sugerencias que ofrecemos sobre cómo cortar o preparar determinados alimentos son generalizaciones para una amplia audiencia.
Cocina el edamame, ya sea al vapor o hervido, retira los frijoles de las vainas, y tritúralos o prepara un puré y, si lo deseas, agrega un poco de leche materna, fórmula o aceite de oliva para ayudar a suavizar el puré. Sirve el puré de edamame solo o untado sobre tiras de pan ligeramente tostado u otros alimentos apropiados para la edad.
Retira el edamame cocido de sus vainas, divide cada frijol por la mitad y sirve las mitades suaves de edamame directamente en la bandeja o en la mesa para que las recoja practicando su agarre de pinza fino. Tendrás que quitar la fina cáscara exterior de cada frijol para poder partirlo por la mitad. La cáscara en sí no supone un peligro de ahogamiento, pero puede provocar arcadas o molestias si se pega en la boca del/a bebé.
A esta edad, si el/la niño/a mastica bien y se controla mientras come (sin sobrellenarse la boca de comida), es posible que esté listo/a para comer los frijoles edamame enteros (sin la vaina) sin dividirlos por la mitad ni retirar la piel de cada frijol. Asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y siempre quédate cerca del/a niño/a durante la hora de comer.
Una vez que el/la niño/a pueda comprender y seguir instrucciones, puedes intentar ofrecerle edamame en la vaina y enseñarle cómo abrir la vaina por sí solo/a. Demuestrale cómo abrir una vaina de edamame y luego deja que el/la niño/a lo intente. Asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y siempre quédate cerca del/a niño/a durante la hora de comer.
Sí. El edamame es redondo, firme y resbaladizo, que son características que pueden aumentar el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve el edamame de forma apropiada según la edad del/a bebé. Como siempre, asegúrate de crear un ambiente seguro para comer y mantente siempre cerca del/a bebé durante las comidas.
Aprende los signos del ahogamiento y familiarízate con el protocolo de primeros auxilios en caso de ahogamiento con nuestras guías gratuitas de rescate para bebés y niños pequeños.
Sí. Los edamames son frijoles tiernos de soya y la soya es un alérgeno alimentario común en los bebés.
Sin embargo, tenemos buenas noticias: menos del 1% de los niños son alérgicos a la soya, las reacciones tienden a ser leves (aunque sí se han informado reacciones graves a la soya) y casi el 70% de los niños superan la alergia a los 10 años. Por estos motivos, la Organización Mundial de la Salud no clasifica la soya como un alérgeno de prioridad global.
Si el/la bebé es alérgico/a a la soya, evita la soya y cualquier producto que contenga soya, como el tofu, tempeh, edamame, miso, natto, salsa de soya, tamari y alimentos comerciales que incluyan la soya como ingrediente en la etiqueta del alimento. En los Estados Unidos, la soya está clasificada como un alérgeno alimentario común y, por lo tanto, la etiqueta debe mencionar si los ingredientes incluyen soya. Al comprar alimentos comerciales, evita los productos que contengan la frase "contiene soya" en la etiqueta del alimento.
La mayoría de las personas con alergia a la soya pueden tolerar el aceite de soya altamente refinado y la lecitina de soya (un ingrediente que se usa regularmente como aditivo a los alimentos) porque contienen muy poca proteína alergénica. Sin embargo, asegúrate de consultar con tu proveedor/a de atención médica antes de ofrecer alimentos con aceite de soya o lecitina de soya a un/a niño/a con alergia a la soya.
Aunque un porcentaje significativo de niños con alergia a la soya también pueden mostrar sensibilidad al maní (y viceversa) en las pruebas, esto no siempre se presenta como una alergia clínica. Si el/la bebé ha experimentado una reacción alérgica a la soya y aún no has introducido el maní a la dieta, es posible que desees hacerlo bajo la supervisión de un/a alergólogo/a. Sin embargo, no es necesario eliminar el maní de la dieta ni realizar pruebas de maní si ya lo está consumiendo sin ninguna reacción. Asimismo, los bebés con alergia al maní no necesitan eliminar la soya si ya la toleran bien en la dieta.
Algunos bebés con alergia a la leche de vaca son sensibles a la soya. De hecho, entre el 10 y el 14% de los niños pequeños con alergia a la leche de vaca también presentan reacciones alérgicas a la soya. Es más probable que esto se observe en bebés menores de 6 meses. Por esta razón, muchos pediatras recomiendan que los bebés con alergia conocida a la leche eviten de forma preventiva tanto la leche de vaca como la soya durante los primeros 6 meses de vida, y pueden recomendar fórmulas infantiles elementales o ampliamente hidrolizadas en lugar de fórmulas de soya durante este tiempo.
Las personas con síndrome de alergia oral (también conocido como síndrome de alergia al polen alimentario), especialmente aquellas alérgicas al polen de abedul, pueden experimentar síntomas después de ingerir soya. El síndrome de alergia oral generalmente se presenta con picazón, hormigueo o ardor de corta duración en la boca y es poco probable que provoque una reacción grave. Dicho esto, se han informado reacciones graves a la soya en personas con alergia al polen de abedul, más comúnmente en personas que también son alérgicas al maní.
La soya es un causante del síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (SEIPA), también conocido como FPIES (por sus siglas en inglés). El SEIPA es una alergia retardada a las proteínas alimentarias que provoca el inicio repentino de vómitos y diarrea repetitivos unas pocas horas después de la ingestión. A esto se le conoce como SEIPA agudo. La reacción puede provocar una deshidratación significativa si no se trata. Cuando la leche se incluye en la dieta con regularidad, el SEIPA puede presentarse como reflujo, pérdida de peso y retraso del crecimiento, a esto se le conoce como SEIPA crónico. Los síntomas generalmente mejoran con la eliminación de la leche de la dieta del/a bebé. Afortunadamente, al igual que otras formas de alergia a la leche, la SEIPA que se presenta temprano en la vida generalmente es superada cuando el/la niño/a ha alcanzado los 3-5 años de edad.
La soya y los productos que contienen soya habitualmente se preparan con otros alérgenos comunes, como huevo, pescado, maní y sésamo. Es importante introducir cada uno de los alérgenos alimentarios comunes por sí solos y descartar una alergia antes de servirlos juntos.
Para introducir la soya a la dieta del/a bebé por primera vez, comienza con un alimento simple que contenga el ingrediente por sí solo, como edamame cocido y triturado, tiras de tofu o leche de soya mezclada con puré de verduras, y está atento a cualquier reacción adversa. Como lo harías con todos los alérgenos comunes, comienza sirviendo una pequeña cantidad por sí sola durante las primeras porciones y, si no hay ninguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad en las comidas más adelante. Una vez que se descarten alergias a los alérgenos alimentarios comunes, se recomienda ofrecerlos con regularidad (dos veces por semana, si es posible).
Sí. El edamame es rico en proteínas, fibra, ácidos grasos omega-3 de origen vegetal, folato, colina, vitamina B6, hierro, zinc y más. En conjunto, estos nutrientes ayudan a respaldar la función muscular, la salud digestiva, el desarrollo neurológico, los procesos metabólicos, la energía, la inmunidad y mucho más. Para ayudar a aumentar la absorción de hierro del edamame, combínalo con un alimento rico en vitamina C, como pimentón, brócoli o cítricos.
No. El edamame, los productos de soya y una amplia variedad de otros alimentos contienen fitoestrógenos, que son compuestos vegetales que pueden comportarse de manera similar al estrógeno en el cuerpo humano. El estrógeno está presente en los humanos de todos los géneros y no se limita únicamente a las mujeres. No hay evidencia que sugiera que es necesario limitar la ingesta de fitoestrógenos para los bebés y niños pequeños, y algunos estudios sugieren que consumir alimentos que contienen fitoestrógenos puede ofrecer propiedades beneficiosas, como disminuir el riesgo de cáncer de mama y promover la salud ósea. Dicho esto, no existe un alimento perfecto y consumir una dieta equilibrada con una amplia variedad de alimentos integrales es clave para la salud.
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