Clementina

Las clementinas, debido a que son un peligro de ahogamiento y se deben cortar en trozos pequeños que son difíciles de agarrar para los(as) bebés pequeños(as), son más apropiadas para ofrecer a los(as) bebés alrededor de los 9 meses de edad, cuando se desarrolla el agarre de pinza.

Las clementinas son cítricos pequeños, con una cáscara anaranjada brillante y una pulpa dulce y jugosa que es menos ácida que las naranjas y otras frutas cítricas. Son descendientes de la mandarina y la naranja dulce—un feliz maridaje que ocurrió hace muchos años en Argelia o China (el origen es disputado) que resultó en bosques de clementinas creciendo en climas soleados por todo el mundo.

Sí. Las clementinas son ricas en carbohidratos, fibra y líquidos, además de vitaminas A, B6 y C. También ofrecen potasio, ácido fólico y antioxidantes como los flavonoides. Juntos, estos nutrientes trabajan juntos para proporcionar energía para impulsar el juego y el desarrollo del bebé, apoyar la salud digestiva y ayudar en la hidratación. Estos nutrientes también apoyan la visión, el metabolismo, la función inmune, el equilibrio electrolítico, el funcionamiento del sistema nervioso y la reparación y recuperación corporal.

★Consejo: Al igual que la toronja, las clementinas pueden interactuar con algunos medicamentos. Si el/la niño/a está tomando medicamentos, considera consultar con tu proveedor de salud para saber más.

No. Sin embargo, las personas con alergias al pasto o con Síndrome de Alergia Oral (también llamado síndrome de alergia alimentaria al polen) pueden ser sensibles a los cítricos como las clementinas. Las personas que son sensibles al polen de pasto y las manzanas también pueden ser más sensibles a los cítricos. El Síndrome de Alergia Oral típicamente resulta en un picazón de corta duración en la boca y es poco probable que resulte en una reacción peligrosa. Muchas clementinas son dulces pero también ácidas, y a veces el ácido en los cítricos puede causar una erupción inofensiva en la piel, generalmente alrededor de la boca. Normalmente desaparece al poco tiempo de aparecer.

Como lo harías al introducir cualquier alimento nuevo, comienza ofreciendo una pequeña cantidad en las primeras porciones. Si no hay alguna reacción adversa, aumenta gradualmente la cantidad durante las próximas comidas.

Sí. Los gajos de los cítricos (si se dejan en la membrana circundante) tienen extremos pequeños y cónicos y una consistencia mixta y resbaladiza, características que aumentan el riesgo de ahogamiento. Para reducir el riesgo, prepara y sirve las mandarinas de manera apropiada según la edad. Como siempre, asegúrate de crear un entorno de alimentación seguro y permanecer al alcance del/a bebé durante la hora de comer. Para obtener más información sobre el riesgo de ahogamiento, visita nuestros artículos sobre arcadas y ahogamiento y familiarízate con la lista de peligros comunes de ahogamiento.

No. No se debe ofrecer jugo de ningún tipo a los(as) bebés a menos que te lo indique un(a) proveedor(a) de salud. Después del primer cumpleaños, el jugo puede ser ofrecido de forma segura en pequeñas cantidades (menos de 4 onzas por día, idealmente diluido con agua para disminuir el dulzor). Dicho esto, creemos que es mejor esperar hasta la edad de dos años para servir jugo, y aun entonces, limitar la cantidad ofrecida para minimizar el azúcar (incluyendo azúcar natural) en la dieta del/a niño(a). El consumo regular de bebidas azucaradas y especialmente el consumo excesivo (inclusivo bebidas naturalmente dulces como el jugo de naranja) puede reducir la variedad de comidas y nutrientes consumidos y aumentar el riesgo de diabetes, enfermedad cardíaca y caries dental. Además, las naranjas enteras son más nutritivas que los jugos.