La fórmula infantil debe prepararse y almacenarse de forma segura para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos para el/la bebé. Este artículo explica qué hacer para los tres tipos principales de fórmula disponibles:
En polvo
Lista para tomar
Líquida concentrada
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La información a continuación se refiere a bebés nacidos a término sin necesidades médicas complejas. Para obtener orientación sobre bebés prematuros o que tienen necesidades médicas, habla con el/la proveedor/a de atención médica pediátrica de tu bebé.
Practicar una excelente higiene y limpieza es importante para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos al preparar la fórmula infantil. Sigue estos pasos:
Lávate las manos con agua caliente y jabón antes de mezclar la fórmula.
Asegúrate de que los biberones, las tazas medidoras, cucharas, recipientes de almacenamiento y otras herramientas para la preparación estén limpios.
Limpia tu superficie de trabajo antes de mezclar la fórmula.
Utiliza una fuente de agua limpia.
Verifica que la fórmula no haya caducado.
El método de preparación que se indica a continuación se utiliza para preparar la mayoría de las fórmulas en polvo, sin embargo, es importante seguir las instrucciones individuales que se encuentran en el envase de la fórmula o lo que te indica tu médico o dietista pediátrico. Antes de prepararla, asegúrate de que el recipiente de la fórmula luzca limpio e intacto, y que la fórmula no haya caducado.
Primero vierte la cantidad de agua recomendada en el envase.
Añade la fórmula al biberón.
Mezcla hasta que el polvo se disuelva completamente en el agua.
Asegúrate de seguir las instrucciones sobre las proporciones apropiadas de agua y fórmula. Agregar demasiada o muy poca agua puede afectar la nutrición, la hidratación y la salud general del/a bebé.
Una vez preparada con agua, la fórmula infantil en polvo tiene una duración de:
1 hora después de que el/la bebé haya comenzado a alimentarse.
2 horas a temperatura ambiente (alrededor de 70 F o 21 C) si está intacta (el/la bebé no la ha tocado).
4 horas en una compresa fría (es decir, guardada en una lonchera aislada con una bolsa de hielo), si está intacta.
24 horas en el refrigerador si está intacta.
Si tu médico o dietista pediátrico te recomienda ofrecer leche materna fortificada (leche materna mezclada con fórmula en polvo), considera que, una vez mezclada, dura entre 12 y 24 horas en el refrigerador.
Generalmente se recomienda desechar la fórmula que sobra de una toma y que no se haya consumido en un plazo de una hora desde el inicio de la toma.
¿Por qué? Debido a que las bacterias en la saliva del/a bebé pueden hacer que la fórmula se eche a perder rápidamente y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Enseguida te compartimos dos formas de preparar y almacenar la fórmula infantil en polvo para ayudar a ahorrar tiempo y reducir el desperdicio.
Método de jarra. En este método se prepara toda la fórmula que se usará a lo largo del día de una sola vez. Esto ayuda a reducir el desperdicio ya que te permite verter solo la cantidad de fórmula que el/la bebé va a tomar. También puede ayudarte a evitar el escenario común de preparar demasiado y tener que tirar las sobras de un biberón sin terminar. Una vez que se prepara la jarra de fórmula, dura aproximadamente 24 horas en el refrigerador si está intacta (si sobra algo durante la toma, no lo vuelvas a mezclar con la fórmula de la jarra).
Método de dos biberones. La fórmula se prepara y se divide en dos biberones: un biberón con la cantidad que tú esperas que el/la bebé va tomar (por ejemplo 4 onzas líquidas o 120 ml) y otro biberón, generalmente con una menor cantidad (como 2 onzas líquidas o 60 ml), para ofrecerle al/a bebé en caso de que te de señales de que tiene más hambre. Separar la fórmula “extra” ayuda a evitar tener que desechar la fórmula que sobra ya que se mantiene intacta.
Las fórmulas líquidas listas para tomar (RTF) no requieren preparación antes de darselas al/a bebé. Una vez abierto el envase, la fórmula RTF dura:
1 hora después de que el/la bebé haya comenzado a alimentarse.
48 horas en el refrigerador si está intacta.
La fórmula RTF debe usarse dentro de una hora después del inicio de la toma y cualquier sobra de fórmula debe desecharse. ¿Por qué? Debido a que las bacterias en la saliva del/a bebé pueden hacer que la fórmula se eche a perder rápidamente y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Las fórmulas líquidas concentradas necesitan mezclarse con agua adicional para diluir el concentrado en las proporciones adecuadas para el/la bebé. Asegúrate de seguir las instrucciones del envase y las instrucciones de tu médico.
Una vez abiertos, la mayoría de las fórmulas líquidas concentradas duran:
1 hora después de que el/la bebé haya comenzado a alimentarse
48 horas en el refrigerador si está intacta
La fórmula líquida concentrada preparada debe usarse dentro de una hora después del inicio de la sesión de alimentación y cualquier resto de fórmula debe desecharse. ¿Por qué? Debido a que las bacterias en la saliva del/a bebé pueden hacer que la fórmula se eche a perder rápidamente y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Esto varía. Generalmente, los bebés necesitan entre 24 y 32 onzas líquidas (720 a 960 ml) de fórmula por día, y algunos bebés pueden beber más mientras que otros pueden beber menos, y cualquiera de las dos circunstancias se consideran completamente normales. Espera que el/la bebé necesite tomas más frecuentes cuando es más pequeño/a, y que el número de tomas disminuya con el tiempo conforme se vuelve más eficiente al tomar la fórmula. La ingesta de fórmula también disminuye gradualmente a medida que el/la bebé desarrolla las habilidades de alimentación para comer los sólidos, lo que puede comenzar a ocurrir alrededor de los 9 meses de edad. Ver Horarios de alimentación para bebés para más información.
Cada bebé tiene sus propias necesidades únicas, por lo que es importante comunicarte con el/la proveedor/a de atención médica de tu bebé para obtener apoyo individualizado. A la mayoría de los bebés les va bien con una fórmula estándar a base de lácteos, fortificada con hierro; sin embargo, algunos bebés pueden necesitar fórmulas más especializadas que se adapten a sus necesidades médicas únicas, como en los casos de alergia a la proteína de la leche de vaca, problemas digestivos y otras condiciones médicas.
Ponte en contacto con tu proveedor de atención médica pediátrica de inmediato, que generalmente podría ayudarte a obtener un pequeño suministro de fórmula como puente hasta que tengas una solución y ponerte en contacto con recursos para la comunidad que pueden ofrecer fórmula. También lee nuestro artículo Guía y preguntas frecuentes sobre la escasez de fórmula infantil para más información. No hagas fórmula casera.
Si no estás seguro/a si la calidad del agua de grifo es segura para la preparación de la fórmula del/a bebé, habla con el/la profesional de atención médica pediátrica de tu bebé para obtener orientación personalizada. En muchas partes de los Estados Unidos, se puede usar agua del grifo para mezclar la fórmula. Sin embargo, el acceso al agua potable no siempre está disponible. En algunos casos, se puede sugerir hervir agua y dejarla enfriar antes de mezclar la fórmula para bebé.
Eso depende. Para los bebés más pequeños, prematuros y con complejidades médicas, es posible que el equipo médico recomiende el uso de agua esterilizada o destilada para la preparación de la fórmula. Sin embargo es posible que esto no sea necesario para otros bebés, como aquellos nacidos a término y sin complejidades médicas. Para obtener orientación individualizada sobre las necesidades de tu bebé, ponte en contacto con tu profesional de atención médica pediátrica.
No, no se requiere un producto desinfectante específico para limpiar las piezas del extractor y los biberones. Lava las piezas del extractor y de las botellas con agua caliente y detergente para lavavajillas entre cada uso. Generalmente se recomienda desinfectar los biberones una vez al día, especialmente para los bebés más pequeños o con condiciones médicas complejas. Es posible que no sea necesario desinfectar los biberones para bebés mayores y sanos. Los biberones se pueden desinfectar hirviéndolos, con vapor en el microondas o usando la configuración para sanitizar del lavavajillas, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante de los biberones.
No. El bebé puede beber fórmula infantil preparada y enfriada. Esto también ayuda al/a bebé a empezar a familiarizarse con la idea de que los alimentos pueden tener diferentes temperaturas.
En general, no se recomienda congelar la fórmula.El proceso de congelación puede afectar negativamente su valor nutricional. Si lo deseas, está bien usar fórmula infantil como ingrediente en recetas congeladas (como paletas heladas para bebés) pero no es obligatorio.
Técnicamente se puede cocinar con fórmula preparada, pero generalmente no se recomienda. La fórmula es cara y si se prepara incorrectamente, existe el riesgo de proporcionar demasiada fórmula y sobrealimentar al/a bebé. El calentar la fórmula también tiene un efecto en su valor nutricional. Si decides cocinar con fórmula infantil, asegúrate de preparar la fórmula de acuerdo con las instrucciones del fabricante y ten en cuenta que los alimentos cocinados con fórmula duran aproximadamente 24 horas en el refrigerador y hasta un par de meses en el congelador.
También ten en cuenta que está bien cocinar alimentos con leche de vaca pasteurizada o bebidas alternativas a la leche, siempre y cuando se hayan introducido los alérgenos de forma segura a la dieta y se hayan descartado alergias alimentarias. Es un error común pensar que los bebés no pueden consumir leche de vaca antes del año de edad.
Lamentablemente no. Si sobra fórmula y pasa más de una hora desde el inicio de la toma, las sobras se deben desechar para ayudar a minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
No. Está completamente bien utilizar leche de vaca pasteurizada o una alternativa de leche al cocinar alimentos para bebés. Es un error común pensar que los bebés no pueden comer alimentos que contengan leche de vaca o alternativas de leche antes del año de edad. Solo asegúrate de primero introducir los alérgenos de forma segura a la dieta, ya sea leche de vaca o cualquier alérgeno común con el que se preparan alternativas a la leche.
Eso depende: en la mayoría de los casos, estas fórmulas se pueden utilizar para cocinar, pero no es necesario hacerlo. La fórmula suele ser cara y difícil de obtener. Sin embargo, consulta con el/la profesional de atención médica pediátrica de tu hijo/a para obtener orientación individualizada. En muchos casos, se pueden utilizar alternativas lácteas o leche de vaca pasteurizada (a menos de que haya alergias o intolerancias existentes) que suelen ser opciones más asequibles para cocinar.
Sí. A menudo se pueden donar paquetes de fórmula infantil sin abrir, que no hayan caducado, que no estén dañados y que se hayan mantenido correctamente almacenados. Comunícate con tu clínica local o con un banco de alimentos para obtener orientación. La organización sin fines de lucro Oley Foundation es una organización nacional que acepta donaciones de fórmulas en los EEUU.
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